Secreto al descubierto .

798 41 12
                                    

Aura llegó a su casa a las 10:00 pm.
El vuelo tardó más de lo esperado debido a que volvió con calma observando en el cielo estrellado cada constelación.
Una vez que llegaron a su pueblo, ella regresó a tropius a su pokéball, y se dispuso a entrar a su casa... Sin embargo ella había olvidado un detalle importante.
En el sofá de su sala yacía dormido Bruno, quien desde la mañana se ocupó de "cuidar" la casa de su "querido" vecino. La verdad es que quería un lugar en el cual su padre, Norman no recriminara sus precipitadas decisiones.
Aura, inconsciente de la presencia de su amor platónico, cerró la puerta con candado, liberó a Lili de su bolso y encendió la luz del vestíbulo.
Inmediatamente un enorme bostezo salió de su boca y subió las escaleras hasta su cuarto, dónde se puso un nuevo pijama de Eevees.
Bajó a la cocina en busca de una fruta y cuando iba a comerla un fuerte ruido se escuchó en la sala de su casa.
Aterrada fué a investigar quien era su "agresor".

Bruno quien estaba dormido despertó con miles de lengüetazos de Lili, inmediatamente río y sin darse cuenta cayó sobre la mesita de centro haciéndola añicos.
Bruno: Joder, Birch me va a matar...
Y dicho y hecho, un golpe seco propinó su bello rostro. El chico asustado gritó y Aura inmediatamente reconoció esa voz.
Aura perdió todos los colores mientras Bruno se levantaba para darle cara.
Aura quería morir. Definitivamente golpear a un chico no era algo que se encontrara entre los mejores consejos para enamorar a alguien.
Bueno... exceptuando el masoquismo pensó mientras vió como Bruno reía abiertamente del asunto.
Ella esperaba no haberle causado una contusión cerebral o algo que afectara su ya de por sí peculiar raciocinio.
Él simplemente le dijo que se lo merecía por romper la mesa de centro, mientras que Aura fué por un analgésico para su "amigo".
Pidió mil y un disculpas mientras Bruno observaba risueño lo "peligrosa" que podía ser esa chica con pijama de Eeves.
Rápidamente aceptó las disculpas mientras ella le contaba sobre su nuevo empleo.
La manera molesta en la cual Aura se expresó de Steven le dió una mala espina. Es como si se hubiera decepcionado de alguien a quien admira.
No es como si tuviera celos de algún tipo, simplemente la chica era como una hermana para él y no quería que algo malo le pasara... definitivamente era eso.
La chica era muy "común" y "simple" para un Rey de los concursos como lo era él.
Él no dudó en felicitarla por su nuevo empleo y darle las buenas noches antes de regresar a casa.
Definitivamente se merecía ese mudkip, ya lo veía lanzando rayo hielo a diestra y siniestra, ganando concursos por sus hermosos ataques.
Aura se recostó en su cama y se sorprendió de que los últimos pensamientos del día iban dedicados al jóven de cabellos platinados. Dió un largo suspiro mientras deseaba que eso no se hiciera costumbre, pues su corazón ya estaba ocupado. Al dormir soñó con aquella sonrisa que Steven le dió mientras decía: Mucha suerte Aura.

-0-0-0-0-0-0-0-0-0-0-0-0-0-0-0-0-0-0
Aura llevaba unas semanas trabajando para Devon, si bien era su trabajo soñado había algo o mejor dicho alguien que la sacaba de rutina.
Steven Stone, era comparable con una ruleta rusa.
Diario lo veía sin embargo él siempre se mantenía distante dándole ordenes y ocultando sus raras investigaciones de rocas; al final del día se despedía con un escueto "Adiós" y la mandaba a casa... cabe mencionar que su presencia atormentaba hasta los sueños de la castaña.
Sin embargo cada que trabajaba podía sentir como la mirada del platinado se posaba en ella. ¿Qué rayos pasará por su mente en esos momentos?.
Ella seguía recordando la sonrisa que le dió el día que se conocieron y añoraba verla de nuevo.
Definitivamente esa sonrisa haría que todo su día valiera la pena.

-0-0-0-0-0-0-0-0-0-0-0-0-0-0-0-0-0-0

El despertador sonó y Aura se dió un baño, se arregló y desayunó un pan tostado con mermelada y café.
Dió un último vistazo al espejo y decidió ponerse unos aretes perlados que eran de su madre.
Sonrió nostálgica al espejo y salió de casa.
No tardó en llamar a tropius y volar a su trabajo.
Una vez dentro, saludó a todos con una sonrisa y llegó a su despacho.
Steven aún no había llegado y ella decidió prepararle un café caliente de vainilla y poner unos panecillos de chocolate a su lado.
Abrió el enorme ventanal y la luz del día inundó el lugar.
Era simplemente hermoso, eso la alegraba.
Steven llegó minutos después y no pudo evitar alegrarse al encontrar ese ambiente tan cálido.
Aura sintió un bello sonrojo y los nervios comiendo cada parte de su ser. Típico de ella al estar frente a un jóven tan lindo como Steven o Bruno.
Su experiencia nula en el tema no ayudaba mucho y le entristecía recordar como su vecino cambiaba de novia cada semana.
Ella tenía 20 años y no era alentador ser una inexperta en eso.
¿Steven será igual que Bruno? Se preguntaba.

Corporación Devon. [Primeros Capítulos En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora