Ailey
Viajar con un lobo no es tan malo como piensas.
Si no te molesta que se rasque compulsivamente, que se detenga para olfatear cada arbusto y que haga chistes malos. Felicidades, estas capacitado para viajar con un lobo. (Vale, creo que los chistes malos no solamente son un rasgo que tienen los lobos)
-¿Entonces a donde estamos yendo ahora?- Pregunto Jace.
-A la playa, para buscar a una sirena que nos acompañara en nuestra misión- Contesto Brad.
-¿Y la sirena es bonita?-
-¿A qué viene esa pregunta?- Dijo Brad.
-Solo pregunto ¿Acaso la quieres para ti rubio?-
-No, solo quiero cumplir con mi misión-
-¿Falta mucho?- Pregunte.
-Sí, todavía tenemos que cruzar la ciudad-
-Sería más rápido si voláramos- Comente.
-Lo sé, pero Jace no puede volar- Dijo Brad.
-Puedo correr detrás de ustedes, soy rápido-
-Aun así, es peligroso. Si pasamos por la ciudad, los humanos podrían vernos a nosotros volar y a ti correr como un animal salvaje- Anuncio Brad.
-Soy un animal salvaje-
-¿No hay otra forma de llegar a la playa que no sea cruzando la ciudad?- Pregunte.
-No- Dijo Brad.
-Si- Dijo Jace.
-No hay otra forma-
-Si la hay-
-¿Cuál es?- Pregunto Brad.
-Por las montañas, siguiendo el curso del río- Señalo Jace- El río desemboca en la playa. Yo podría ir corriendo por las montañas y ustedes volando sobre ellas; nadie nos vería- Dijo Jace orgulloso, creo que era lo primero inteligente que decía en todo el viaje.
-No creo que sea seguro- Hablo Brad- Además tendríamos que dar la vuelta hasta las montañas y seguir el rió, nos llevaría más tiempo-
-Pero no tanto si fueran volando y yo corriendo. Si vamos por la ciudad tenemos que ir si o si caminando- Comento Jace.
-No estoy seguro...-
-Mira rubio-
-Brad- Corrigió Brad.
-Mira Brad. Soy un animal salvaje, no pienso demasiado, más bien sigo mi instinto- Le dijo Jace.
-Es por eso que te metes en tantos problemas- Dijo Brad.
-Puede ser. Pero también me hace el camino más fácil- Jace dio una sonrisa pícara. Sus dientes parecían recién lustrados y daban a entender que en cualquier momento te daba un mordisco que arrancaba tu piel. Volvió sobre sus pasos y hecho a correr, en cuestión de segundos solo era una pequeña figura que se alejaba cada vez mas.
-¡Jace!- Grito Brad, pero él siguió corriendo
-¿Qué hacemos?- pregunte.
-Tenemos que seguirlo, no tenemos que separarnos, ¿Qué tan rápido puedes volar?- pregunto Brad.
-Vamos a averiguarlo- Abrí mis alas. Él hizo lo mismo con las suyas y ambos despegamos al cielo entre los árboles, siguiendo a un lobo bastante veloz.
Con Brad sobrevolamos los arboles a una velocidad que estoy segura de que si la Reina Fairy me viese, me daría un sermón tan largo como los las alas del rubio.
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La Sombra Brillante, Encerrada
Novela Juvenil"Entiende de una vez. No soy un monstruo, y si lo fuera aun sería mejor que tú, estúpido humano"