Capítulo catorce

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La recostó en la cama y la observó detenidamente, su cuerpo con la ropa rasgada exponiendo zonas de su blanca piel con sangre y rasguños, la rabia ardió en el cuando la despojo de su ropa y observo su piel morada por los golpes. Respiro entrecortadamente por el maldito que se atrevió a manchar su nivea piel con aquellos moretones. Observó la herida que causó hace muchos días en su hombro cuando ella intento acercarse a él en un intento que no comprendía, sintiendo esa opresión en el pecho. Ahora era él el se acercó a ella para ayudarla de ese maldito hijo de puta.

«Maldito bastardo, cuando lo encuentre lo mataré dolorosamente»

Lamentablemente el infeliz logró escapar de sus ataques huyendo despavorido del lugar para salvar su patética vida que no duraría mucho cuando lo encontrase y le hiciera vivir los minutos más eternos y agonizantes de su vida.

Reviso el cuerpo de Hinata, su tobillo estaba bastante hinchado y algo morado, lo tomo con una suavidad única y en una rápida maniobra puso el hueso en su lugar. Hinata soltó un gran grito de dolor comenzando a moverse sin aún despertar.
Rápidamente vendo su tobillo firmemente pero como no dejaba de moverse le resultaba difícil.

«Quieta»

Dejo de moverse inmediatamente y siguió vendando su tobillo. Termino de despojarla de su ropa, dejándola sólo con su sostén y sus bragas,
En cada herida de su piel deslizó su lengua limpiando la sangre de estas deteniendo el sangrado, cuando termino vendo su cintura y su pecho. Temblaba cada vez más cuando la tocaba y el problema era que no podía dejar de hacerlo, sintió la necesidad de hacerla suya quería sentir más de su piel, quería perderse en su cuerpo, se sentía tentado por ella.
En un último acto de razonamiento se alejo de ella y la cubrió con una sabana, si seguía observándola terminaría abusando de ella.

«¿Que demonios me pasa?»

El nunca se había sentido atraído por una mujer pero Hinata despertó un lado de él que no conocía, y que solo estaba despertando, un lado aun más animal pero a la vez más... ¿blando?
se revolvió el cabello con ambas manos, de pronto sentía mucha calor sintiéndose ahogado y sudoroso.
Tomó su máscara dispuesto a irse pero su voz lo detuvo.

—No —susurró— La miro pero pensó que lo había imaginado pero volvió a repetir— Tengo miedo, no.

Tomó fuertemente el plomo de la puerta y la abrió sin embargo la volvió a cerrar al oír los pequeños sollozos de Hinata, la opresión de su pecho con latidos fuertes y lentos le pedían que se quedará, se dio la vuelta y se quitó la ropa de arriba quedando solo en pantalones, se recostó junto a Hinata quien por inercia se acercó al sentir el calor de su cuerpo lentamente dejando su cabeza en su pecho, acercandose sin dejar espacio entre ellos y el sintió lo fría que era su piel pero al mismo tiempo suave.
Sus frías manos se posaron en su pecho y aprovechando entrelazo sus piernas con las de ella con cuidado de no tocar su tobillo.
Una corriente eléctrica recorría su piel y sentía un dolor agudo en su entrepierna, eran pequeñas clavadas que no significaban nada bueno. Respiro agitadamente y su olor lo envolvió por completo, hasta las sábanas apestaban a ella. Su rostro a solo unos escasos centímetros del suyo, indefensa ante la bestia.
Cerró los ojos tratando de calmar esa llama de completa lujuria que quemaba su cuerpo y después de una eternidad lo logró.

«No deberías quedarte en un lugar al que no perteneces Naruto, ella no pertenece a tu mundo y tú no perteneces al de ella»

«Lo sé, solo estoy devolviéndole el favor que me hizo. Así no le deberé nada en el futuro».

