Él era pequeño, casi de su misma estatura. La sobrepasaba por unos tres centímetros, tenía el cabello negro y bien peinado junto con su traje de solapa marcando su cuerpo claramente entrenado, estrechando su mano con delicadeza mientras la presentaba orgullosamente a la audiencia. Ella se movió con delicadeza meneando sus caderas con destreza, los hombros relajados y la mirada en alto. Cuando la música empezó a sonar ella, ella simplemente ya no era la señorita torpeza. Su postura, su forma de caminar hacia el centro de la línea de vals completamente llena de confianza. Me pareció tan atractiva.
Mis ojos no podían dejar su figura, su sonrisa y tampoco parecían dejar de dibujar mi figura frente a ella sustituyendo a su compañero de baile. Metiendo las manos en mis bolsillos disfruté hasta la última gota de orgullo por Eunji que desbordaba desde el fondo de mi corazón el cuál no parecía dejar de latir fuertemente contra mi pecho.
Cuando la exhibición terminó, todas las parejas salieron de la pista elegantemente dirigiéndose a la sala de descanso; incluyendolos porsupuesto. No perdí el tiempo, me levanté de la mesa en la que me encontraba, aplaudiendo al igual que los demás para luego abonotarme el saco y dirigirme directamente hacia los mismos dando zancadas.
La miré tomar agua de una botella seguido de una risa y un suave golpe en el pecho a su compañero quién también parecía disfrutar el momento. Mis ojos se toparon con los del anciano que los entrenaba, al cuál conocía hace años atrás. Al verme asintió con la cabeza y se alejó de sus estudiantes con las manos entrelazadas en la espalda. Él había llamado, y era claro que estaba esperando mi llegada.
Cuando estuvimos frente a frente le dediqué una reverencia, haciéndolo molestar, y sabía que lo haría, lo supe porque palmeó mi espalda para que me enderezar lo más pronto posible y dijo:
— No pasé años corrigiendo tu postura para que ahora vengas y trates de arruinarla frente a mi.—Me extendió su mano y se la estreché gustoso, ganandome una sonrisa de su parte.— Al parecer tu horario debe de estar un poco más flexible ahora que las promociones están acabando.
Su rostro se entristeció por un momento y volvió a hablar:
— Se ha estado esforzando mucho últimamente a pesar que le digo que tiene que descansar sigue insistiendo, tengo que cuidar mucho de ella.—El anciano suspiró y le palmeó el hombro a Jaebum para después decirle: —Es una buena chica, es sólo que estoy viejo, seria mucho mejor si tú le dijeras de una vez por todas que te gusta y dejaras de darle vueltas al asunto.
Y así el entrenador caminó hacia mi dirección contraria sin volver a ver atrás, dejándome con las orejas rojas a causa de su comentario tan directo.
Así que sacudí mi cabeza y seguí caminando hacia Eunji hasta que la misma notó mi presencia y pude ver un resplandor impresionante expandirse en sus ojos cuando trotó hacia mi dirección de forma casi instantánea y enredó sus brazos alrededor de mi cuello dándome un abrazo, tan naturalmente cómo si la última vez que nos hubiésemos visto fuese ayer.
— Se qué prometimos asistir al evento del otro, pero con todas tus promociones nunca creí que tuvieses tiempo de venir.—Ella me dijo separándose justo antes de que tuviese la oportunidad de devolver el gesto, me sonrió:
— Nunca decepcionas Im Jaebum.
Jaebum arqueó una ceja y la miró directo a los ojos para luego decir:
— ¿Im Jaebum? Así que Im Jaebum, eh?
Eunji se tocó la barbilla pensativa y fingió no saber a qué se refería.
— Claro, Im Jaebum.—Se atrevió a decir nuevamente cruzando los brazos por debajo de su pecho con insolencia, haciéndolo reír una vez más.— ¿No fue de esa manera cómo te presentaste la primera vez que nos conocimos?