Brad
La puerta del despacho de Aarón, uno de los ángeles mayores y el jefe del consejo de Ángeles, esta medio abierta. Mire la perilla dando un hondo respiro antes de cruzar el umbral.
Él está como en las películas mirando por su ventana dándome la espalda. No se da cuenta de mi presencia hasta que carraspeo un poco con la garganta, se da vuelta muy lentamente y hace una mueca parecida a una sonrisa al verme.
Aarón es el único ángel con alas doradas en todo el cielo, el más sabio y antiguo de todos. Sus ojos son dorados y pequeños, tanto que casi ya no se ven por sus arrugas, casi no tiene cabello, pero aun así; su inteligencia sigue intacta, como el día en que unifico a todos los pueblos en la paz.
-Brad...- Dijo el anciano esbozando una pequeña sonrisa- Al fin llegas. Pasa, estaba esperándote- entre y tome asiento frente a él.
Sus ojos tenían un brillo especial al ver los míos. No tenía idea de porque me había citado. Ni lo que estaba pasando, pero no tengo un buen presentimiento.
-Sé que estas preguntándote porque te cite aquí...-
-La verdad es que si señor A-
-Antes de eso. Quiero hacerte una pregunta. ¿Has notado algún comportamiento extraño en los humanos estos días?-
-Hace un tiempo que no voy a la tierra Señor. Pero mis compañeros me dijeron que varias cosas extrañas están pasando, no tanto con los humanos, sino más bien con la naturaleza. El reino de las hadas es el que por el momento está siendo más perjudicado. Sin embargo, ellas no parecen notarlo y siguen con sus vidas como si nada- Respondí con total sinceridad.
-Entiendo... ¿Y tienes alguna sospecha de porque el mundo esta así?- Puso sus manos sobre la mesa y comenzó a jugar con sus dedos.
-No lo sé Señor. Supongo que es por el mismo motivo de siempre: Humanos. Desde que ellos llegaron a este mundo lo arruinaron todo. Los pueblos sobrenaturales por fin ponen un acuerdo de paz entre ellos y llegan estos mortales, sin magia, sin habilidades, sin hechizos, sin inteligencia. Prácticamente sin nada y se apoderan del mundo como más quieren. Destruyéndolo segundo a segundo con cada paso que dan...-
-Estoy de acuerdo contigo Brad. Pero si llegaron a este mundo debe ser porque tienen un propósito, todavía no descubrimos cual, pero tienen un propósito-
-Lo se Señor. La esperanza es lo último que perdemos. Está en nuestra sangre y código, pero no entiendo que tiene que ver eso con que me haya citado aquí-
-Todo a su debido tiempo Brad... Hace un momento nombraste parte de nuestra historia ¿Podrías decirme algo breve de ella?-
-Se lo que estudie. Hace varios siglos los pueblos sobrenaturales vivían constantemente en guerras. Para saber quién era el más fuerte de todos. Finalmente nuestra raza, los ángeles, decidieron poner fin a las guerras y unificar a todos los pueblos para que reinara la paz. Uno de los fundadores de esa idea fue usted mismo Señor A-
-Eres muy inteligente Brad... Sé que haré bien en confiarte esta misión...-Su tono de voz se volvió más apagado.
-¿Misión? No entiendo nada Señor. ¿De qué está hablándome?-
-Brad... Escúchame, tengo una noticia que darte y créeme... no es nada buena-
-Señor A por favor deje de asustarme, dígame de una vez lo que ocurre- Dije impaciente.
-Desde hace un tiempo la mayoría de pueblos sobrenaturales está notando varios acontecimientos extraños que están sucediendo en la tierra. Tú mismo lo dijiste. Y el daño supera a cualquier daño que un ser común pudiera hacer. Es algo más... algo mágico. Estuve investigando un poco y con el consejo llegamos a la conclusión de que es una nueva raza la que está causando todo esto-
-¿Cómo...una nueva raza?-
-Así es Brad. Una nueva raza abunda entre nosotros y no son nada amigables. Es más, tenemos la sospecha de que quieren destruirnos. No solo a nosotros, quieren destruir a todos los pueblos. Si no actuamos rápido lo van a conseguir- Su voz se notaba quebrada.
-¡No podemos permitir eso! Tenemos que hacer algo urgentemente- Dije alterado.
-Calma Brad... Eso lo sabemos. Tenemos un plan para vencerlos-
-¿Pues qué estamos esperando? En marcha Señor A. Voy a ayudarlos sin duda alguna-
-Tranquilízate hijo... no es tan fácil como parece. Esta raza es fuerte. No sabemos mucho de ellos; pero sí que son peligrosos, no podemos pelear solos-
-Llamaremos a los ángeles de todo el mundo Señor- Anuncié.
-No me refiero a eso Brad... Estoy diciendo que necesitamos de los otros pueblos para que nos ayuden. Luchar todos juntos y vencer al enemigo- Ahora si no creía lo que escuchaba.
-¿Es una broma señor? ¿Luchar junto a hombres lobo, hadas, sirenas, vampiros y.... demonios?-
-Si Brad... Es la única manera de vencer. Juntos somos más-
-Es una idea ridícula Señor A, disculpe que le diga pero no creo que sea un buen plan-
-La decisión está tomada hijo. Nosotros nos quedaremos y lucharemos junto a los pueblos para vencer al enemigo. Tú tienes una misión que cumplir-
-¿De qué trata?-
-Tendrás que ir con un representante de cada pueblo al centro del problema. Sin reproches-
-Pero...-
-Ya hable con los pueblos y están de acuerdo con esto- Se levantó, busco una pequeña caja y de ella saco 5 fotos- Estos son los 5 chicos que te acompañaran en tu misión, tendrás que ir a buscarlos y convencerlos de que vayan contigo.
Eran dos chicos y tres chicas.
-¿Cómo se supone que tengo que convencerlos?-
-No lo sé hijo. Es parte de tu misión- Dijo entregándome las fotos- Sal de aquí y ve a buscar a esos 5 chicos ahora. Buena suerte- Dijo levantándose para abrirme la puerta.
-Pero Señor A....-No pude terminar porque me interrumpió.
-Sé que lo lograras Brad, yo confió en ti. Es momento de que tu confíes también en ti mismo- Dicho eso me saco de su despacho y cerró la puerta a mis espaldas.
Me quede parado frente al umbral como un completo idiota que tenía que emprender una misión arriesgando su vida para salvar a todos los pueblos. Con una caja en la mano y 5 chicos que tenían que ayudarlo. Mi día no podría ser mejor.
Abrí la caja y volví a ver bien las fotos de mis 5 futuros ayudantes.
Un hombre lobo de aspecto muy varonil llamado Jace.
Una pequeña hada bastante colorida llamada Ailey.
Un vampiro muy antiguo con cara de pocos amigos llamado Felix.
Una sirena con rasgos muy delicados y suaves de nombre Acqua.
Y... una "simpática" demonio con cara de tonta, llamada Megan.
Si esto era antes era difícil, ahora es imposible.
Pero como siempre digo: La esperanza es lo ultimo que se pierde.
N.A.: hey como estan lectores?
no suelo publicar dos veces en un dia, pero me voy de vacaciones y voy a estar ausente un tiempo, queria dejarlos con el primer capitulo al menos
espero que les guste
Brad es el de la foto
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La Sombra Brillante, Encerrada
Roman pour Adolescents"Entiende de una vez. No soy un monstruo, y si lo fuera aun sería mejor que tú, estúpido humano"