Capítulo 11

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-Nadie dijo que te lo contaría.
-Me lo prometiste.
-Nop.
-Siiii, a si que cuenta.
-Me caí por las escaleras.-intenté mentir.
-¿No había una respuesta un poco más creíble?
-¿Me caí del manzano de mi jardín?
-Tienes un cerezo no un manzano.
-Pues...
-Ya. Deja de mentirle y dime la verdad.-dijo parando en seco mirándome fijamente.
-¡Soy inmortal y cada vez que me matan resucito pero con una cicatriz! Ufff... que bien sienta haberlo soltado todo...
-¿Que has leído este mes que no hemos estado?-preguntó horrorizado.
-Me habré leído unos diez libros de fantasía y ciencia ficción.
-¡Dímelo!
-¡No puedo!-empezamos a chillarnos en mitad de la calle.
-¡Nunca nos cuentas nada!
-¡No puedo joder! -me sorprendí yo misma ya que yo no era de esas personas que decía muchas palabrotas. Nunca me ha gustado pronunciarlas y nos amigos lo saben.
-¡Somos tus amigos tenemos derecho a saberlo!
-¡Esto es una de las cosas que no quiero contaros!
-¡Me da igual! ¡Empieza a confiar más en nosotros, Peggie! ¡Joder!
Nos quedamos unos segundos callados hasta que volvió a gritarme con más fuerza.
-¡Pues cuando a la señorita "me gusta hacerme la interesante" me lo quiera decir que me lo diga pero hasta que no, no exsistirá para mí.-siguió andando dejándome sola.
James y yo nunca nos habíamos gritado así, él nunca había sido tan duro conmigo, siempre acabábamos solucionando a los dos minutos. Nunca me había sentido más sola quien ese momento.
Me senté en la entrada de un callejón apollada en la pared. Enterré mi cabeza en mis rodillas y lloré como casi todas las noches, esta vez era por lo tonta que soy, por James, y por todos los golpes que aún dolían pero que esta noche no me habían impedido bailar.
-¿La Bestia?-preguntó una voz masculina en casi un susurro.
-¿Quién pregunta?
-Connor.
-Siento decirte que hay muchos con ese nombre en este mundo de imbéciles.
-soy al que has mandado a urgencias esta noche. Tengo un gran dolor de cabeza, por cierto. Me tienes que enseñar esos trucos. Y lo siento si te ha ofendido lo que te he dicho en el ring mi familia necesita dinero, y mi hermana no gana mucho a si que la estoy ayudando a base de quedar inconsciente ya sea porque me a golpeado una chica demasiado fuerte para tener ese cuerpo de espárrago o por el cansancio.
Reí por las últimas frases y levanté la cabeza cuando sentí que se sentó a mi lado.
-Bonito rostro.-¡mierda! ¡mierda!¡y más mierda se me había olvidado que no llevaba puesto el antifaz. Volví a esconder mi cabeza pero el me lo impidió agarrando mi barbilla delicadamente.
-Tranquila no diré nada.-dijo inspeccionando mi rostro.-y, bueno ¿cómo se llama la famosa Bestia?
-¿Quién te ha dicho que te lo diría?
-¡Oh! ¡Venga ya! Esta noche me has dado una paliza de muerte, he acabado inconsciente en el hospital, no me preguntes cómo me he recuperado tan rápido. Me estoy comportando decentemente contigo y para colmo no me dices cual es tu nombre.
-No te conozco de nada y se lo podrías decir a la policía en mi contra.
-Tengo a una madre en el paro, mi hermana pequeña es bailarina y tiene un nombre no muy común en unas persona. Mi padre murió de un infarto al corazón cuando tenía doce años y me ganó la vida boxeando... hummm... creo que no se me olvida nada.
Lo miré como si estuviera loco. Me acababa de resumir su vida en un minuto, eso no es nada normal, si tuviera que resumir la mía tardaría un día entero, y no exagero.
-Te merecían esa paliza.
-Siento todo, aunque ya te lo he dicho.
-La próxima vez te aseguras de con quien estás hablando para medir tus palabras.
-Ahora me conoces a si que dime tu nombre.-Dijo enfurruñado.
-Quiero saber el nombre raro de tu hermana primero.-exigí levantando la barbilla.
-Chupachus.
¡No puede ser que haya más chicas con ese nombre!
-¿No será rubia y rellenita?
-Sep, ¿La conoces?
-Acabo de ganarla en una competición de baile, me cae muy bien.
-¿Nombre? - se puso delante de mí de rodillas, con las manos entrelazadas y un puchero. Me reí de él a lo que me miró mal por unos segundos para volver a sus estado de súplica.
-Está bien, Peggie Brown.-extendía mi mano en su dirección y el la estrechó para levantarnos a los dos.
-Connor Anderson.-dijo con una sonrisa.-Y dime ¿qué hacia Peggie alias La Bestia aquí?
Le conté sobre la gran discusión que James y yo habíamos tenido hace unos minutos. No me preguntéis porque narices se lo conté, sólo me sentí bien al contárselo todo y saber que no le diría a nadie mi secreto.Me consoló diciéndome que ya se le pasaría que si éramos tan buenos amigos como yo describía acabaría aceptando que tuviera un secreto que él no pudiera saber. La verdad es que me sentí muy agusto hablando con Connor, me contaba anécdotas de cuando su hermana empezó a bailar, me contó que quería arrastrarlo a él también pero que el no se dejó por su amor al boxeo.
Hablamos durante más o menos una hora y media ya era bastante tarde y yo mañana tenía clase, a si que me acompañó hasta donde yo tenía la moto y nos despedimos después de intercambiar números de teléfono.
Entre en la casa silenciosamente para no despertar a mi hermano, me di una relajante ducha para después meterme en la cama a las tres de la madrugada.
(...)

La Bestia ¿seguro?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora