- ¡Vamos Brown! Dale más fuerte por la izquierda.- Ese es mi entrenador de boxeo aunque solo está para animarme y darme órdenes.- Descansa ,si quieres que La Bestia tenga hoy sus aplausos.
-No lo dudes.
- Ve a ducharte hueles mal.
-Lo que tú digas-dije mientras imitaba su voz, era bastante gracioso como se le inchaban los mofletes tanto que parecia que en cualquier momento iba a explotar.
Me metí en los vestuarios,dirigiéndome a las taquillas,todas eran azules a excepción de la mía que era negra con una esquina blanca,era la única que estaba abollada. Lo explico, me acababan de dar un bofetón de los gordos por dejarle bien claro a mi ex-novio que no quería volver a verle y le dije que me gustaba otro aunque era mentira pero el imbécil se lo creyó y acabó acariciándome la cara( ole mi sarcasmo) después de eso le quería matar pero apareció Robert y me lo impidió,me encerró en los baños y en vez de que cobrara el idiota terminó pagándolo la taquilla. Bonita historia ¿verdad? Siempre acabo contándola.
A causa de tanto golpe no abre bien y se queda atrancada, mi truco es darle un codazo para que al instante se abra. Que irónico se rompe con un golpe y la abro con otro.
Cogí lo que necesitaba para ducharme, al acabar me sequé con la toalla de mi hermano y me puse unos pantalones de chándal, una camiseta sin mangas gris y mis convers negras.
Me despedí de Robert y me encaminé a casa. Tendría que ir buscando trabajo porque últimamente no tenía muchas peleas, mejor dicho los gemelos eran demasiado vagos como para mirar cuando había alguna pelea. Iba tan sumida en mis pensamientos que choqué con alguien y me caí al suelo.
-Lo siento no miraba por donde iba.- Era la voz de una mujer llorosa .
-No pasa nada, yo tampoco le estaba prestando mucha atención a la calle.
Vi como extendía su mano para ayudarme a levantarme, cosa que agradecí me dolía un poco el culo la verdad.
-Gracias.
-Nada- dijo todavía con la voz llorosa
-¿Le pasa algo?
- No, solo acabo de perder a mi tercer bebé.
Abrí los ojos como platos, ella ni se inmutó, siguió hablando.
-Pido consejo pero nadie le hace caso a una loca que dice haber perdido a su tercer hijo.
-Siéntese lo necesita.- señalé el banco que había detrás de nosotras.
La mujer tendría unos cuarenta años digo yo. Nos sentamos después de que vaciara sus bolsillos de pañuelos usados.
-¿Trabaja?- pregunté. Si queria ser un alma caritativa por una vez tendría que saber algo de ella.
-Sí, de cocinera y lavaplatos en la mansión de la dueña de la mejor compañía del mundo de cosméticos.
Wow, ni siquiera le había preguntado donde trabajaba.
-No lo quiero dejar porque me pagan bien y mi marido no encuentra trabajo.
-No se usted, pero yo me cogería unas vacaciones a un país lejano y dentro de algún mes volvería. Tiene suerte al haber encontrado un trabajo en el que le pagan bien, yo sigo buscando pero nadie me quiere contratar.
-Te haré caso, ehm...
-Peggie Brown.
-Peggie, yo soy Ana Park- Dijo sonriéndome dulcemente.
-Bueno me tengo que ir, que se me ha hecho tarde.
-Espero volver a verte Peggie.
-Lo mismo digo y hágame caso tómese unas vacaciones lo antes posible.- le dije adiós con la mano alejándome.
¿Por qué narices todo el mundo tiene un buen trabajo menos yo?
Con lo que gano con las peleas solo tengo para pagar el alquiler de la casa, el instituto me está costando mucho pagarlo y por si fuera poco este año Darren entraba al mismo instituto que yo.A si que tendré que pagar por dos.
·*·LuLunaG·*·
ESTÁS LEYENDO
La Bestia ¿seguro?
Ficção AdolescenteMi madre murió cuando yo tenía solo seis años y mi padre despareció ocho años después de la muerte de esta, cuando yo tenía los catorce. Eso dijo el forense y eso pone en los expedientes. Llevo cuidando a mi hermano tres años, es raro cuidar a tu...