«No te engañes, nosotros no poseemos futuro»
su voz se fue apagando y el se quedo dormido junto a Hinata.

Despertó al sentir los pequeños quejidos de Hinata que se removía dormida en la cama buscando una posición comoda para seguir durmiendo, se quedo observándola un momento. Pensando en cosas sin sentido sobre ella, con cuidado se alejo de la chica y la cubrió para que no sintiera frío, se removió nuevamente buscando su cuerpo hasta quedarse en el lugar en el que el había estado.
Se vistió rápidamente y miró por la ventana, aun faltaba para el amanecer pero debía irse, era más seguro que andar de día. Se puso su máscara y sus ojos se desviaron a la chica de ojos extraños.

Anoche descubrió que ella no era como todos, era diferente pero por esa misma razón.

«Debo alejarme de ella»
su mirada se torno roja y sombría, esa debía ser con los únicos ojos que el debía mirar a quien fuese que se cruzará en su camino.
Se dio la vuelta y salio de la habitación.
Corrió al interior del bosque y se escondió en sus profundidades como llevaba haciéndolo tantos años ya.

Su mirada estaba totalmente pérdida en un punto de su habitación, necesitaba procesar con lentitud todo lo que sucedió la noche anterior. Lo que sucedió con Konohamaru no se lo esperaba, pero nuevamente la vida le mostraba que seguía siendo una chica tonta y confiada, no debió haber ido al supuesto encuentro con Neji sin antes llamarlo. Pero pensó que tal vez ya no volvería a ver a konohamaru después de todo Naruto llegó a salvarla.

Naruto, el misterioso chico de ojos intrigantes y tenebrosos, no entendía nada de él ni porque la ayudó. Al despertar se sorprendió de verse en su cama sin ropa y con vendas, al principio pensó lo peor pero al ver las vendas y recordar lo sucedido sólo pudo dar un sonoro suspiro.
Una sonrisa llegó a sus labios, a pesar de haber tenido una noche terrible en la que pudo haber sido violada él había llegado cuando pensó que nadie lo haría.

«Tal vez en el fondo el no es tan malo como parece»
sus pensamientos sobre él llenaron su cabeza hasta que una brillo más que todas
«puede ser que a él también lo han lastimado»

Una de las cosas que aprendió con el tiempo es que todos al crecer vamos ocultando cosas que no se muestran a la superficie y que las personas ocultan eso bajo una simple sonrisa o en una mirada sin emoción. Los golpes no desaparecen sólo se quedan dentro de nosotros y cada golpe forma una herida, si esta crece se vuelve cicatriz y se queda como una marca permanente que solo nosotros podemos ver.

Recordó las heridas de su cuerpo, dolorosas a la vista pero ¿cuán dolorosas serían las que no pudo ver? Aquellas que están dentro de él como las que ella tenía en su alma y en su corazón.

Con dolor se levantó de la cama y cojeando se dirigió al baño, su cuerpo tenía moretones y heridas en su mayoría en la espalda, las piernas y los brazos, en su frente había un corte un poco grande y su mejilla izquierda estaba un poco morada y su labio superior tenía un corte. Su tobillo ya no dolía tanto pero no podía apoyarse en el, miro su rostro y se sorprendió al ver un brillo en ellos, pestañeo un par de veces pero seguía viendo aquel brillo, se alejo del espejo. Se dio una ducha diciéndose que solo era su imaginación. La verdad se sentía un poco rara, no tenia casi nada de frío y algo en su interior como una sensación muy extraña la inquietó.

Sus ojos fríos la miraban con calidez, su mirada que ocultaba lo que no sabia que tenia, por que era ciego y sordo”.

Me encanta la canción dark on me de Starset :-) espero que a ustedes también.

¡Bueno, esperó hayan disfrutado el capítulo! No olviden apretar la ★ si te ha gustado y/o comentar que te ha parecido.

Nos vemos...

Oscuridad en mí  (NaruHina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora