20

2.5K 139 25
                                    

Seguimos besándonos.

-Uuy acá están muy entretenidos.- hablo Nano mientras reía.

Nos separamos y volteamos a ver a Nano.

Los dos empezamos a correr para que no nos atraparan, vimos como como Nano atrapaba a Macky.

Nos habíamos retirado bastante de los demás.

-Me gusto mucho tu forma de callarme.- soltó una carcajada.

-Si a mi también.- lo abracé.- Te extrañe.

-Yo también.- beso mi frente.- Te vi un poco distanciada conmigo.

-Ah sobre eso.- reí.- Me habían puesto un reto de no hablarte pero no lo cumplí por todo lo que paso.

-Que malo es esa persona que te puso ese reto.- río.

-¿Vamos a jugar al mar?.- lo mire.

-Vamos.- agarro mi mano y fuimos corriendo al agua.

-¡Helado! ¡Esta muy helada el agua!.- grite

Ernesto empezó a reír.

-Vamos acompañame.- agarro mi mano y me jalo hacía él.

Empezó a adentrarse al mar.

-Ernesto ya no piso la arena.- empecé a hundirme.

-Eres una chaparra.- se burló de mi.

Me tomo de la cintura acercándome a el y haciendo ya que no me hundiera.

-Gracias.- intente recuperar aire.

-Eres una dramática.- siguió riendo.

-Claro que no, te juro que no tocaba la arena.

-Bien te creo, vamos más a la orilla.- me ayudo a llegar a la orilla.

-¿Quieres unos cocos?.- apuntó la palmera.

-¿Seguro que puedes llegar ahí?.- mire la palmera.

-Estas hablando con Ernesto Cazares.- corrió a la palmera y la empezó a trepar, me acerque a verlo.

Empecé a reír. Había llegado a los cocos.

-¡Cuidado! ¡Coco a bajo!.- empezó a saltar todos los cocos que había.

Retrocedí para que no me cayera ninguno.

Bajo con cuidado.

-Vamos a comer cocos.- grito entusiasmado.

-Ernesto comemos cocos todos los días.- reí

-Pero nunca juntos.- empezó a abrirlos.

Me senté en la arena, Ernesto llego con dos cocos.

-Soy el mejor chef que podrás encontrar en todo tu vida.- me entrego uno.

-Claro eres mi chef favorito.- se sentó a un lado mío.

-Tu eres mi chaparrita favorita.- rió y me dio un beso en la mejilla.

-No soy tan chaparra.- agarre un pedazo de coco.

-Claro por eso casi te ahogas en el mar.- siguió riendo

-Estaba demasiado hondo.- me defendí.

-Bien, bien.- hablo entre risas.

Se acostó en mis piernas, acaricié su cabello.

-Amo estar contigo.- sonrió.

-Yo también parkour.- le di un beso en su frente.

Empezamos hablar sobre el juego en la noche y cual seria la recompensa.

Dos amores.↠ Exatlón México Donde viven las historias. Descúbrelo ahora