𝟕. 𝑳𝒆𝒕𝒓𝒂𝒔 𝒑𝒆𝒒𝒖𝒆𝒏̃𝒂𝒔

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BIENVENIDAS

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Bienvenidas estrellitas

Espero que hayan tenido o estén teniendo un hermoso día.

¿Preparadas para esta historia?

Escritura subida de tono, puede que encuentres algo que no te guste, abstente de comentar o reportar por que me cuesta trabajo escribir, así que chuchuchucontigo si no te gusta.

La novela tiene lectura muy fuerte, sexo no consentido, asesinatos, muerte de Idols, etc de obscenidades.

Si vez alguna falta de ortografía háganlo saber por privado.

Besos en la cola

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Playlist del capítulo

BTS - Idol

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Punta, tacón, punta, tacón, Minjae siempre odio el sonido de esas porquerías, le recordaba a la niñera que le habían puesto cuando era más joven, su padre y su madre no paraban mucho en casa, así que la nana siempre estaba con él, la mujer era bue...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Punta, tacón, punta, tacón, Minjae siempre odio el sonido de esas porquerías, le recordaba a la niñera que le habían puesto cuando era más joven, su padre y su madre no paraban mucho en casa, así que la nana siempre estaba con él, la mujer era buena y todo, pero su fascinación por los tacones era tanto que siempre los usaba.

Minjae terminó odiando ese sonido.

- ¿le ofrezco una taza de té? - ofreció la manager de YG Entertainment, la pobre terminó flechada por él y no dejaba de ofrecerle cosas.

- si no tienes cerveza entonces no quiero nada - renegó.

Estaba esperando desde hace un momento a que llegaras cabeza del lugar, ese día fue citado de manera personal para hablar sobre las condiciones de su contrato y de la persona que iba a trabajar con él.

- ¿joven Kim? - llamaron, Minjae se levantó cuando escuchó su nombre y avanzó hacia la puerta donde decía "Sala de juntas".

Se sacó el abrigo y lo dejo en su mano izquierda, su cuerpo corpulento era maravilloso, inclusive eso era atractivo.

- Gracias por venir a la hora joven Minjae - el Ceo de la empresa, Hwang Bo-kyung, sonrió mientras se sentaba frente a Minjae - fue agradable escuchar que usted...

- me hicieron venir a esta hora de la mañana para aclarar los puntos en los que trabajaré, no para agradecerme por todo, inclusive su recepcionista ha estado agradeciéndome hasta porque respiro - Minjae junto sus manos por debajo de la mesa y apoyó su espalda contra la silla - quien será mi compañera.

El CEO sonrió y le entregó un documento con algunos datos, Minjae lo recibió y empezó a leer.

- ¿solo un nombre? - murmuró confundido - ni su edad, ni de donde viene, ¿nada?

- debido a problemas, la señorita no tiene más información, pero su trabajo será impecable, mi amigo dijo que...

- no, trabajaré nada más, si no sé nada sobre la mujer, entonces prefiero hacer solo mis cosas - mencionó mientras dejaba el papel a un costado - fin.

- señor Kim, la señorita Vanessa ya ha firmado el contrato no únicamente con YG, sino con otras empresas, es de suma importancia que ella está aquí, será mejor que trabajen juntos - Bokyung sonrió mientras volvía a entregar el papel - puede pedir conocer a la señorita a su gusto, usted puede evaluarla como quiera, ¿entendió?

Minjae levantó una ceja mientras lo pensaba.

- bien, si ella no es de mi agrado entonces la sacan y ya, yo firmé el documento antes que ella lo haré mejor - Minjae revolvió su cabello cansado - ¿entendido jefecito?

El CEO miró a su secretaria con duda.

- qué es lo que pasa -

- Kim Minjae - la secretaria hizo ojos de culpa - no podremos sacarla, lo que firmó ella no es solo un simple contrato que se pueda romper.

- ¿de qué habla?, si es por intereses yo lo cubro, mientras no trabaje con alguien incompetente será mejor para mí - Minjae nuevamente revolvió su cabello y miró la hoja de vida de esa individua, no tenía foto, número telefónico, ciudad, nacionalidad o algo demás, solo su nombre.

- el contrato no se puede romper a menos que YG se vaya a la quiebra - el CEO mencionó - la señorita Vanessa es un recurso que no podíamos perder.

El chico suspiró. Estaba enojado.

En otra parte del mundo, Vanessa observó por última vez su madriguera, ya no había nada ahí, ni sus luces que tanto se demoró en comprar, ni aquellos dibujos que hizo cuando consiguió crayolas; o aquel pedazo de guante de Ken Norton, un famoso boxeador de los 70, que consiguió por un coleccionista. Sintió pena por las ventanas pintadas de tintura de colores y las figuritas de stickers que compraba cuando aún estaba en su país con las frituras en bolsa.

En definitiva, extrañaría su cuarto como no tenía idea, de su bolsillo sacó un encendedor de su bolsillo y se inclinó un poco, vio el rastro de gasolina que había dejado en el suelo, luego de rosearla por todas parte destruyendo huellas y signos de que ella hubiera vivido allí.

- bueno cuarto, gracias por todo - el fuego prendió un parte de inmediato, así que tendrían un poco de tiempo para comer tranquilos su pollo frito.

En silencio comenzó a bajar las escaleras y encontró a Daniel y Manuel comiendo alitas fritas como chanchos. Suspiró y se acercó para tomar una, alrededor de ellos sólo tenían mochilas de mano con algunas prendas.

- quemaste todas tus cosas - pregunto Daniel mientras masticaba un pedazo de pollo, un trozo salió volando a la mesa y casi se va al suelo si no fuera por Manuel, quien lo cogió con su mano y lo volvió a lanzar a Daniel para que lo volviera a comer. Que limpios.

- que asqueroso - reprendió mordiendo con más educación el pollo - si, se está quemando todo, pronto llegará a todo y así podremos irnos de aquí más rápido.

- bien pensado... Termina rápido eso que en un momento vienen por nosotros, ¿le dijiste a Bea que elimine del sistema nuestras identificaciones falsas? - Manuel comentó devorando de una sola una pierna en salsa BBQ - luego de esto me llamaré "Dariyh" un judío de color negro y tendré que cortarme el cabello, las rastas ya me estaban picando el cerebro

Vanessa se atoró con su propia saliva antes de proceder a reír.

- ¿Y tú? - preguntó a su amigo.

- Nikolai, un francés que ama los pride le gusta comer, ver... - Manuel le cayó la boca.

- ese es tu nombre real - Vanessa se encogió de hombros - creo que seguiré llamándome Vanessa, no se me ocurrió otro nombre más.

- si, te lo pusimos por el monstruo del lago Ness - Dijo el ahora llamado Nikolai.

- cállate -

- bien niños, terminen de comer que tenemos que tomar el primer vuelo a Corea - Manuel dijo mientras masticaba un huesito y lo dejaba a un costado de la bolsa - tenemos media hora para entrar en ese avión privado

- ¡oye, esa es mi pieza! - Daniel se quejó viendo como Vanessa agarraba el último trozo de pollo.

- una pena - Vanessa se metió el pedazo a la boca y comenzó a mascar rápido para que Daniel no se lo quitara.

A veces Manuel solo los observaba discutir por comida, ya no era necesario que se quejara de algo porque los niños eran así.

- ya chicos, no discutan - Manuel dijo masticando el pellejito del pollo - oh, cierto, el anciano ese dijo que lo llamaras después, ¿cómo se llamaba... ?

- Jawook, el manager que se encargará de darnos la habitación - murmuró Daniel.

Vanessa asintió y sacó el teléfono que tenía, una carcasa fea que usaba, el dinero les faltaba y no podían gastarlo en lujos, pero ahora que tenía plata para toda su vida podía derrocharlo como quisiera.

