Llevaban 45 minutos sentados viendo al profesor apoyado contra el respaldo de la silla con los pies sobre el escritorio y leyendo (o eso pretendia) el periódico del día y este se veía tan arrugado que pareciera que hubiera ojeado las páginas más veces de las necesarias para darse por enterados de las noticias.
La morena miraba con fastidio el pequeño reloj de pared cuyo segundero pareciese no avanzar ¿en verdad estaba haciendo "horas extras" como penitencia por haber llegado tarde? y para rematar en su primer día, el ruido irritante de las aletas del ventilador de techo sumado al hecho de la creciente inquietud que le provocaba el castaño a su costado con su ligero movimiento casi imperceptible de poner alineados sus lápices solo para volver a repetir la acción una y otra vez sinceramente la castaña ya había perdido la cuenta de cuantas veces lo había hecho.
-Aaarrrgg- se quejó la muchacha poniendo una mano sobre la del castañito para detener la acción -¿Podrías dejar de hacer eso?- le pidió con un tono de voz más suave de la que hubiese pensado tener, no supo que fue pero su enojo se esfumó (solo un poco) al ver los ojos aniñados del chico quien parecía más confundió que ella.
-L-lo s-siento- se disculpó mirando al suelo, sus mechones castaños cayeron sobre sus ojos dejándole con apariencia más infantil. -Es una costumbre que tengo- dijo y su tono de voz era bajo como si se sintiera avergonzado.
-Tsk, pareciera que el viejo se durmió o¿ son imaginaciones mías?- cuestionó mirando al profesor quién parecía que en cualquier momento se caería de la silla- ¿Cuántas veces te han castigado?- pregunto la muchacha sacando un paquete de chicles de debajo de su falda acción que hizo ruborizar al castaño.
- No recuerdo cuantas veces- dijo aclarandose la garganta -Creo que varias- sonrió con algo de pena.
La morena lo miro y sonrió algo contrariada la inocencia de aquel chico no pegaba para nada con alguien que estuviese siendo castigado cada segundo lo cual llamo su atención, aún recordaba su época de estudiante aunque no llegó a terminar la preparatoria ya que había vivido en un infierno tanto en su hogar como en su instituto, recordaba bien aquella aula al final del área de deportes un cuchitril que ella ya podi a ir llamando "hogar" ya que pasaba más tiempo en el aula de castigos que en su propia casa y le había tomado algo de cariño a aquel pupitre gris con la pata chueca en la que siempre se sentaba "Ah recuerdos" penso. Su mirada se desvió a las manos inquietas y temblorosas del chico.
-¿Tienes frío?- pregunto sintiéndose estúpida al instante estaban en pleno verano ¿cómo podría tener frío?- es decir estas temblando- prosiguió cuando lo encaró vio que él mantenía los ojos cerrados y estaba susurrando algo que evitaba a toda costa que saliera de sus labios manteniendo sus dientes apretados.
-¿Ho- Hoseok?- la morena se percató de que el chico estaba nervioso,el sudor de su frente delataba que el chico no se encontraba para nada bien- ¡Profesor!- gritó haciendo que el docente despertara abruptamente y Hoseok empezará a respirar agitadamente.
La puerta del salón se abrió de par en par dejando ver a un hombre alto de complexión delgada, con rostro severo y lentes vestido con un traje gris oscuro, detrás de él aquel chico raro que la había recibido por la mañana en la entrada del colegio, el rostro de Hoseok palideció y al instante se levantó de su asiento.
-P- padre- dijo desviando la mirada hacia el otro castaño quien se veía contrariado y con una disculpa estampada en su expresión.
-¿Sabe acaso usted que hora es ahora?-pregunto con voz grave aquel hombre que por lo que parecía era el padre de Hoseok y antes que el docente pudiera decir palabra se giró sin siquiera dedicarle una mirada a su hijo -Vamonos- ordenó
El castaño obedeció tomando rápidamente sus cosas y haciendo que sus lápices cayeran al suelo la morena le ayudó a poner sus cosas en la mochila ya que el temblor del chico no paraba.
- ¿ En serio Hoseok no sabes hacer nada bien?- le cuestionó el Sr. Jung desde la puerta apenas mirándolo a lo cual el chico se aferró fuertemente a su mochila, por alguna razón la morena quiso golpear a aquel hombre por hacer le esto a su hijo,una vez terminado de recoger todo Hoseok se disculpó con la chica y fue a paso torpe hasta la puerta.
-Ya puede irse también Srta. Min-comento en bostezo el profesor que ni siquiera de inmutó por lo que acaba de ocurrir, en sus narices un alumno probablemente estaba sufriendo de algún de abuso y él docente no fue capaz de parar eso, pero bueno quien era ella para juzgar las acciones de aquel profesor recordaba muy bien que en su instituto no habían docentes que le sirvieran de guía a sus alumnos a excepción de uno que otro que si valía la pena escuchar en clase, tomo su mochila y apresuro el paso quizá y podría alcanzar a Hoseok y quizá podría poner en marcha eso de acercarse al chico y sonsacarle información, en sus años viviendo prácticamente en la calle había conocido lo que era el maltrato ya sea fisico o emocional y conocía los efectos que esto causaba en la "víctima" un poco de dulzura y comprensión le vendrían muy bien tanto a Hoseok como a ella sería dócil para sacar cualquier tipo de información.
Corrió por los pasillos y vio desde una de las ventanas como Hoseok se mantenía con la cabeza gacha mientras parecía recibir una reprimenda de parte de su padre ambos al frente de un vehículo gris que por lo que Yoonji percibió era el auto del padre ya que mo era el Mercedes Benz con él.que casi la atropellan, cuando llegó manteniendo una distancia prudente se dedicó a espiar a ambos Jung tratando de escuchar al máximo.
- Eres una vergüenza Hoseok después de todo lo que hago por ti tu solo te dedicas a darme molestias- le reprochaba el más alto al chico que estaba cabizbajo
-Lo siento padre- decia dd manera monótona
-Tantos dolores de cabeza ya me has causado- continuaba el Sr. Jung -¿Tienes idea siquiera de lo que es la puntualidad?-
-Lo siento padre-
-Acaso es así como debes pagarme todo lo que he hecho por ti- seguía gruñendole - Aún cuando paso lo que pasó aquella vez, aún sigo dándote lo mejor- insistía el hombre, que ni siquiera se percató del temblor casi escandaloso de las manos del menor ni de las lágrimas que contenía fuerza detrás de sus párpados en esos momentos.
-¿No respondes?- ¿y como lo haría si estaba apunto de estallar en llanto? -¿Porque siempre me haces enfadar? ¿Porque siempre estas faltando a mi confianza? lo único que te pido es que al menos llegues a tiempo para no quedarte nuevamente castigado- seguía reprochandole sin ver siquiera que el chico estaba recibiendo sus palabras como dagas en su pecho.
-Es mi culpa Sr. Jung- la morena se plantó frente a ambos haciendo que Hoseok levantara la mirada y al fin dejará escapar unas pocas lágrimas silenciosas. -Hoseok, es decir soy nueva y le pedí a Hoseok que me mostrará la escuela- mintió poniendo la cara más inocente que pudo.
-¿Y tu Eres?- el Sr. Jung la observo de manera inquisitiva
-Oh lo siento-le tendió la mano - Min Yoonji soy alumna de intercambio, bueno tuve un percance me perdí de venida al colegio y Hoseok pasaba por la zona vio mi uniforme y se ofreció a traerme lo cual habla muy bien de la educación de su hijo Sr. Jung- dijo ella mostrando una blanca sonrisa.
-¿Es eso cierto?- cuestionó al castaño quien miraba con los ojos muy abiertos a la chica, sólo atinó a asentir. - En ese caso esta un poco justificado tu llegada tardía, pero que no se vuelva a repetir- miro a la morena y se despidió con un movimiento de cabeza lo cual ella respondió de la misma forma -Chung Hee viene por ti en unos minutos nos vemos en la casa- dijo subio a su audi gris y se marchó dejando atrás a ambos muchachos.
- ¿En serio no te lleva él?- fue lo primero que dijo la muchacha mirando al vehículo alejarse - ¿Es en serio tiene que mandar a tu chofer?- seguía indignada
-Yoonji, Gracias- dijo el chico y la abrazo por la espalda tomandola desprevenida, y que bueno que ninguno de los dos podía verse las caras porque ambos estaban ruborizados hasta las orejas.
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TOC TOC..? Parte 1
Fanfiction- Las estrellas se ven hermosas esta noche- Suspiró y volteó a ver a su acompañante con los ojos cerrados, recostada sobre la hierba con su rostro iluminado por las estrellas de aquella noche de verano. -Sé lo que haces- respondió sobresaltandólo un...