Capítulo 37

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Cubrió su corazón con sus manos ensangrentadas. El llanto se volvió en agua de color rojo.
Buscó desesperado el camino a casa... Pero no pudo huir de él.
Intentó gritar,  las heridas dolían demasiado,  La aguja atravesó muchas veces su cuerpo.   Él solo sonrió con diversión en su rostro cuando lo atrapó.

—No te preocupes,  el dolor se ira algún día...






El cuarto era pequeño,  tan pequeño y oscuro que un poco de claustrofobia se apodero de ella. No había nada más dentro.  El vestido negro que llevaba puesto parecía un lúgubre vestido de novia con largos guantes que le llegaban hasta los codos y un turbante que retenía su cabello.
¿De dónde salio ese vestido y cómo llegó aquel lugar?  No lo recordaba. 
Una puerta abierta era lo único que la llevaría a algún lado, la verdad no deseaba atravesar aquella puerta pero de no hacerlo seguro alguien la obligaría a salir o eso se imaginaba. No se sentía a salvo. 
Se percató que en el marco de esta colgaba una muñeca.

Se quedó petrificada, la muñeca era exactamente igual a ella con la diferencia que tenia una expresión triste y vacía. Como la que solía tener cuando... 

Entonces recordó que antes de despertar en donde sea que estuviera, daba un paseo con Naruto y Obito.  Ambos estaban discutiendo como de costumbre,  ella se adelantó un poco.  El día era perfecto para salir afuera, ideal para un pícnic al aire libre hasta que, vio aquella muñeca entre los arbustos sintiendo un indescriptible dolor en todo el cuerpo hasta desmayarse.
 Se preocupó por 
Naruto y Obito ¿Estarían bien? 

Se tomo su tiempo y temblando, se obligó a atravesar la puerta. Sin mirar el pequeño juguete sin embargo, se topo con una escena nada agradable que la anterior. 

—¿Dónde estoy? —se pregunto así misma. Frente a ella un pasillo largo al parecer sin puertas. Nada fuera de lo normal si no fuera por el centenar de muñecas pegadas en las paredes y en el techo.
Demasiadas a decir verdad. 
Quiso llorar y gritar de pánico, no era posible ¿qué significa todo esto? ¿Acaso era una broma de mal gusto? O ¿Sería una pesadilla? 

En shock y lentamente, comenzó atravesar el pasillo. Las muñecas eran iluminadas por pequeñas luces de un tenue color violeta, se percató que cada una tenía un nombre diferente. Eso la hizo tragar saliva, tenía un presentimiento muy malo que le advertía que debía volver al pequeño cuarto y no salir de ahí, sus ojos sin vida solo la ponían más tensa. 
Pero volver, no la llevaría a ningún lado. Necesitaba salir de aquel lugar. 

Al avanzar pronto unos nombres se le hicieron aterradoramente conocidos, fue inevitable no leerlos hasta que, se detuvo frente a una de ellas, Nunca olvidaría ese nombre. Entonces, se permitió llorar no tan solo de tristeza, también de mucho y espantoso miedo.

Konan” 

Si era una broma,  era un muy cruel y vil. 
Miro atrás,  todas las muñecas cada una con un nombre fueron las víctimas de...
Tan sólo pensar en aquel nombre la hizo temblar. ¿Sería una más de sus pesadillas?  Se pellizco  el brazo pero nada. Lo hizo de nuevo hasta sangrar pero no, esto era completamente real. 

El pasillo seguía, observó por última vez la muñeca con el nombre de quien alguna vez fue su amiga y casi una madre. 
Las muñecas y los nombres continuaron pero no sólo muñecas si no que también muñecos, un tanto desesperada logró llegar hasta la única puerta en todo el pasillo, se sintió algo aliviada. Pero esa puerta a diferencia de la otra estaba cerrada con un muñeco en esta. Pero este era diferente a los demás. No tenía algún nombre pero se le hizo extraño que,  una parte del muñeco parecía sufrir, pero la otra parte sonreía aterradoramente. 
Un escalofrío le recorrió el cuerpo, el muñeco era extraño.  ¿Quién habrá sido esa persona?
Había algo escrito en la pared. 

Oscuridad en mí  (NaruHina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora