El Arca

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Nueva Baray se erguía como una gigante urbe sobrepoblada, mojada por la lluvia, de calles estrechas y vehículos que se deslizaban al ras del suelo. Durante la noche, la ciudad adoptaba una serie de colores de neón que provenían de las tiendas y edificios.

Para algunos, Nueva Baray, era como la torre de Babel, un lugar dónde se concentraban distintas culturas e idiomas, dado que era usual ver a vendedores ambulantes japoneses en la calle, latinos trabajando en carritos de comida o árabes jugando a predecir el futuro. Por lo tanto, era muy complicado intentar identificar a Nueva Baray con un idioma o cultura cuando tomaba algo de todos los países.

Kai salió del edificio, no se inmutó en ir a buscar su vehículo ya que, el Arca, estaba a unas pocas cuadras, por lo que optó por caminar e intentar pensar en lo que Theo fuese a decirle o mejor dicho, lo que, el Congreso, fuese a exigirle que hiciera.

Porque así era el Congreso, un grupo de cinco personas, las cinco personas más poderosas del mundo, en realidad, cualquier dueño de una PMC lo era, cuyas órdenes debían ser cumplidas sino querías terminar en un ataúd.

Por un momento, Kai se encontró contemplando un holograma de una pareja que bailaba lo que parecía el vals, y luego cayó en la cuenta de que se trataba de una publicidad sobre una agencia que se encargaba de organizar bodas y otros eventos. Cuando el baile culminaba, el holograma daba lugar a otro que era un cartel que rezaba: "Nosotros lo haremos por ti".

"Nosotros lo haremos por ti". Era el pan de cada día desde que la tecnología había conquistado al mundo, el ser humano cada vez hacia menos cosas porque los dispositivos que salían al mercado se encargaban de todo. ¿Quieres llegar a tu casa y que esté limpia? Compra un cyborg doméstico. ¿Quieres que alguien te limpie el culo? Compra un cyborg.

Kai solía reírse cuando Tali le contaba algunas anécdotas de sus tátara abuelo sobre el problema de la dependencia a la tecnología que ya se veía venir con el control remoto.

-Cuando no había control remoto, tenías que levantarte para ir al televisor y cambiar de canal. Pero, entonces apareció el control remoto que cambiaba los canales por ti.

La chica siguió caminando con las manos en los bolsillo del abrigo, poco le interesaba que la lluvia la mojase, no sentía el frío de las gotas, ni de las ráfagas de viento. Ante la lluvia recordaba lo poco humana que era.

Cuando quiso acordar estaba frente a una bestia estructural, aquello era el Arca, un sitio enorme que albergaba más de 50 mil empleados, toda la información acumulada por las divisiones de la policía, la BIRT, los proyectos del Departamento de Invenciones Tecnológicas y Estudios Científicos (TICEC), entre otros, estaba allí, en un solo lugar. Por este motivo, el prominente monumento recibía el nombre de "el Arca", en una clara ilusión a la historia de Noé, solo que, en vez de contener animales, tenía una ingente cantidad de datos.

Kai subió las escalinatas para llegar a la entrada principal y encontrarse con dos guardias que custodiaban la puerta de cristal. Todo el edificio estaba compuesto por cristales de color negro, lo que le daba un aspecto hermoso y sobrio. Pese a la belleza del diseño, su existencia radicaba en salvaguardar la privacidad de las actividades que se llevaban a cabo.

Los guardias vestían unas armaduras negras hechas con kevlar y unas máscaras del mismo color. El hombre que estaba a la izquierda de Kai fue el primero en hablar, dejando a la luz cierto dejo de autoridad.

-Identifíquese- ordenó

-Mayor Kai de la Brigada de Inteligencia y Respuesta Táctica- respondió. Ese procedimiento tenía que hacerlo todos los días y, pese a que no conocía a las personas que estaban debajo de las armaduras, estaba más que segura que eran las mismas que la recibían día tras día. Por lo que le molestaba, tener esa conversación como si nunca se hubiesen visto en su vida.

La Ciudad Durmiente (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora