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La cena iba muy bien en realidad, Jason se había relacionado bien con Jazmin y con Jonathan, y aunque aún se sentía cierto resentimiento, estaban aprendiendo a llevársela bien. Jonathan había cumplido su promesa hasta ahora, no se alejaba de
mi ni por un minuto, siempre estaba sosteniendo mi mano, abrazándome o a veces solamente un cierto roce entre nuestros abrazos que me hacía sentir que él seguía junto a mí.  

¿Quieres bailar? –pregunto al oír que comenzó a sonar un ligero vals.   

Si -Le conteste con una ligera sonrisa

El tomo mi mano y me llevo hacia la pista de baile donde se encontraban varias parejas, sujeto mi cintura y en seguida nuestros cuerpos se dejaron llevar por aquella suave melodía.  

Me gusta sentir su calor junto al mío, amo ser un poco más baja que él ya que al abrazarlo su corazón queda justo en mi oído haciendo que sea una grata melodía la cual escuchar, amo que sus manos en mi cuerpo me hagan sentir protegida, como
si nada malo en este mundo pudiera pasar. 

Mientras la melodía seguía nosotros seguíamos danzando, de vez en cuando Jonathan me miraba dandome una tierna sonrisa y luego seguía bailando, quería que ese
momento fuera eterno en ese momento, pero como todo lo bueno acaba, la cancion término y sentí una mano tomando mi brazo.

   

- Lia ,que grato verte aquí –me dijo Sebastián a mi lado, apretó mi mano
haciendo que me colocara al lado de él.  

Mucho gusto ,Jonathan Angelo–le dijo Jonathan presentándose. 

Sebastián Lara –vi como Jon observo que Sebastián me tenía con su mano apretándome el brazo, frunció el ceño y me miro.

Nos tenemos que ir señorita ,Lia -me dijo y Sebastián me apretó más.  

— ¿Por qué se van?, yo quería bailar con ella un rato

— Tenemos que trabajar señor Lara –espeto serio Jonathan.

— ¿Trabajar?, pero si estaban bailando

— Estamos haciendo un acuerdo algo pesado para la compañía, me tenía con mucho estrés, quise bailar para distraerme un poco y le pedí a la señorita Lia que si podía hacerlo conmigo.

Y yo le dije que si por educación, Sebastián.

— ¿Ustedes dos tienen algo? –pregunto de repente, mire a Jonathan nerviosa y él lo noto gracias a Dios. 

— ¿A qué viene esa pregunta señor Lara? –le preguntó.

— Ella ha estado sola por acá, usted es un buen hombre, usted me entiende, las mujeres suelen fijarse en otras personas.

Estoy seguro que si la señorita,Lia tiene una relación no se va a fijar a en nadie mas.

— Lo sé, pero aun asi uno tiene que vigilarlas –dijo Sebastián riéndose un poco arrogante-ya sabe, las mujeres como el sexo débil pueden caer en la tentación.
 

— ¿Cree que las mujeres son el sexo débil? 

— No, no vaya a creer que soy machista – Jonathan frunció mas el ceño, se le notaba que se estaba comenzando a molestar-, solo digo que hay muchas cosas que ellas
no pueden hacer, además de que obviamente son más débiles y delicadas que los hombres.

 
Umm, cada quien con su pensar –dijo Jonathan -pero no, la señorita y yo solo tenemos una relación profesional.

— ¿Seguro señor Angelo? -Insistió Sebastián.

¿A qué se refiere?  

— Es que se les ve una confianza algo extraña a mi parece. 

— No se preocupe, es solo que es mi secretaria y debo tenerle confianza para que maneje mis asuntos

— Claro –me dijo Sebastián sonriéndome- eso debe ser   

— ¿Usted que hace aquí? –pregunto Jonathan con curiosidad en la voz.

No se lo digo, -dijo refiriéndose a mí- estoy dando una serie de conferencias.
   

Usted disculpe, ¿Acerque de qué?   

— Doy charlas de como los hombres debemos aprender a dominar a las mujeres –Jonathan se lo quedo mirando y de repente su puño se cerró.  

— ¿Disculpe?   

Sí, es que a lo largo se ha perdido la tradición de que en el matrimonio los hombres son los que mandan, por eso es que hay tantos divorcios señor Angeli,
los hombres nos hemos dejado dominar, pero ya no más, es hora de que todo vuelva a la normalidad y nosotros la dominemos a ellas.   
 

Jonathan se lo quedo mirando, y luego me miro a mí, no supe descifrar su mirada, solo estaba serio y no se mostraba ninguna emoción en su rostro. Mi corazón se hizo chiquito al ver cómo me miro.
   

Señorita Lia, debemos irnos.  

— ¿Seguro que se tienen que ir? 

Si –me dijo mirándome a mí, luego miro a Sebastián con desprecio. Estaba perdieno la paciencia-si nos tenemos que ir.

Luego hablamos,Lia-me dijo Sebastián.   

— Está bien -musite mirando a mis zapatos.   
 

Jonathan dejo que caminara adelante y el siguió tras de mí, todo el camino hacia la habitación fue en silencio, El no dejaba su cara seria y mi corazón no dejaba de latir a mil por hora.   

Justo al entrar a la habitación se rompió el silencio.  
   

Explícame, y por favor con toda la verdad que demonios está pasando.

— Jonathan...

— ¡Que me expliques!   
 

Solté un suspiro, es hora de decirlo todo.

El dueño de mi vida. [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora