Capítulo 12: Noche loca

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Capítulo 12: Noche loca

No me podía creer lo que había pasado en tan poco tiempo

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No me podía creer lo que había pasado en tan poco tiempo. ¡Había convencido a Elliana de que subiese conmigo al escenario! Era un día épico para recordar. Tampoco me creía el hecho de que, con todos los locales de karaoke que había en Nueva York, me hubiese encontrado con ella. Era una señal de que era la indicada.

Llevaba un vestido que le daba un aire muy sexy. Le resaltaba todas las curvas. Aunque ella os diga que no tiene ninguna, no la creáis. Sí tiene, solo que no sabe apreciarlas. Mi bella flor nunca cambiará.

Llevaba el collar que le había regalado tras mi viaje a España y eso me gustaba. Desde que se lo di siempre se lo ha puesto. Sin lugar a dudas, había merecido la pena comprarlo para ella.

Elliana estaba a mi lado y temblaba un poco. La miré. Tenía la mirada posada en el público y, al mismo tiempo, se estaba mordisqueando el labio inferior de esa manera tan sexy y encantadora que tan loco me volvía.

—Lo harás bien —intenté animarla mientras nos acercábamos al DJ para elegir una canción—. Confía en mí. ¿Acaso me he equivocado alguna vez?

Ella puso los ojos en blanco.

—Engreído —masculló lo suficientemente bajo como para que solo yo la escuchara.
—Y tú, cabezota. —Le tiré un beso al aire y ella alzó las manos como si lo estuviese cogiendo entre sus dedos. Ese gesto aligeró toda la tensión que se había
cargado en el ambiente. Elliana soltó una pequeña carcajada, algo más relajada. Bien—. ¿Qué canción te apetece cantar?

Se encogió de hombros.

—No sé. Elige una y acabemos con esta tortura de una vez. Siento que todos me miran.

Tenía las mejillas sonrojadas y, en vista de lo tímida que era, sabía que por dentro estaría atemorizada. Esperaba que mi tonto plan surtiera efecto. Quería que Elli cantase conmigo para que poco a poco ese miedo escénico desapareciese o que, al menos, no fuese tan profundo. Quería que fuese capaz de poner en su lugar a los paparazzis que tanto nos acosaban. Quería que empezara a valerse por sí misma y que dependiese menos de mí.

Sonreí volviendo a la realidad. Una de mis canciones favoritas era Wrecking Ball, de Miley Cyrus y me apetecía mucho cantarla.

Elegí la canción y mientras el DJ la ponía, Elliana y yo nos situamos en el centro del escenario. Entrelacé nuestros dedos para darle confianza. Estaba claro el mensaje que quería transmitirle: "Estaré a tu lado".

Miraba con nerviosismo al público, temerosa quizás de hacer el ridículo. Si supiese realmente que nadie la abuchearía aunque lo hiciese fatal... Pero estábamos hablando de Elliana Jones, una mujer que a veces se mostraba muy insegura.

—Confía en mí —le susurré al oído—. Lo vas a hacer muy bien. Te quiero.

No le dio tiempo de responder, puesto que la canción empezó a oírse por los altavoces. Miré la letra en la pantalla, aunque no me hacía falta. Confieso que me la sabía de memoria.

Pasiones Enredadas (Amor Enredado 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora