Twitteando a la A

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Porque su forma de querer
la hacía daño,
no solo a ella,
sino,
a todo el que la rodeaba.
Su amor estaba envenenado.
Pero, ella no quería que él
dejase de sonreír,
era lo más bonito del mundo.
¡Qué puta sonrisa más preciosa tenía!
Él era un suicida,
ella una depresiva.
Él llevaba un poco de locura
en su mirada
y ella una sonrisa extraña.
Nadie les comprendía...
Era perfectamente imperfecta.
Y no quería que él se alejase,
que se fuese,
que la dejase sola...
Por todo aquello.
Intentó luchar por ello.
Él insistía,
aunque no se lo creyese,
en que no la dejaría sola,
porque era importante...
Pero una vez más
fue ella quien tuvo razón.
Las estrellas le parecían más cercanas que él.
Eran como el lobo y la luna.
Tan lejanos.
Sin poder tocarse.
Si supiera que...,
muchas veces se sentó a mirar el cielo,
preguntandose si haría lo mismo, porque en la distancia
era lo único que los unía.
No se sentía tan sola..
Quería ver sus heridas...
Esas con las que sus ojeras delataban
que no había dormido nada,
que él era dueño de su insomio.
Y se preguntaba,
¿cuántas noches no pudo dormir
contandole a las estrellas
y a la almohada
sus alegrías y penas?
¿Cuántas noches la necesitó
y ella le faltó?
Él le dijo
que se acostumbraría a su horario pero al final fue ella
la que se acostumbró al suyo.
Él se convirtió en su insomio...
La soledad la quemaba
a esas horas de la madrugada.
No dejaba de pensarle,
se apoderó de sus preocupaciones.
El amor la era más bonito en fotos...,
canciones...,
historias...
Es decir,
el amor no le parecía
tan bonito en la realidad.
La dolía el tema.
Pensaba
que era más de leer historias de amor
que no eran la suya.
Ella no valía para todo esto,
era mala en este juego de "dos".
Y aún así pensaba en que...
No sabía bailar, pero
¿bailaría con ella?
Al fin y al cabo...
Todas las rosas tenían espinas
y tenía que aprender a cogerlas.

El Aullido Solitario del Alma (Poesía)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora