Desaparecen los niños.

Moriré como nací... Sufriendo.

Cada palabra de ese capítulo dejo una serie de dudas e incertidumbre, pero lleno de luz muchos espacios vacíos y obscuros en mí ser; no podía creer que mi madre hubiese sido vidente, no comprendía como la tía Alicia era descendiente del círculo, si ella lo era, Alice también. Sentada en la poltrona de una de las casas de mi infancia mi mundo se caía cada vez más, cada vez era peor todo lo que conseguía, quería llorar, gritar.

Me daba mucho asco todo lo que mi familia había hecho; ahora presiento que mi madre siempre supo todo y Enrique igual.

No sabía que haría con todo esto, algo que me hizo mucho ruido mientras leía era la visión de mi madre, todo lo que había conectado, si Alice era descendiente del círculo, era ella la que destruiría las copias, por lo que había entendido, destruir una era destruirlas todas, al hacer eso las almas quedarían libres, seguía sentada en el mismo sitio, pensando y analizando, cada movimiento a partir de ahora debía ser cuidadoso y calculado, pero no quedaba tiempo para armar un plan muy elaborado, seguían cosas en torno a Thomas que no me terminaban de cuadrar, pero su nombre aparecía cada vez más y más, me daba miedo lo que pudiese pasar.

Si yo no soy descendiente del círculo, significa que tengo el mismo poder de mi abuela, pues la diadema no ha intentado derretirme el cerebro todavía, eso es un punto a mi favor por lo menos.

Circulo: 500

Luna: 1

Tenía que ponerme en movimiento, pues ya iba hacer medio día y nadie sabía de mi paradero, revise el teléfono, tenía varias llamadas perdidas y mensajes, no quería leer ninguno, solo salir corriendo de esa casa, quería estar entre los brazos de Daniel; espera, ¿quería los brazos de Daniel? ¿Por qué quería los brazos de Daniel en este momento, que mi mente estaba tan confundida e ida?, sí, claro que sabía la respuesta, me estaba quemando desde hacía ya mucho tiempo, cada día la quería enterrar más, pero ella quería salir de mi boca, como el vómito que no puedes aguantar más.

Camine hasta la casa del árbol donde había dejado la copia, mi bolso, una galleta que estaba siempre en mi bolso y que Alice estaba muy pendiente de siempre poner y reponer cada vez que no la encontraba, pues ella me salvaba en mis bajones de hierro o anemia. Ya el sol estaba en su punto más alto, ya quedaba solo un día y no tenía ni la más mínima idea de cómo haría todo, camine más rápido.

- Lo siento Alice no puedo esperar más, ya van a ser las 12:30 y ella no aparece - sonaba molesto.

- ENTIENDE QUE NO PUEDES ATOSIGARLA, VA A HUIR DE TI SI SIGUES ASÍ, ESO LA DESESPERA.

Termine de acortar la distancia que me separaba de la puerta para intervenir antes de que esos dos se mataran, cuando iba abrir la puerta Daniel la abrió al mismo tiempo que yo y salió sin verme, el choque con su cuerpo me hizo caer escalera abajo dejándome con el culo en la tierra, se debió ver muy cómico porque la risa de Alice no espero para hacerse escuchar, Daniel quería quemarla viva con la mirada, literalmente vi la escena por un momento: Daniel vestido de súperman, Alice como Luthor y Daniel achicharrandola con su visión de láser.

- ¿estás bien cariño?

- Eso no importa, lo que importa es lo que descubrí en la casa de Alice - está salió corriendo al escuchar aquello.

- ¿mi casa?, ¿estuviste en la casa?, ¿cómo la viste? - un poco de tristeza se fue formando en su voz, e iba creciendo con cada pregunta.

Empecé por contar mi extraño encuentro con la tía Alicia, después del sótano, del libro y de lo que leí, de las conclusiones que saqué, y lo más importante de todo, les dije que nos quedaban 24 horas para poder lograr nuestro objetivo. Les pedí que no me molestaran y subí corriendo al ático, cerré la puerta y subí corriendo las escaleras, prendí el pequeño bombillo que estaba en medio del techo y me senté en una de las sillas, ignore la mancha negra que tenía, no quería darle muchas vueltas, estaba más que segura de lo quera. Volví abrir el libro donde lo había dejado, si tía Alice me había dicho que era ahí, pues todo estaría ahí.