Capítulo 19: Una nueva integrante

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Capítulo 19: Una nueva integrante

Capítulo 19: Una nueva integrante

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Estaba nerviosa. ¿Qué le parecería a Derek lo que escribía? Seguro que pensaría que era una basura. Lo conocía, no era su estilo y no es que fuera especialmente bueno. Pero me relajaba escribir y con eso a mí me bastaba.

Di otra vuelta en mi cama. Miré la hora en mi móvil y resoplé. Eran las tres de la madrugada.

¿Por qué me importaba tanto lo que Derek pensara? ¿Por qué tenía que ser así? ¿Acaso lo importante no era que a mí me gustara? Entonces, ¿por qué estaba tan nerviosa? ¿Por qué temía verle mañana?

Argh. No tenía sentido.

Dos vueltas después comprendí que esa noche apenas pegaría ojo. Genial. Probé una táctica que de pequeña nunca fallaba: contar ovejas.
Una oveja, dos ovejas, tres ovejas... diez sexys ovejas con cara de Derek, once sexy ove...

¡Oh, no! Ahora esto. ¿Por qué, mente? ¿Por qué mi mente jugaba conmigo?

Doce sexys ovejas con cara de Derek...

Argh.

.   .   .

Al final mi método de contar ovejas —con el rostro atractivo de Derek— me había servido. Me había quedado frita, lo sé porque cuando la alarma de mi teléfono sonó, quise tirarlo contra la pared. No estaba lista para afrontar la realidad. ¿Podría fingir una gripe?

—¡Elli, como no te levantes de la cama, te juro que entraré ahí y te sacaré a rastras! —gritó Winter desde la puerta.

—No quiero —dije como si fuese una niña pequeña al mismo tiempo que me daba la vuelta.

Bufó.

—Lo siento, no me dejas elección.

—Espera, ¿qué vas a ha...?

Winter, la muy perra, encendió la luz.

—¡No! —Intenté taparme con el edredón y la manta, pero, ¡oh, no!, no servía de nada. ¿Por qué tenía que ir a trabajar? Con lo gustito que se estaba en la cama.

De repente, un cojín me dio de lleno en la cara.

—¡Winter! —Me levanté de la cama y, descalza, la perseguí hasta el salón, cojín en mano—. ¡Te vas a enterar!

Ella reía a carcajadas, disfrutando del juego. Corrió alrededor del sofá y yo, detrás de ella.

—A que no me pillas —se burlaba ella una y otra vez.

Mientras tanto Genevieve tomaba su taza de café mañanera mirándonos de manera divertida. De vez en cuando nos decía:

—Sois peores que mis niños y eso que están en cuarto curso.

Pasiones Enredadas (Amor Enredado 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora