Te Mataré.

436 36 4
                                    


El tiempo... Una medida tan relativa como nuestra percepción de la realidad, algo que es tan preciado y gastamos de sobre manera y es en lo que menos control tenemos.
Esta medida ahora era la que regía a la rubia de corazones en las mejillas, sus "deberes de la Universidad"  aprender magia, sus encargos y su novio castaño simplemente limitaban a la rubia a tratar de ubicarlos a todos en el limitado tiempo que tenía antes de descansar... Claro si es que no salía a algún lado con Marco o simplemente se quedaban en su casa ambos en compañía del otro.

Últimamente sus encargos habían aumentado, pero se habían vuelto más simples, ya sea por los objetivos, o simplemente por los conocimientos que había obtenido... Aparte de eso, el echo de que un creciente temor dentro de ella era cada vez más presente... Y aunque el siempre le declarará cuanto la amaba, ella sentía cada palabra, fuera de la sinceridad que tenían, eran tan frágiles como las alas de una mariposa.

Su mente divagaba entre cientos de escenarios posibles. Los negativos resaltaban de sobremanera, su mente imaginativa y vivaz podía ser un problema estando despierta y en solitario. Pero estando dormida podía ser todavía peor, su subconsciente le jugaba malas pasadas, generando obras crueles donde no sólo su corazón quedaba echo trizas sino también su cuerpo era dolorosamente atacado dejandose llevar por los funestos finales... Los cuales disminuian débilmente su Sanidad mental generandole inseguridad.

Aquellos sueños no hacían más que perturbarla y desmoronar aquel valor que acumulaba para confesar su "vil" secreto, era un fatídico círculo vicioso... Pero unas palabras siempre lograban aligerar esa opresión que poseía su pecho

M: Te amo mi estrella- esas simples palabras eran dolorosamente dulces... La rubia no podía evitar sentirse feliz y segura con el, de entregarse completamente a su corazón y decirle entre profundos besos y delicadas caricias que ella lo amaba y que eso nunca cambiaría sin importar nada.

Siguiendo el hilo de aquel doloroso sentimiento... Debería narrar: el día era tormentoso, una gran cantidad de nubes deformes y oscuras se cernian sobre los cielos, abarcando extensos kilómetros incluso más allá de donde ve el ojo humano.

...Pero sería mentir...

El día era bello, como si todo se hubiera alineado para generar el día perfecto, una temperatura media, una ligera brisa contoneando las hojas verdes de los árboles y algunas blancas nubes como manchones en aquel vasto manto de color celeste.
El castaño se encontraba caminando lentamente por las calles centrales de Echo Creeck, aunque el ambiente parecía tranquilo en todo detalle, el tenía una sensación que lo estaba carcomiendo se manera sutil... Preocupación, esa sensación recorría lentamente su cuerpo manteniendolo alerta con los nervios crispados y aunque tratara de mantenerse relajado le era imposible. Así que vagando decidió dirigirse a un café, quizás algo de tomar le calmara los nervios.

En tanto cierta rubia se cuestionaba que homicidio debía efectuar próximamente.

Muchas peticiones, cada una más egoísta que la anterior, y Gracias a eso ella perdía las ganas de Seguir matando. Es una adicción, pero... Cuando pierdes esa dulce sensacion, cuando la dosis ya no es suficiente... Las ganas sobran, pero ya ningún método, ningún encargo parecía significarle algún interés o causarle alguna emoción... Era monótono, la gran mayoría eran la misma historia, y el mismo fin... La muerte llegaba a todos ellos sin ningún intento de lucha y se volvía espantosamente monótono el hacer ese trabajo en solitario
S: Glossaryck, algo interesante para hoy?- la joven rubia miraba televisión, cambiando los canales constantemente, mientras que el hombrecillo azul nadaba entre las peticiones hacia la personalidad criminal de la rubia.
Glossaryck iba sacando notas, datos y varias carpetas por los aires, ninguno le parecía lo suficiente como para que la rubia aprendiera algo nuevo, y entre tanto buscar y buscar se dio con una sorpresa
G: Y esto?- dijo el tomando un sobre color negro que había pasado por alto, sin duda era raro, nunca les llegaba la información en sobres, generalmente eran CD's, folios, notas e incluso carpetas detalladamente explícitas pero ese sobre era anormal- Star viste quien te dio este sobre?- la mencionada observo detenidamente el pedazo de papel de color negro, no recordaba haberlo visto ni recibido, y glossaryck estaba en la misma situación, de donde había salido?
Ambos Sonrieron, quizás sería algo interesante, así que Star se lo arrebató de las manos y procedió a abrirlo con euforia.
S: Mira! Esto parece Bueno: "hay una fábrica que dejo de funcionar hace tiempo cerca de el bosque de Echo Creeck, ve allí al anochecer, ese lugar será tu tumba." - la rubia terminó la carta con una expresión sombría en su rostro, le daba cierto cosquilleo saber de quien se trataba, pero a su vez tenía un mal presentimiento sobre todo esto- que opinas? Voy?- glossaryck estaba pensando si era buena idea o no seguir aquel "caso" no tenían idea de que se encontrarían, pero quizás eso sería bueno para probar las habilidades de Star en todo caso no sería demasiado problema encargarse de lo que sea.
G: Puedes ir... Sólo ten cuidado. Si?- el hombrecito del libro le otorgó una sonrisa tranquila, a lo que la rubia asintió y rápidamente se dispuso a alistarse, faltaba poco para el anochecer e iba a ser puntual a su nuevo desafío.

I fell in love with a killerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora