Prólogo.

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Notas de autor:

Este fué mi primer fic, últimamente lo he leído y me he dado cuenta de los garrafales errores de ortografía y redacción que cometí, por lo cual he decidido ponerlo en edición.

Antes que nada, quisiera pedirles una enorme disculpa por todo y agradecer su apoyo.

Lentamente iré modificando los capítulos, por ahora he agregado el prólogo.

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¿No es la vida cien veces demasiado breve para aburrirnos?

Friederich Nietzsche

Alguna vez se han preguntado ¿Que es el destino?, ¿Quien lo escoge?, ¿Soy en verdad capaz de moldearlo?

Mil veces me he cuestionado si tengo siquiera uno, pues a mi parecer lo he dejado a la deriva desde que abandoné mi región natal. Sin lugar a dudas era una persona muy importante y ante la primera señal de peligro, cuando todos vinieron en mi auxilio perdí la compostura y salí corriendo como un cachorro asustado dejando mi legado a alguien más.

Aquel día llovía a cántaros al igual que ahora, pero me encontraba en una situación completamente diferente. En aquel entonces el miedo recorría cada terminal nerviosa de mi ser paralizándome por completo mientras la lluvia azotaba mi cuerpo, sofocando mi respiración a tal punto de casi extinguir la llama que me mantenía viva.

La verdad son ese tipo de cosas las que atormentan mi mente cada que el ocaso se posa sobre la ventana.

La primera vez que vi Hoenn en compañía de mi padre me pareció un lugar hermoso, pero a la vez completamente ajeno a mi persona. Un lugar perfecto para reinventarme, renacer de las cenizas y formar una nueva vida. Sin embargo, no pasaron ni 6 meses en los cuales deseaba viajar a otra región, pues el vacío rápidamente se instaló en mi corazón.

Llamé a mi padre el cual estaba de acuerdo con la decisión de mudarnos. Al terminar la llamada me puse un abrigo largo color café y tomé un paraguas, porque para mi gran infortunio el cielo lloraba en aquella ocasión.

Venía caminando sobre la acera mojada, el día gris no era obstáculo para las personas que pasaban a mi alrededor, completamente apuradas en su propio ritmo de vida. Más de 6 peatones me dieron involuntarios empujones, haciéndome sentir el mayor estorbo del planeta.

La verdad era innegable. Estaba completamente sola en esta región que no me aceptaba por completo.

Entré a la primera agencia de viajes que encontré y me acerqué al mostrador dispuesta a comprar un boleto en dirección a Kanto, cuando algo extraño pasó.

En cuanto lo vi fui testigo de la existencia de mi destino, el cual caprichosamente se hizo notar hasta ese momento.

Norman: ¡Aura! ¡¡Hace tanto tiempo que no nos vemos!!.

Yo me quedé completamente callada sin saber qué responderle exactamente, cosa que el entendió a lo cual agregó.

Norman: No vengo a recriminarte nada. Imagino que has tenido tus razones para haberte ido de esa manera, pero eso no quita la responsabilidad que aún cierne sobre tus hombros. Es mi deber informarte que todo está en orden.

Asentí agradecida ante la amabilidad de aquel hombre y antes de que pudiera decir algo habló explicando el motivo de su presencia. Me sorprendí al darme cuenta que ni siquiera me había preguntado qué haría él en Hoenn.

Corporación Devon. [Primeros Capítulos En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora