Capítulo dieciséis

581 33 0
                                    

                            NaruSaku_StevTasha

CPOV

Como podía pasar el tiempo tan de prisa, parecía que fue ayer cuando Klaus me estaba proponiendo el pacto, y ahora estaba a punto de finalizar, bueno todavía quedaba un poco más de un mes, estábamos entrando en el mes de Octubre, cuando dejaba vagar mi mente, solo podía encontrar hermosos recuerdos, cada mes había sido mejor que el otro, desde que nos dijimos lo que sentíamos en Navidades, todo había sido más fácil, no es que todo hubiera sido perfecto, ya que como todas las parejas habíamos tenido nuestras discusiones, pero siempre encontrábamos el modo de solucionarlas, después de tanto tiempo seguía igual de enamorada, lo que todavía no me había atrevido a decir era te amo, esas palabras me asustaban, y había decidido esperar a que todo el asunto del pacto pasara, Klaus tampoco me había dicho esas palabras, y aunque en el fondo ansiaba que me las dijera, quería que esperara, una parte de mi tenía miedo, y aunque esa parte hacia tiempo que la había dejado atrás, de vez en cuando hacía su aparición y atormentaba un poco mi mente.

Levanté la cabeza para dejar de pensar, esta era mi hora de despejar la mente y no de llenarla de pensamientos, era mi momento de relajación, miré a mi alrededor mientras seguía corriendo por Central Park, sabía que Klaus se iba a enfadar en cuanto llegara a casa y viera mi nota diciéndole que me iba a correr, no le gustaba que viniera a correr al anochecer, normalmente venía con él, pero hoy tenía una reunión muy importante y se había retrasado, y no estaba dispuesta a quedarme sin mi sesión de ejercicios solo para complacerle a él.

De pronto la figura de Klaus cruzado de brazos en frente de mí hizo que me detuviera, jadeante posé mis manos sobre mis piernas mientras cogía aire, levanté la cara para ver a Klaus y por su rostro pude intuir que estaba bastante cabreado.

- ¿Se puede saber qué coño haces corriendo sola a estas horas? - preguntó Klaus bastante serio.

- Te dejé una nota, dios pareces mi padre, siempre he venido a correr a esta hora y antes de que empezáramos a correr juntos y nunca me ha pasado nada - contesté mientras me incorporaba para enfrentarlo, no me iba a dejar amedrentar.

- Solo me preocupo por ti, no quiero ni pensar si algo te llegara a ocurrir, no entiendes que eres lo más importante, por favor hazlo por mí, para que me quede tranquilo - suplico Klaus mientras me abraza, su suplica hizo que me sintiera mal conmigo misma, Klaus solo se preocupaba de mí y yo lo hacía para desafiarle.

- Lo siento, no pensé en que pudieras sentirte así, no volveré a correr sola a estas horas te lo prometo - dije de corazón, me puse de puntilla y alcancé sus labios, su lengua delineó mi labio inferior pidiendo un permiso que le fue concedido, su lengua batallaba con la mía, la necesidad de aire nos hizo separarnos, pero yo seguí abrazada a él.

- Creo que es hora de irnos a casa, alguien necesita una ducha - dijo con diversión, yo me aparté rápidamente, sentí mi cara arder, pero no de vergüenza sino de rabia.

- Idiota, si quieres puedes irte tu, yo necesito correr un poco más - dije mientras empezaba a correr, ¡dios como le odiaba en este momento! Klaus sabía cuánto odiaba esa broma, pero siempre que tenía la ocasión me la hacía, y ya me estaba empezando a cansar.

- Espera Caroline - gritó mientras se posicionaba a mi lado siguiendo mi ritmo - perdona, no sé porque te molestas tanto cuando te digo eso, sabes que estoy bromeando.

- Algunas veces tus bromas son pesadas - dije secamente, no quería seguir hablando del tema.

- Ok, lo siento, no volveré a decirte eso, no pensaba que te molestara tanto, además hueles de maravilla - Klaus intentó arreglar las cosas, me dio un abrazo que hizo que nos desestabilizáramos y estuviéramos a punto de caernos.

Pactó Perfecto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora