Capítulo 6 (Mandy): "Quiero volver"

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James estaba a punto de llegar y yo ya me había comido todas las uñas de la mano derecha.

 

Habían pasado unos días desde el “incidente” de la discoteca. Alice y yo lo habíamos hablado, tanto lo suyo cómo lo mío y lo mejor era que el secreto se quedase entre nosotras dos, y bueno, los otros dos individuos.

 

<<Estás ya preparada? Te tengo una sorpresa pero para llevarte necesito tiempo. ¿Aceptas? Tu me dijiste que era tu sueño y aquí estoy yo para cumplirlo. >>

Me quedé un poco paralizada al leer el mensaje. No sabía que le había dicho a James que era mi sueño pero la verdad es que fuese lo que fuese este chico se había caído de la cama al nacer.

<<Bueno sí, acepto. Tengo algo de miedo! >>

Al poco volví a recibir un mensaje dejándome una hora y un lugar. Emoción era poco para describir todo esto. Desde que volví de Suecia no había dejado de mandarme mensajes con él y no mensajes cómo los que le mandaría a un amigo normal si no mensajes cariñosos. No sabía qué hacer cuando lo tuviese enfrente de mí y a esto se le sumaban los remordimientos por lo que hice con Niall. No tenía nada con James pero sentía que le había traicionado.

 

-No me creo aun que ya esté aquí -dijo cogiéndome de las manos y echándose un poco para atrás para verme. Sus ojos claros me dejaron embobada–. Estás guapísima y eso que sólo hace una semana que no te había visto.

-¡Qué tonto que eres! ¡Calla ya! –le dije mientras volvía a abrazarle. No podía soltarlo.

Tras el abrazo me dirigió a su coche pero tapándome los ojos con una venda antes de iniciar el viaje.

-¿Enserio? Me vas a tener así? No abuses de mi ¡eh! –le dije bromeando.

-Vas a tener que estar así dos horas, yo sólo lo advierto y posdata, no me des ideas -dijo mientras reía.

Le di un golpe en el brazo, creo, y me crucé de brazos como si estuviera enfadada.

- No te enfades, va.

Supongo que se acerco más a mí porque empecé a sentir su voz más cerca, cosa que me causaba escalofrío. Me volvió a besar la mejilla y arrancó el coche. Comenzó nuestro viaje.

Estuvimos las dos horas, más que hablando, cantando. Claro está que mis gallos, que podían romper cristales, no tenían nada que ver con su voz, de la cual estaba enamorada desde que la escuché por primera vez.

-Señorita, ya hemos llegado -dijo apagando el coche.

-Ya era hora… que quiero ver la luz de sol.

James me abrió la puerta del coche y me ayudó a salir.

-¿Estás preparada? –me dijo mientras se colocaba detrás de mí.

-Preparada  –dije sonriendo.

En ese momento James me quitó la venda de los ojos y estábamos en el San Francisco Sea World, entonces lo comprendí todo, le dije que quería nadar con delfines. No podía abrir más los ojos porque ya los tenía cómo platos. Esto era increíble. Todo estaba decorado de tonos azules y con animales marinos. Varias personas circulaban en la puerta, parejas, familias, grupos escolares, pero nadie fijaba la vista en nosotros, mejor.

-Sabes ya a lo que hemos venido, ¿no? –me dijo abrazándome por la cintura desde atrás.

Yo me puse nerviosa al sentir sus manos en la cintura y sólo pude mirarle y dedicarle una sonrisa.

Me soltó pero me cogió de la mano y entramos al parque empezando así una de las tardes más bonitas de mi vida hasta el momento y no por el hecho de ver delfines o no, si no por qué por primera vez tenía junto a mí a alguien que me trataba con cariño y no utilizándome.

Después de lo de los delfines decidimos ir un rato a la playa de Mission Beach ya que estaba cerca. Cuando llegamos solamente nos sentamos en la arena, ya era tarde para ir bañándose en la playa y seguro que el agua estaba muy fría. Me sentía un poco incomoda recordando mi último momento en la playa a pesar de que no fuese en el mismo lugar. Apoyé mi cabeza en su hombro, me sentía a gusto. Lo que parecieron segundos habían sido unos largos minutos.

-Ya va a anochecer, sabes que tenemos dos horas de camino ¿no? –dije mientras me incorporaba para revisar mi móvil.

-No te preocupes, si quieres puedes dormir en el camino -me dijo a la vez que me acariciaba la cara.

El tacto de sus dedos en mi rostro hacía que mi piel se pusiera de gallina. Me encantaba que hiciera eso y a mí siempre me salía una sonrisa de gilipollas. Creo que lo sabía y por eso lo hacía, pero, antes de que pudiese seguir en mi cuento me fijé en que tenía alrededor de veinte mensajes de Alice y doce llamadas perdidas a más no poder. No sabía que estaba pasando, todos en los mensajes me preguntaban que qué había hecho, que porque no lo conté. Alice me escribió una y otra vez que la llamase.

Me aparte de James. Él me dejo ya que vio cómo mi cara había cambiado de color y enseguida llamé a Alice. Me puse histérica cuando utilizó “playa”, “noche”, “Niall”, “fotos” y “periodistas” en la misma frase. Mi cabeza se nubló, ella parecía nerviosa y desesperada pero ¿sería para tanto? Sabía que cualquier rumor con ellos tenía muchas consecuencias pero no sabía la magnitud de ellas. Decidí seguir el consejo de Alice de que permaneciese en dónde estaba.

-Mandy, ¿qué ha pasado? –preguntó James utilizando por primera vez desde que estaba aquí mi nombre y no un apelativo cariñoso para referirse a mí.

-Yo bueno, tengo que contarte una cosa… -comencé a decir en susurros.

Le conté a James lo que pasó. No me quedaba otra opción pero bueno, sólo éramos amigos y no sé qué diría. Mi miedo a perder lo que habíamos empezado a “tener” empezó a pasarme factura y empecé a llorar.

-Por favor, no llores ¿vale? Yo te ayudaré en lo que pueda y bueno, si nos tenemos que quedar aquí esta noche nos quedamos ¿vale? –dijo echándome el pelo hacía atrás y apartándolo de mi cara.

-Vale. – Dije entre sollozos.

Me ayudó a levantarme y a subir al coche. Encontramos un hotel barato no muy lejos y decidimos quedarnos allí a dormir. Yo no pronunciaba palabra alguna, sólo pensaba en todo lo que podía pasar y James se dedicaba a consolarme cómo podía. En mi cabeza aparecían secuencias de diferentes situaciones posibles, sería una exagerada pero el ver a la gente de mi alrededor tan preocupada hacía que yo me preocupase el doble.

 Yo apenas podía dormir y en una de las veces tuve una pesadilla, ya no recuerdo que fue. Me senté corriendo en la cama sudando y llorando a la vez. Eran sólo las 3 de la mañana, la noche se me iba a hacer larga.

James al escucharme se levantó.

-¿Que te ha pasado? –me decía colocándose a la altura de mi rostro delante de mí.

-No lo sé, no puedo dormir, quiero volver –dije aun llorando.

-Venga, ven acuéstate conmigo –me dijo seguido de un suave beso en la frente mientras me sujetaba con delicadeza mi cara entre sus manos.

Sin decir nada acepté la mano que me estaba tendiendo y nos acostamos los dos juntos. Yo estaba acostada de lado mientras el por detrás me abrazaba. Me sentía a gusto y protegida y supongo que sería por eso por lo que rápidamente concilié el sueño.

 

La luz de la mañana atravesaba mis párpados. Abrí los ojos con pereza y me percaté de el por qué me había despertado, mi móvil estaba sonando. Era Alice.

If I lose myself [One Direction fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora