Alguna vez tras la guerra, escuché a alguien decir que por fin la paz nos había alcanzado y era justo y necesario disfrutar de ella a total plenitud. No pude estar más de acuerdo con aquellas sabias palabras y en mi corazón tuve la certeza que así sería para todos.
Pero los deseos y la realidad son cosas muy distintas. Mientras todos en Konoha y el resto del mundo reconstruían sus vidas y se hicieron acreedores de un futuro brillante y pacífico, Sasuke había sido condenado a vivir en prisión por el resto de su vida.
Tres años habían pasado desde aquel día que su sentencia fue dictaminada, y a pesar de mis súplicas y las de Naruto, no pudimos hacer nada por él. Ni siquiera Kakashi sensei que tomó el cargo como Hokage pudo intervenir en la decisión tomada por los líderes del país del Fuego y otras naciones poderosas.
Mis constantes solicitudes de visita fueron rechazadas una tras otra hasta que dejé de insistir. Durante ese periodo sólo había podido verlo tres veces, una vez por cada año; y las visitas eran permitidas solamente bajo el régimen de médico-paciente. No podía hablar con él de otra cosa que no fuera su salud y estaba estrictamente vigilada; la apariencia de Sasuke no era la mejor, había adelgazado y palideció por la mala alimentación. Sus ojos siempre estaban vendados para evitar que usara sus técnicas oculares y aunque por un tiempo permaneció atado de sus extremidades, me enteré por Naruto que finalmente Kakashi sensei consiguió que le permitieran un poco de libertad a su cuerpo.
Mi corazón se desgarraba cada día, a cada instante... No era la vida ni el destino que Sasuke merecía. Su único y absurdo crimen era haber nacido como un Uchiha.
—Sakura... Sakura despierta.
La brillante luz blanca de la lámpara sobre el escritorio caló en mis ojos cuando los abrí tras oír que me llamaban. Enderecé el cuerpo y vi a Ino con su bata doblada descansando sobre su antebrazo.
—¿Qué hora es? —Pregunté con dificultad, tratando de asimilar todo a mi alrededor.
—Las nueve. Es hora de irnos.
—¿Dormí mucho tiempo? No supe en qué momento pasó.
Ino me dio una mano para ayudarme a ponerme de pie. Sentí que todo daba vueltas.
—Quizás sólo dormiste una hora, no pudo haber sido más. Terminaste la cirugía a las siete y fracción —pasó su mano por el tirante del bolso que colgaba en su hombro y lo ajustó—. ¿Irás a descansar?
—Hoy me quedaré en casa de mis padres. Todavía están pintando el departamento que renté.
—Eh... Son tan lentos.
Miré el maquillaje que Ino usaba, resaltaba su belleza; sus labios estaban rosados indicándome que se retocó ligeramente con un labial.
—¿Tienes una cita con Sai?
—Pues... Sí. Es extraño ¿no? —Rió— Es la primera vez que me invita, antes he tenido que hacerlo yo.
—Parece que las cosas están avanzando. Me alegro por ti, Ino.
—Sakura... ¿Qué noticias hay sobre él?
Su nombre, ya ni siquiera era pronunciado en la aldea. Las personas parecían no recordarlo o negarse a hacerlo; todos vivían cómodamente en una paz que también Sasuke logró para ellos y su pago por hacer el bien, era estar encerrado en la oscuridad.
—Por favor, Ino. Di su nombre —pedí—, Sasuke no tiene la culpa de la injusticia humana.
—Tienes razón, lo lamento.
—No sé nada nuevo —confesé—, la última vez que lo vi fue hace seis meses.
Los ojos de Ino denotaron tristeza, y casi me vi reflejada en ellos.
—Debe estar pasándolo muy mal —comentó—. Ojalá pudiéramos hacer algo.
No encontré palabras adecuadas para decir, lo que Ino expresaba era mi constante pensamiento. Pero yo no tenía el poder para cambiar la situación de Sasuke, y justamente esa impotencia me estaba destruyendo por dentro.
(...)
Los días pasaban, a veces eran rápidos y en otras ocasiones parecían eternos. El ajetreo de la vida me mantenía ocupada, pero mi alma y pensamiento estaban divididos en mi presente y en mis anhelos.
Comer dejó de ser un placer para convertirse en un sentimiento de culpabilidad. Dormir en una cama suave era un cargo de conciencia. Todavía me cuestionaba cómo era posible que los líderes que condenaron a Sasuke, tuvieran el descaro de ser felices mientras él pasaba su vida en una prisión oscura y fría, lejos de su pueblo natal.
Recobré una pizca de ilusión y fe; entregué mi solicitud para visitarlo. Esperé por varios días hasta que Kakashi sensei me llamó a la Torre, tuve la esperanza de una respuesta positiva.
Sus manos sostenían una hoja blanca y él la miraba cuidadosamente. El respaldo de la silla de cuero se sintió más helado cuando los nervios me invadieron.
—No —pronunció con decepción y sentí que me estrujaban el pecho—, no ha sido aceptada.
Tragué saliva intentando no llorar y aclaré mi garganta para arreglar mi voz. Pero el sentimiento de dolor era tan poderoso que difícilmente se controlaba.
—Todavía no entiendo sus intenciones —dije con la vista en mi regazo—. Me refiero a los líderes... No veo cuál es el problema en que yo pueda visitar a Sasuke.
—Yo tampoco lo entiendo —contestó y dobló la hoja—. Lo lamento, Sakura.
—Hmm —negué con mi cabeza—, no voy a rendirme. Lo intentaré el próximo mes.
—Es preferible que no lo hagas más —alcé mi vista cuando escuché eso—, lo único que vas a conseguir es que te prohíban hacerle revisión médica y cambien de doctor. Por el momento tendrás que esperar hasta la fecha de su próxima cita.
Apreté los puños con consternación. El pecho me dolía de rabia.
—Sólo puedo verlo para revisiones médicas —sentí que mis ojos se humedecían—... Ni siquiera puedo darle palabras de ánimo o contarle las novedades del mundo exterior. Odio que las cosas sean así —inevitablemente las lágrimas resbalaron por mis mejillas.
—Te entiendo, Sakura. De verdad, sigo haciendo todo lo posible.
—Quiero verlo... Quiero abrazarlo —recordé la última vez que vi sus ojos—. Quisiera decirle que para él todavía hay esperanza... Si es que la hubiera.
—Encontraremos alguna forma de salvarlo —prometió Kakashi sensei, se levantó y puso su cálida mano sobre mi cabeza—. Los ojos de Sasuke volverán a ver la libertad.
Libertad es una palabra fácil de pronunciar, pero alcanzarla y disfrutarla muchas veces no depende de nosotros sino de aquellos que manejan las riendas de este mundo.
Mi cuerpo no podía tocarlo, pero mi corazón estaba siempre con Sasuke.
⋄●⋄
Notas: Fic género angst, drama y romance.
▸SASUSAKU◂
*No habrá lemon*
Gracias por leer♥
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Hito de Esperanza
Mystery / ThrillerLa Cuarta Guerra Mundial Shinobi terminó, el mundo recuperó la paz y las personas comenzaron a reconstruir sus vidas. Pero la libertad y la felicidad son privilegios que Sasuke no posee. Condenado a vivir en prisión sin la posibilidad de redención...