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-Permiso, se me ha perdido algo entre tus piernas.

   
Lo empuje lejos de mi haciéndolo reír, hace cinco horas habíamos llegado a mi país y los nervios habían hecho estragos en mí. Jonathan me dijo que hoy mismo no haríamos las cosas ya que vamos a tomar precauciones, por eso decidió llevarme a una pequeña laguna donde es muy común ir a acampar y hacer fogatas en ella.   

Inserte un malvavisco en una pequeña barra y lo puse al fuego.   

Tengo que confesarte algo más Jonathan –el me miro y se sentó frente a mí.   

Dale –suspire-, ¡Dime!   

Bienvenido... 

— ¿Bienvenido a qué?

Bienvenido al mundo del sida...  
 

Me quedo mirando como tratando de examinar cada expresión de mi rostro, permanecí seria y vi cómo comenzó a rascarse el cuello.    

¿Hace como calor, no crees? –dijo mientras se quitaba la ropa entero-, siento que me pica todo –comencé a reír al ver su ataque de pánico. 

—¡ Es mentira Jonathan, es obvio que es mentira!

— ¡Eso no se hace, joder!

— ¿Cómo pudiste creerme? –pregunte riendo.

Pues me he enterado de tantas cosas que ya no me sorprende nada, por cierto, quiero que me cuentes sobre tu hija –dijo mientras se volvía a sentarse al lado mío.   

¿Te piensas quedar desnudo?  

— Si, ya me conoces, no hay nadie aquí, asi que ¿Por qué no? –dijo encogiendose de hombros.  

Está bien –le sonreí-, ¿Qué quieres saber?   

— ¿Cómo se llama? 

— Leslie y tiene tres añitos   

— Oh, entonces ya sabe hablar 

Demasiado, es una parlanchina, habla hasta por los codos –dije riéndome-, me cuenta todo lo que le sucede en el día y pregunta demasiado.   

— ¿Qué crees que diga cuando me conozca?

Probablemente primero te examine de pies a cabeza, luego hará pregunta sutiles y poco imprudentes –el rio- pero le caerás bien.  

— Oh vale –dijo y se movió algo inquieto.  

Jonathan...

— Dime  

— No quiero que sientas presión.

— ¿A qué te refieres  

— Con ella, sé que ella es mi hija y que nosotros tenemos una especie de "algo" –dije entrecomilla y el sonrió-, no es tu responsabilidad la niña . 

— Ya veremos eso, hermosa.   

— ¿Alguna vez pensaste en tener hijos?   

— No, pero llegue a tener uno –dijo y quede estupefacta viéndolo-, vez, asi mismo quede yo.

— ¿En serio lo del hijo? 

Si, con mi ex, bueno ella quedo embaraza y si es cierto que yo no tenía planeado tener un hijo, pero al pasar el primer mes con la idea se me fue haciendo cierta ilusión por tener mi primer hijo 

¿Qué paso?

— Ella me llamo un día y me dijo que había tenido unos problemas y había perdido él bebe    

— Oh, lo siento

— No, no lo sientas, no es tu culpa, es culpa de ella  

Jonathan no es culpa de ella haber tenido complicaciones en el embarazo.   

— No las tuvo, al mes encontré los papeles del aborto que solicito  

— ¡Qué perra! –dije y el rio.

Exacto, después de ahí al mes terminamos, nadie supo ni de su embarazo ni lo que hizo, pero... 

Tu si lo querías tener –dije finalizando por él. 

Si, ya me estaba agradando la idea de tener a mi decencia corriendo por toda la casa, aunque he decirte que no le tengo paciencia a los niños

— Todo es costumbre, Jonathan 
 

Él me sonrió y se me acerco lentamente hasta besarme, un beso suave, un beso tierno, un beso lleno de sentimiento... últimamente los beso de Jonathan eran asi y me encantaban.   

Se levantó a poner un leña a la fogata y al verlo desnudo delante de ella me
hizo gracia y le tome una foto a lo cual él se dio cuenta y me apunto con su
dedo.   
 

— Ojo con esa foto porno.  

— Tranquilo, será mi colección privada –dije riendo.

— Oh, yo también quiero una de ti.  

— No cariño, tu no –el rio. 

Tengo algo que decirte –me dijo sentándose de nuevo a mi lado. 

— Dime...   

— ¿Quieres ser mi novia? -pregunto y mi respuesta involuntaria fue reírme-, ¡¿De que te ries?!, ¡Es en serio!

Lo se, pero es que nunca te imagine preguntándome eso! - me excuse 

— ¿Entonces? 

— Si Jonathan, si quiero ser tu novia.   
   

Y  nuestros labios nuevamente se unieron.

El dueño de mi vida. [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora