"6 to 9 we rock and roll."
(De seis a nueve nosotros rockeamos.)
Mientras se ponía los zapatos podía sentir su estomago rugir. No era de hambre, ni de indigestión, era simplemente de nervios. Tal vez era porque sabia que de alguna u otra forma aquel hombre tan talentoso iba a buscar la manera de molestarla por su maleducada actitud el día anterior a este. Se estaba haciendo eterno. Sabia que haber llegado temprano solamente iba a empeorar su estabilidad mental así que por mas que empezaba a sentirse mareada se redimió y sonrió a la nada como una tonta. Tratando de ser positiva. El no puede ser malo conmigo; pensó. Estoy pagando por esto, se volvió a repetir internamente. De todas formas su objetivo estaba casi completo y debía sentirse privilegiada de tan siquiera compartir una habitación con tal personaje, y de inmediato al pensar en eso dejo de sentirse nerviosa y esta vez suspiro aliviada.
Fueron las seis en punto al revisar su teléfono y su corazón empezó a latir con fuerza. Haciéndose la pregunta de donde diablos estaría el. ¿Acaso lo habría olvidado? Eso no le daba mucho animo que digamos pero estaba dentro de las probabilidades. Claro, el era un hombre ocupado. Tal vez lo olvido y fue a descansar después de un día largo. No lo culparía. Porque era la ultima cosa que quería hacer, ser un estorbo.
Abrió la puerta del salón descuidadamente, sin esperar que nadie se encontrara dentro. Llevaba el cabello en la cara y cuando logro medio recogerlo en una cola de caballo se dio cuenta que la persona de la cual había dudado hace un momento se encontraba frente al espejo, como si lo hubiese tomado por sorpresa miro en su dirección con notoria desaprobación.
— Llega tarde.—Ni siquiera dejo un espacio para el silencio. Su voz era tajante y clara, como si le quisiera dar a entender que era la primera y ultima vez que se lo decía. A pesar de ser su supuesta primera conversación. Con torpeza reviso su reloj sin saber que exactamente responder a eso y pudo darse cuenta que tenia razón aunque su retraso fuesen de solamente dos minutos. La miro unos segundos, casi inspeccionando su cara y sonrió al borde de parecer que se reía. Volvió a dirigirse a ella suavizando un poco su expresión de fastidio. —Señorita Lee Eun Ji.
[Martes 19 de Junio del 2018.]