Marcó el número y comenzó a llamar.

- voten todo para irnos, ¿tienes el tanque de gasolina preparado? - preguntó mientras escuchaba el sonido timbrar.

Daniel asintió y soltó el pollo cuando notó la hora.

Vanessa cambió su idioma al escuchar hablar al señor Jawook.

"¡Vanessa, tienen que salir de allí, la policía está a punto de llegar!"

- señor Jawook, buenas tardes, yo estoy bien, gracias por preguntar - Vanessa miró el sol entrando por los vidrios rotos del club, el fuego comenzó a notarse a penas, un pedazo de madera del techo cayó, justo donde ella dormía.

"¡Le estoy diciendo que la policía está yendo para allá, le dije que tenía que salir en la mañana al aeropuerto, porque no me hace caso!"

Vanessa alejó el teléfono cuando escuchó los gritos del señor, en ese momento el ruido de la policía sonó.

- ajusshi, no lo escucho, hay...guuuu, hay interferencias - Vanessa comenzó a hacer ruidos - nos vemos en el aeropuerto, adiós.

"!per... !"

- eres una chica apresurada - Daniel se acercó detrás de él mientras soltaba el galón ya vacío detrás de él - extrañaré el lugar, pero tendremos nueva casa.

Manuel se acercó detrás de ella, aparte de la mochila de Vanessa y la de él, tenía algo adicional, una caja, sabía que era esa caja.

- Vanessa, esto es tuyo ahora - sonriéndole a su hija, le entregó - esto, me dieron las personas que me entrenaron hace tiempo, cuando uno termina su ley en ese sitio, se entrega esto como prueba de que pasaron todas las pruebas ante puestas. Ahora te lo doy a ti, porque sin pensarlo, todos estos años que estuviste conmigo te he enseñado a defenderte, más idiomas de los que aprendiste y a pensar en el porqué, el cómo y el cual, de las cosas, te enseñe a sentir y a ver a través de todo. El día de hoy, termina tu entrenamiento conmigo Vanessa Volkov - la chica miro ilusionada la caja, con cuidado la sujeto y la abrió despacio, en el, había un arma Winchester, esas que solo se conseguían en tiempos atrás y de la cual soñó con heredar - conocerás personas con la misma arma, al mostrarles esto no podrán negarse a ayudarte; hay muchas personas que tienen esta, así que si estás en problemas, muéstraselos.

Vanessa sintió que le estaban dando el mundo entero, su corazón latió y se sintió feliz, jamás esperó que iba a heredar el arma, jamás.

- muchas gracias padre - sonrió con emoción.

- ¡tenemos que irnos, se escucha más fuerte las alarmas! - Daniel sujetó su mochila y se puso la ropa de heterosexual para poder ir directo al aeropuerto sin que lo reconocieran - el encendedor.

Vanessa caminó a varios metros por donde podrían salir sin problemas de esa zona, cuando llegaron al otro extremo de la manzana, vieron los autos policiales pasar frente a ellos, pero, jamás se darían cuenta de un chico con lente de colores, camisa abotonada a la perfección, zapatos de vestir y porte de millonaria, tampoco de una cosplayer de Chucky y el otro de un padre De la Iglesia.

- es hora de quemar Vanessa -

La chica sonrió y encendió uno de sus cigarros, se lo metió a la boca y dejó que el humo se escapase, luego, lanzó el paquetito hacia atrás mientras jalaba a su familia.

En pocos minutos, mientras ellos se iban, todo se prendió en llamas.

𝑮𝒖𝒂𝒓𝒅𝒂𝒆𝒔𝒑𝒂𝒍𝒅𝒂𝒔 |𝑩𝒂𝒏𝒈𝒕𝒂𝒏 𝑷𝒐𝒍𝒊𝒂𝒎𝒐𝒓| +𝟐𝟏 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora