XXXI

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Pasaron los días extrañamente tranquilos, nadie tocaba el tema de Thanos o de aquel aterrador sueño que en cualquier momento podía hacerse realidad; desde el día en que convivieron juntos automáticamente todos se sintonizaron con aquel momento y querían que durara más tiempo que inconscientemente olvidaron el peligro que lentamente se acercaba.

-¿No se supone que en este lugar vive más gente? - Loki caminaba con Narfi en los brazos por los jardines de la base acompañado de Natasha y Barton.
-Así es... Están en una misión - contestó Natasha.
-Puedes engañar a cualquiera pero a mi no, se que entre ustedes pasó algo que los dividió ¿Ya le dijeron a mi hermano?
-Si... Steve nos... dejó, traicionó o algo por el estilo y ya sabe Thor todo lo que ha pasado al igual que Bruce.

-¡Clint!
-Vamos Nat ¿De qué nos sirve ocultar las cosas? Por cierto ¿Por qué no usas la carriola que compré para Narfi?
-Agh, esos aditamentos midgardianos son bastante imprácticos y estorbosos, prefiero cargarlo así se que está seguro entre mis brazos.
-En verdad me sorprendes, nunca imagine ver al despiadado Loki de esta forma - Natasha señaló de pies a cabeza a Loki mientras se detenían cerca de la entrada del edificio principal.

-¡Vaya! ¿Paseando a las mascotas? - Wanda caminaba hacia ellos junto con Visión -. Sólo procuren que no se les rompa la correa.
-¡Wanda! - Visión llamó la atención a la mujer que acompañaba, se miraron mutuamente y parecía que se estaban matando con la mirada hasta que Wanda cedió.
-Lo siento yo... - suspiró -. Es sólo que tú...
-No te preocupes Wanda, ese es tu nombre ¿cierto? - Loki esbozó una sonrisa -. Se lo difícil que es para ti aceptar a alguien y perdonarle - su sonrisa se agrandó -. Y más cuando en ese alguien ves el reflejo de tu pasado, de todo el daño y horror que provocaste solo por placer, por venganza y más que perdonar a otros - hizo una pausa -, no puedes perdonarte a ti misma.

Todos miraron a Loki, el Dios del Engaño seguía ahí con aquella sonrisa perversa que lo caracterizaba, con aquel brillo intenso en los ojos esmeralda que aparecía cada vez que lograba penetrar la mente de alguien para destruirla.

-Y no te culpo - empezó a caminar dejando atrás a Visión y Wanda, mientras Natasha y Barton empezaban a caminar tras de él -. Si yo fuera como tú también me odiaría, pero yo soy un Dios y tú una simple mortal.






Caminaron en silencio hasta llegar a la sala principal.

-Bueno ya, digan algo... Ya se que estuvo mal lo que dije pero ella se lo buscó - Loki se sentó en medio de un sofá y acomodó a Narfi en él, colocando un cojín para que este no rodara.
-En realidad tienes razón - contestó Natasha sentándose frente a él -. Pero jamás me imaginé que volverías a hacer eso.
-¿Hacer qué?
-Penetrar la mente de las personas - Barton respondió mientas miraba por el ventanal.

-En realidad no lo hice - ambos miraron sorprendidos a Loki -. Aquello que dije lo trae escrito en todo su cuerpo, en sus gestos y en su forma de comportarse, yo solo le hice creer que había visto a través de ella.
-Me impresionas.
-Además tiene a ese sujeto y en él he visto un sentimiento muy fuerte hacia ella, él será el que la haga cambiar.

-¿Hablas de Visión?
-¿Quieres decir que entre ellos dos hay algo?
-¡Ay no puede ser! Ustedes los midgardianos son muy lentos para captar las cosas.

Transcurrió el día con normalidad, todos se juntaron para comer, platicaron de lo sucedido durante su paseo, Thor y Strange sermonearon a Loki mientras que Stark lo alagaba y Banner reía por lo curioso que era aquella situación. Al llegar la noche todos se retiraron a sus respectivas habitaciones, había terminado otro de los tan contados días de tranquilidad que gozarían antes del caos.

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