Capítulo diecinueve

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                       NaruSaku_StevTasha




CPOV

Estaba en la misma posición en la que me había dejado Klaus cuando salió hacia ya 2 horas de mi habitación, al principio mi llanto fue incontrolable hasta que poco a poco me fui quedando sin fuerzas incluso sin lágrimas, estaba seguro que mis ojos estaban rojos e hinchados, mis costillas me molestaban un poco por el esfuerzo que había estado haciendo, mis ojos estaban clavados en un punto fijo, era incapaz de dejar de pensar en todo lo que había ocurrido, la cara de sufrimiento de Klaus, sus palabras incluso las lágrimas que había retenido, ambos nos habíamos dicho que nos amábamos pero no fue el momento mágico que yo me había imaginado, y todo era por mi culpa, por mi maldita inseguridad, tendría que haber sido valiente y haber hablado con Klaus antes de juzgarlo pero no, yo seguía siendo una cobarde y por no arriesgarme había perdido lo que más me importaba en esta vida, a mi amor, un sollozo volvió a brotar de mis labios.

Unos golpes en la puerta, hicieron que desviara la vista un momento, la puerta se abrió y mi madre entró por ella, no sé si fue mi cara u otra cosa lo que hizo que la expresión de su rostro cambiara, en seguida vino hasta donde estaba y se arrodilló frente a mí, abrazándome con cuidado para no lastimarme.

- ¿Cariño que ha pasado? ¿Por qué estas llorando? - preguntó mi madre preocupada. Levanté mi mano buena y con mis dedos toqué mi cara, no me había dado cuenta que había vuelto a empezar a llorar.

Quise decirle algo a mi madre, pero nada más abrir la boca un sollozo salió por ella, volví a romper en un llanto incontrolable, mi madre preocupado hizo que me levantara del suelo, todo mi cuerpo dolía por haber pasado tanto tiempo en la misma posición, con cuidado me guió hasta la cama y me ayudó a meterme en ella, una vez tapada mi madre se sentó junto a mí, y cogió mi cabeza para que la pusiera en su regazo, empezó acariciarme el pelo, igual que cuando era pequeña, ese gesto de mi madre hizo que me sintiera más tranquila.

No sé cuánto tiempo llevábamos así, mi madre acariciándome y yo relajada intentando no pensar en nada, estaba agradecida a mi madre creo que ella sabía perfectamente lo que necesitaba, un pequeño suspiro se escapó de mis labios.

- ¿Te encuentras mejor? - susurró mi madre.

- Si, gracias por eso mami - vi voz salió un poco ronca.

- Para eso estamos las madre, pero me gustaría saber que te ha pasado, estoy muy preocupada - abrí los ojos y me giré un poco para mirarla.

- Me equivocado, en vez afrontar mis miedos he preferido pensar lo peor y por culpa de mi decisión he perdido lo mejor que he tenido en mi vida - las lágrimas volvieron hacer acto de presencia.

- ¿Klaus? - preguntó mi madre intentando adivinar que había pasado.

- Lo acusé de que le importaba más su empresa que yo, que no fue capaz de firmar los papeles para que Marcel me liberara… - no pude seguir porque un nudo se formo en mi garganta.

- ¡Oh, mi niña! ¿Por qué no hablaste aunque fuera conmigo de tus preocupaciones?, Sabía que algo ocurría, pero pensé que solo estabas un poco deprimida por todo lo que habías pasado - me incorporé para quedar sentada en la cama, y mi madre me abrazó, necesitaba de su apoyo.

- Lo pasé horrible, atada a una cama, sin saber nada y la única manera de salir de allí era que Klaus entregara unos papeles, los días pasaban y lo único que sabía es que Klaus no hacia lo que Marcel quería, sabía que si entregaba esos papeles perdía todo - suspiré y cogí un poco de aire - nos habíamos dicho que nos queríamos pero poco a poco empecé a dudar de ese amor, y que si habíamos hecho el pacto había sido única y exclusivamente para que Klaus pudiera quedarse con la compañía.

Pactó Perfecto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora