Corrimos fuera de la habitación dejando al pobre chico con cara de tonto ya que no entendía nada de lo que nos pasaba.
Abrí la puerta de la calle y celebramos el paso cuando vimos el hotel que quedaba cerca del local de las peleas.
Entramos y observé todo con detenimiento, bueno en realidad me lancé hacia la recepcionista sin mirar nada a mi alrededor.
-Habitación de Tiago Vargas.
-¿Visita?
-No, soy su novia se suponía que él me había invitado a subir sin problema.
-Lo siento señorita pero no la puedo dejar pasar.
-Dígame el número de la maldita habitación ahora mismo, mí mejor amiga está a punto de ser violada y usted me dice que no puedo pasar, anda váyase a la mierda.
Giré el ordenador que ocultaba su cara roja de gira, y me dispuse a encontrar la habitación.
-¡Aquí! Andando, es la veintitrés.
Al llegar a la habitación escuché gritos agudos, y no tardé ni medio segundo en derribar la puerta y entrar seguida de los otros tres.
Ahí estaba Abi atada de pies y manos a la gran cama, y con la boca tapada para que sus gritos no se escucharán muy altos, además de un gran chupetón en el abdomen. Sólo le faltaba la blusa que estaba tirada en el suelo de la habitación. Darren corrió a desatarla, en cuanto acabó su tarea, Abi se lanzó a llorar en los brazos de mi hermano sin importarle estar sólo en sujetador.
La puerta del baño se abrió dejando ver a un sonriente Tiago, pero su sonrisa decayó al verme. Al menos seguía con ropa, que alivio.
-¿Qué haces aquí?
-Ven aquí imbécil.
Antes de que pudiera hacer o decir nada, James se lanzó contra él comenzando a golpearlo con todas sus fuerzas. Me acerqué y los separé.
-¿Qué haces?-Me preguntó James confundido.
-Ni me voy a quedar con las ganas.
Me coloqué encima de él y comencé a pegarle de todas las formas posibles. James acabó separándome de él mientras yo me quejaba.
-¿Por qué?
-Ya está inconsciente a si que con eso ya basta.
Salí de la habitación refunfuñando, a James no había quien le llevará la contraria. Volví al acordarme que Abi se encontraba allí dentro. La pobre seguía enganchada a mi hermano, busqué su blusa y se la entregué, esta se separó de Darren sonrojada y se la puso, la cogí co,o si fuera una princesa y salí de allí seguida de los chicos.
La dejé en el sofá y la miré preocupada.
-Abi, voy a salir, tengo ir al ring.
-No me dejes sola-sollozó cogiendo un cojín enterrando su rostro en él.
-no te voy a dejar sola, estos dos idiotas se quedarán para cuidarte y que nadie te haga daño. ¿De acuerdo?- lo último lo decía más para los chicos que para ella. Todos asintieron de acuerdo a mi pregunta.- tú, te vienes conmigo- dije arrastrando a Jake mientras que con la otra me ponía el antifaz.
Al salir choqué con alguien que cayó al suelo al instante, yo me tambaleé pero conseguí mantener el equilibrio.
-¡mira por donde vas!-me gritó desde el suelo.
-perdona, aquí el que tendría que fijarse por donde va eres tú.-En un sólo día me chocó dos veces, ¡récord! Levantó la cabeza dejándome ver su cara, ¡genial! Y para colmo con la misma persona. Me miró aterrado, se levantó me susurró una disculpa y se fue mezclándose entre el público.
Le señalé a Jake el lugar donde se tenía que quedar para darme agua lo antes posible.
Señoras y señores, como tantos ansiabais, La Bestia. Enfrentándose a el Corazón de piedra.
Todos aplaudían fuertemente, otros gritaban y otros cantaban.
Delante de mí, había un chico con el pelo rubio alborotado, una camisa blanca de tirantes le tapaba un poco de su trabajado cuerpo, me sonrió y habló con el presentador en susurros.
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La Bestia ¿seguro?
Teen FictionMi madre murió cuando yo tenía solo seis años y mi padre despareció ocho años después de la muerte de esta, cuando yo tenía los catorce. Eso dijo el forense y eso pone en los expedientes. Llevo cuidando a mi hermano tres años, es raro cuidar a tu...