Capítulo dieciocho

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                                  NaruSaku_StevTasha




CPOV

Poco a poco fui despertando, estaba desorientada, abrí los ojos lentamente pero la oscuridad me rodeaba, estaba sobre algo mullido, me imaginé que sería una cama, pero no podía estar segura porque todo estaba oscuro, solo podía ver algo de claridad por debajo de la puerta, intenté levantarme pero enseguida me di cuenta que tenía algo atado en el tobillo que apenas me permitía moverme.

Volví a tumbarme en la cama intentando recordar que había pasado y donde podía estar, de pronto la imágenes vinieron a mi cabeza, Marcel, el aparcamiento y como todo se volvió negro de pronto. Maldije mi mala suerte, pronto las lagrimas surcaron mi rostro, cuanto daría por estar a salvo entre los brazos de Klaus, solo esperaba que me encontraran pronto.

No sabría decir cuánto tiempo estuve tumbada mirando a la oscuridad sin oír nada, podían haber sido minutos o incluso horas, pero de pronto oí un portazo, que hizo que me levantara de golpe, fijando mi vista hacia la puerta, estaba en estado de alerta, oía unos pasos acercarse y de pronto la luz iluminó toda la habitación, tuve que cerrar mis ojos al verme cejada por la claridad, poco a poco fui abriéndolos de nuevo aunque tuve que parpadear un poco ya que la luz me molestaba, cuando fijé otra vez la vista en la puerta pude ver a la sabandija de Marcel apoyado con una sonrisa en su cara, en ese momento me dieron ganas de vomitar.

- Prima veo que estas despierta, cuanto me alegro - su voz sonaba socarrona, se fue acercando poco a poco hacia la cama, me fijé que llevaba unos papeles en la mano que los puso en una mesa que había al lado de una de las paredes.

Llegó hasta mí y puso su cara a la altura de la mía, su aliento me dio de lleno, sus ojos se clavaron en los míos, en ese instante tuve miedo, Marcel era capaz de cualquier cosa, lo estaba comprobando en mis propias carnes, sus labios se posaron sobre los míos pero fui lo suficientemente rápida para morderle, lo que hizo que se retirara rápidamente, vi como un hilillo de sangre empezaba a salir de su labio, me encogí en mi sitio esperando a que me golpeara pero su respuesta me sorprendió, empezó a reír a carcajadas, le miré alucinada, Marcel había retrocedido hasta situarse al lado del escritorio.

- Creo que no voy a volver a intentar besarte, eres demasiado salvaje para mi gusto - Marcel se limpio la sangre y dejó la habitación a los pocos segundos volvió con una silla - Ahora levántate y escribe lo que te voy a decir.

No me moví ni un solo centímetro, no estaba dispuesta a obedecerle, vi como gruñía y se acercó rápidamente cogiéndome del brazo y levantándome a la fuerza de la cama, pero caí otra vez en la cama a causa de la cuerda que tenía sujeta en el tobillo, Marcel me dejó otra vez en la cama y se dirigió hasta la pata de ésta, donde estaba el otro extremo de la cuerda, lo desató y vi como desenliaba la cuerda, por lo visto era más larga pero se había liado, cuando terminó la volvió atar y volvió a cogerme por el brazo para levantarme y sentarme a la fuerza en la silla, no pude evitar gemir de dolor.

- Ahora quiero que firmes estos papeles - miré a los papeles con cautela, cuando leí las primeras líneas, un grito de horror salió de mis labios.

- ¡NO! no, no, no pienso firmas esto - solté el bolígrafo como si quemara quise levantarme, pero la mano de Marcel me lo impidió con la otra cogió mi muñeca obligándome a coger otra vez el lapicero, su agarre me hacía daño.

- Yo que tu haría lo que te estoy pidiendo si no quieres que algo peor te pase, y estoy hablando muy en serio, estoy a punto de conseguir lo que llevo planeando desde un año y nada me lo va impedir, y si para eso debo usar la fuerza no voy a tener reparos, así que piensa bien tu jugada preciosa - sus palabras hicieron que un escalofrío recorriera todo mi cuerpo, no tenía ninguna duda de que Marcel me haría daño para conseguir quedarse con todo.

Pactó Perfecto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora