Cuido a los Whebers.

33 7 6
                                    

Ese fin de semana llegaban las ferias anuales al pueblo, como siempre Alice y yo asistimos, las ferias duraban un mes, íbamos todos los días solo por matar el tiempo, el martes fuimos después de salir de la tienda.

- Nena, quiero ir al baño ¡Llevameeee! - Alice se cruzó de piernas y puso una expresión teatral que me causo mucha risa.

- ¿Porque no vas tu sola?, ya estas grandecita.

- Sí, pero ya sabes, es la ley femenina vamos juntas, ¿quieres que me ataque un troll? ¿eso quieres? además no me recuerdo donde esta - me mostró su mejor sonrisa después de hacerme un drama.

-¡Ay Dios! ¿qué harías sin mí?

-Pues nada boba, ¡Ya, llevameee!

Buscamos los baños portátiles y espere a mi loca amiga afuera, estaba distraída y mi mirada vagaba por la feria hasta que algo llamó mi atención, ese "algo" eran Thomas y Daniel, de morena pase a blanca, Alice me golpeo con la puerta al salir me vio como un fantasma y se asustó.

- ¿Qué pasa? - como me pasaba cuando estoy nerviosa o asustada empecé a tartamudear.

- Mi-mira son Daniel y-y Thomas- no entendí porque estaba tan nerviosa ya que asustada no era, ¿sería por ver a Daniel? O ¿por ver a Daniel con Thomas?, la verdad no sé, pero Alice sentía todo lo contrario a mí, ella tenía decisión en los ojos y fue detrás de Thomas, yo aterrorizada por lo que pudiera hacer me fui detrás de ella.

- Disculpa Thomas -puso su voz de boba como cuando él le hablaba.

- ¿Si belleza? - el tono que usó Thomas era tan repulsivo. Alice le cruzó la cara con una cachetada tan fuerte que de inmediato se le puso rojo el cachete, Daniel y yo nos reímos al instante.

- ¿Qué te pasa perra?

- Te haces llamar hombre e intentaste violar a una mujer, Luna te quedo muy grande perrito.

Thomas salió endemoniado hacia su casa, Alice y yo les dimos la espalda después de que mi amiga terminara su espectáculo, sin saber que Daniel seguía ahí parado, lo supe en el momento en que los vellos de mis brazos se erizaron por el calor de su cuerpo, al instante siguiente escuche su voz.

- Luna ¿puedo hablar contigo? - me tomo de la mano y sentí un chispazo al sentir su contacto.

- Claro cuéntame Daniel, ¿qué pasa?

- Mi papá me pidió que te preguntara ¿si podrías cuidar a los niños Whebers el sábado todo el día?

- ¡Claro, Daniel! Dile que me encantaría cuidarlos.

Alice no paró de sonreír, parecía una niña chiquita en una dulcería, no entendí la causa de tanta felicidad, supuse que era por la semerenda cachetada que le había dado a Thomas, la verdad yo también estaba feliz por ese espectáculo que solo nosotros vimos, salimos de ahí, nos habíamos divertido mucho y fuimos al prado, no cenamos, habíamos comido mucha chatarra en la feria, cada una se fue a su cuarto. Como ya era mi rutina, me fui desvistiendo de camino al baño tome una ducha caliente, me puse el pijama y me fui a dormir.

El jueves después de despertar a Alice y mientras estaba en la cocina, sonó el teléfono de la casa, cuando conteste fueron malas noticias para la pelinegra, su abuela estaba mal, no sabía cómo se lo iba a decir a mi muy muy sensible amiga. No estaba preparada para decirle cuando bajó por las escaleras, como no sabía que hacer lo dije rápido, sin tacto, como quitar una curita.

-Alice, mi vida, tu abuela Alicia... esta mal y pidió que fueras a verla lo más pronto posible - empezó a llorar y salí corriendo a abrazarla, deje que llorar todo lo que quisiera.

Desaparecen los niños.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora