MinSeok es un omega, un omega hermoso, tierno, frágil, delicado, de buenos sentimientos, bueno casi un trozo de cristal sólo que hay un pequeño detalle.
No es un omega cualquiera, lucha por sus derechos y no quiere ser marcado por ningún alfa o est...
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MinSeok había despertado en el amanecer los rayos del Sol iluminaban su cuarto de una forma espléndida pero la luz no le molestaba en lo absoluto, era viernes así que tenía tiempo para arreglarse e ir a la universidad. Ya en su último semestre se la estaba pasando bien. Se levantó de la cama para dirigirse a su baño.
La habitación estaba bañada de un olor a glicinias y rosas, no, no estaba en celo, así era su olor fuerte, claro que cuando conociera a su alfa este estaría embriagándose del mejor perfume y no lo dejaría irse de la cama.
Ni siquiera podría abrir las ventanas para que el olor se esparciera por la calle, cualquier alfa que lo oliera estaría en la puerta de aquella casa con un ramo de rosas para pretender al lindo muchacho. Se metió a su baño donde había una regadera y una bañera, optó por la regadera, se desnudó, la ropa que traía puesta cayó al suelo. El agua bajó el olor y más el jabón con fragancia a vainilla. Su piel nívea se confundía con la espuma.
Al terminar se secó con una toalla súper suave, su madre siempre cuidaba de sus hijos omegas porque quería que fueran los más hermosos de la región, al salir humectó con crema cada parte de su piel.
Se vistió con un pantalón de mezclilla junto con una sudadera rosa, peinó su cabello para que cayera sobre su frente, delineó un poco sus ojos y pinto sus párpados también, él provenía de una familia de alta alcurnia y no podía permitirse verse mal.
Bajó a desayunar.
En la tarde JongDae pasó por la entrada de la universidad, todas las facultades se encontraban ahí, llevaba su motocicleta, le detuvo el hecho de que MinSeok estaba siendo acosado por muchos alfas, le molestó tanto aquello, tanto que se estacionó y se dirigió con el hermoso omega y una vez ahí les gruñó a los demás.
—No se atrevan acercarse a mi omega o sabrán lo que se siente ahogarse con su sangre —JongDae se mostraba imponente con aquella cabellera rubia y con una chaqueta de cuero negro.
MinSeok vio como los alfas se alejaban de él, a excepción de uno. Era más alto que JongDae, demasiado fornido, con una expresión dura.
—¿Tú quién eres para decir tales estupideces? —dijo aquel hombre de apellido Song —. Este omega es mío.
Haló a MinSeok con rudeza haciendo que se quejara, como si MinSeok no valiera nada.
—No vuelvas a tratarlo así que él tiene todo el derecho de elegir con quien quiere irse.
MinSeok se sintió halagado por todas esas palabras, nadie se había interesado por un omega de esa manera.
—¡Así que suéltalo! —ordenó —. O me veré obligado a hacer que muerdas la arena donde te tire.
JongDae no parecía intimidado. MinSeok se soltó de Song y se escondió detrás de JongDae.
—El sábado en el campo deportivo, a las ocho te espero y si no te presentas este precioso será mío.
MimSeok se sentía realmente ofendido estaban negociando con él.
—Ahí estaré —él no iba a doblegarse.
JongDae tomó la mano de MinSeok y lo guió a la salida.
—No puedo creer que hayan negociado sin mi consentimiento, eres igual que todos los alfas, eres un aprovechado que sólo piensa en sí mismo —se cruzó de brazos.
—MinSeok no lo hice por mí, lo hice por ti, si gano ellos dejarán de molestarte y entonces ellos no te tomarán a la fuerza —encendió su motocicleta.
—Ni creas que voy a ir a verte —algo en su omega le alegraba tanto esas palabras.
—De todas maneras, lo haré por ti —sonrió para después ponerse su casco.
MinSeok no podía negar que aquel hombre se veía irresistible con esa ropa de cuero y esos guantes urbanos.
—¿Quieres que te deje en tu casa? —preguntó.
Después de haberlo defendido al menos tenía que agradecerle aceptando su invitación. MinSeok se subió a la parte trasera.
—Abrázame por la cintura —las mejillas del omega se tiñeron de rosa.
JongDae las tomó y las puso alrededor suyo. Una sensación de comodidad los albergó. Una vez seguros encendió la motocicleta y emprendió el camino a la casa de MinSeok, el olor a bosque de JongDae estaba deleitando al omega.
Al llegar a casa MinSeok se bajó de la motocicleta soltando un gracias y corriendo a casa de inmediato. Subió a su habitación para mirar por la ventana, pero JongDae ya se había ido.
—No sabía que salías con alguien —habló su hermano —. Y menos con el escritor famoso de novelas negras.
—No estamos saliendo —aclaró. Se sentó en su cama.
—¿Es igual de guapo como en las fotos? —preguntó.
—Demasiado apuesto, es todo un caballero, tiene una voz que derrite a cualquiera, incluso me defendió de unos alfas, es muy considerado —abrazó a su gran oso de peluche.
—Sospecho que es el alfa correcto —BaekHyun apoyó una mano en su hombro —. Suenas como todo un enamorado sólo te faltó suspirar.
—No, yo no estoy enamorado sólo digo lo que veo, no quiero que...
—Te arruine tus sueños, ¿verdad? —el mayor asintió —. MinSeok quizás él no es como los demás alfas. Tú no vas a ser como yo. Pero mírame soy feliz con ChanYeol voy a tener un bebé y tendrás un sobrinito.
MinSeok ni siquiera sabía lo que estaba sintiendo, todo era confuso y todo por la culpa de ese hombre, de ese alfa de sonrisa gatuna y cautivadora.
