Capítulo III

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Yuri amaba bailar ballet, esa disciplina era alabada por la unión soviética y los bailarines eran respetados, gozabas de fama y la oportunidad de salir del país en una gira para mostrarle al mundo la belleza del ballet soviético.

Pero la guerra inició, la gente no iba a ver el ballet, el gobierno no estaba interesado en ver bailarines creando arte sobre un escenario, querían soldados, gente sin rostro que empuñara las armas y defendiera a su país, su único interés era ver sangre enemiga derramada.

Yuri bailaba en la escuela Bolshoi, pero el ejército rojo quería un soldado, el viejo Nikolai, el abuelo de Yuri, había peleado en la revolución de Octubre y un veterano de guerra era útil en una batalla, sabía manejar armas y defenderse.

—Deben ir a la guerra —sentenció el soldado.

Yuri no dudó y se enlistó en nombre de su abuelo, el hombre no habría soportado ni un día en el entrenamiento militar, era viejo y a veces no tenían suficiente comida para poder nutrirse.

Los uniformes en invierno eran gruesos y pesados, hechos para hombres de espalda ancha y musculosa, Yuri era delgado y pequeño, los cadetes se burlaban del rubio por parecer un niño jugando a usar ropa de adulto, también se burlaban del cabello largo hasta la mitad de la espalda que tenía Yuri.

Un día el joven ruso decidió cortarlo, no podía hacer nada para ganar musculatura de un momento a otro, Yuri se plantó frente al espejo de los baños con tijera en mano, casi era media noche y si lo atrapaban estaría jodido.

— ¿No deberías estar dormido?

Yuri detuvo las tijeras a la altura de su cuello, con un mechón entre ellas, se giró lentamente y sopesó la opción de hundirse las tijeras en el cuello, el General Leroy estaba apoyado en el marco de la puerta.

—Señor...

—Soldado Plisetsky, ¿Cuál es su excusa para violar el toque de queda?

—Yo...

—Toda su unidad va a sufrir las consecuencias si no da una razón que valga la pena.

—Quería cortar mi cabello, señor.

— ¿Por?

—Los otros soldados.

—El Tigre Ruso, el nieto del Tigre de Siberia, ¿Fue domado?

Yuri se sonrojó y bajó las tijeras, todos en el campamento sabían que el General Leroy era estricto y cruel con sus castigos, Yuri estaba condenado, aunque le sorprendía que el General supiera su apodo en el ballet.

El General Leroy se acercó a Yuri, tomó las tijeras y las acercó al cabello de Yuri.

— ¿Qué tan corto lo quieres?

—Normal, señor.

—Yuri-chan, este largo es normal, tu cabello es hermoso y sedoso, me gusta cómo se ve, aunque si lo quieres corto...

El General Leroy cortó a la altura de la nuca, los largos mechones de Yuri cayeron al suelo, Yuri recogió el cabello y lo tiró a la basura, estaba listo para ir a dormir, pero el General tomó su brazo y lo haló hasta su tienda, lo hizo sentarse frente a un espejo, Leroy murmuraba algo en otro idioma mientras movía cosas en un cajón, se acercó a Yuri con una navaja, una taza con espuma y una taza con agua.

—Voy a cortar, no te muevas.

—Sí, señor.

Leroy esparció la espuma en la nuca de Yuri, dejando la coronilla intacta, pasó la navaja por los lugares que tenían espuma y levantó el rostro de Yuri cuando terminó.

—Este parece un digno corte del Tigre Ruso, aunque me debes un castigo —Leroy se acercó a Yuri y acarició los mechones de la coronilla—. Serás mi ayudante.

—Sí, señor.

—Deja de llamarme Señor, tenemos unos pocos años de diferencia. Mi nombre es Jean Jaques Leroy, tú puedes decidir con cual me llamas.

—Como ordene, seño... Jean.

El General Leroy observó a Yuri desde el espejo, sus ojos eran grises, su cabello era negro y tenía el mismo corte que Yuri, su piel era de un tono canela y la sonrisa en el espejo hizo que el corazón de Yuri palpitara y el rubor subiera sus mejillas.

—Tengo mucho papeleo, más te vale ponerte a trabajar, no creas que por ser mi asistente tienes privilegios, bebes cumplir tu entrenamiento y las tareas que te asigne.

—Será un placer, Jean.

Otabek se despertó agitado, su corazón palpitaba a un ritmo acelerado, Yuri dormía en su cama junto a Potya, una sonrisa adornaba sus labios.

Otabek se acostó de nuevo, observó las facciones de Yuri con detenimiento, era idéntico a su sueño, a excepción del cabello, su Yuri lo llevaba largo hasta la barbilla.

Una habilidad que tenía era conocer los pensamientos o recuerdos de un fantasma a través del tacto, conocía la vida de Yuri, pero era la primera vez que aparecía JJ, porque estaba seguro que el General Leroy era JJ, esa sonrisa y esos ojos los podía reconocer en cualquier época.

Ghost in loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora