55

1.4K 91 5
                                    

⇨______ Piña

Macky, Ernesto y yo habíamos quedado sentenciados y alguno de nosotros se podía ir, saber que dos personas a las cuales apreció mucho se tenga que ir o hasta yo me podría ir.

Ernesto llego y se durmió supongo que estaba cansado y algo triste por la sentencia.

Estaba con Macky hablando sobre la sentencia de las dos.

—En serio prefiero irme yo antes de que tú te vayas.— me dijo, me acerque a ella y la abrace.

—No Macky tú mereces estar aquí, más que yo.

Seguimos hablando sobre la amistad que habíamos hecho a pesar de estar en diferentes equipos, hasta que las dos ya no sabíamos que decíamos y terminamos dormidas.

(...)

Yo pretendía seguir dormida pero escuche el sonido de los platos siendo impactado contra una cuchara, abrí los ojos y me encontré con Ernesto en el cuarto haciendo como un tipo tambor, al parecer había amanecido con mucha energía.

—Despierten par de dormilonas, el sol ya salió.— siguió sonando su "tambor"

—Ernesto callate y por favor no empieces como en la fortaleza.— hablo Macky sentándose, hice lo mismo que ella.

—¿que hizo en la fortaleza?— pregunte con curiosidad.

—Más bien que no hizo.— reí al imaginarme todas las cosas que podía hacer Ernesto al estar aburrido.

—Macky no traiciones a tu hermano y no le cuentes mis locuras.— se hinco como suplicándole a Macky.

—Una de sus tantas "pato aventuras" como él le llama.—y desde ahí ya me estaba riendo.— Entro al baño mientras yo estaba cenando, empezó a gritar. ¡No, no no,! ¡Sal por favor! ¡Ya salió!.— empezó a gritar Macky tratando de imitar a Ernesto que el también ya se estaba riendo.— Y luego empezó a golpear la puerta gritando ¡¿Por que a mi?! ¡Un marciano! Y siguió golpeando la puerta— se me había ido el aire de tanto reír, de seguro que estaba roja de la risa.

—Como se ve que el aburrimiento hace efecto en mi, vamos te voy a llevar a una pato aventura conmigo.— tomo mi mano y salio corriendo del cuarto y yo iba atrás de él.

—¡te va a matar _______!— alcance a escuchar a Macky

En todo la mayoría dormía que era el campamento solo estaba Daniel aún dormido.

—¿qué vas hacer?— le pregunte mientras que él veía el techo de la cabaña.

—Subiremos ahí en forma de competencia.— a punto al techo

—Arre con la que barre.— él empezó a reír por mi comentario.

—En 3, 2...— corrí para intentar subir antes de tiempo.— ¡Tramposa!— Ernesto venía atrás de mi también intentando subir.

Debía de contener mi risa si no quería caerme. Al final logre llegar primero por la "trampa" que había hecho.

—Eres una tramposa de pies a cabeza.— llegamos los dos y nos sentamos.

—Claro que no, Cazares tú eres muy desordenado y nadie dice nada.—dije con la intención de hacerlo enojar.

—Y tu eres muy distraída y todo se te olvida.— contraatacó.

Iba a decir algo pero fui interrumpida por Daniel.

—¿Que hacen ahí arriba?— salió de la cabaña para vernos.

—Fue idea de Ernesto.— me levante.

—Y tú estuviste de acuerdo con la idea.— se levantó y empezó a bajar hice lo mismo.

(...)

Hoy todos íbamos a reír ir al restaurante de la villa para que todos pudieras recargar energías.

Ernesto y yo nos subimos a la camioneta y nos sentamos juntos.

Empezamos a contar hasta llegar al restaurante y hablábamos de cualquier cosa y pendejada que se nos ocurría.

—Callen a ese par de locos.— nos grito el conductor, Ernesto y yo nos volteamos a ver y reímos creo que ya ni el conductor nos soportaba.

Intentábamos estar en silencio pero la risa de Ernesto era contagiosa haciendo que los dos empezáramos a reír otra vez, habíamos llegado al restaurante.

Ernesto salió antes que yo por lo que le metí el pie haciendo que se cayera, volví a reír.

—Entiendo me quieres matar, pero esto no se va a quedar así.— se levanto sin antes mirarme y se fue corriendo al restaurante.

Ernesto a pesar de que es mi novio, también es mi mejor amigo.

Llegue a donde estaba toda la comida, había de todo literalmente.

—Mira Piñi.— un nuevo apodo que se le había ocurrido a Ernesto.— Hay otra vez hamburguesas.— reí.

—De seguro que tu te las acabas todas.— reí y luego vi una de mis comidas favoritas.

—Mira changuito que hay sushi.— empecé a brincar de la emoción.

—Que cursis son.—hablo Daniel atrás de nosotros.

Si aveces nos pasábamos con nuestras cursilerías.

Algo pequeño pero me estoy muriendo de sueño y mañana me despierto temprano.

Dos amores.↠ Exatlón México Donde viven las historias. Descúbrelo ahora