¿Reglas? ¿Más reglas? ¿De verdad? ¿No es la vida lo suficientemente complicada, lo suficientemente restringida, sin reglas abstractas que no toman nuestras únicas, individuales situaciones a cuenta? Y dado que nuestro cerebro es plástico, y todos nos desarrollamos diferente basados en nuestras experiencias de vida, ¿Porqué si quiera esperar que unas pocas reglas puedan ser útiles para todos nosotros?
La gente no pide las reglas, aún en la biblia... Como cuando Moisés baja de la montaña, después de una larga ausencia, cargando las placas con los diez mandamientos, y encuentra a Los Hijos de Israel en jolgorio. Ellos habían sido los esclavos del Faraón y súbditos de sus tiránicas regulaciones por cuatrocientos años, y después de eso Moisés los sometió a la duro y salvaje desierto por otros cuarenta años, para purificarlos de su esclavitud. Ahora, por fin libres, ellos están desenfrenados, y han perdido el control mientras bailan salvajemente, Un ternero dorado, mostrando todas las manías de una corrupción.
"Tengo buenas noticias... Y tengo malas noticias" El legislador Les gritó a ellos. "¿Cuáles quieren primero?"
"¡Las buenas!" El hedonista respondió.
"¡Conseguí de Él que de quince mandamientos los redujera a diez!
"¡Aleluya!" Gritó la indomable multitud.
"¿Y las malas?"
"Adulterio sigue dentro"
Así que habrá reglas pero, por favor, no muchas. Nosotros somos ambivalentes a las reglas, aún cuando sabemos que son buenas para nosotros. Si somos almas con espíritu, si tenemos carácter, las reglas parecen restrictivas, una afronta A nuestro sentido de mediación y nuestro orgullo en solucionar nuestras propias vidas. ¿Por qué deberíamos ser juzgados de acuerdo a las reglas de otro?
Y somos juzgados. Después de todo, Dios no le dió a Moisés "Las Diez Sugerencias", Él le dió mandamientos; y si soy un agente libre, mi primera reacción a un mandamiento podría solo ser que nadie, ni siquiera Dios, me dice que hacer, aún si es bueno para mí. Pero en la historia del ternero dorado también nos recuerda que sin reglas nosotros rápidamente nos convertimos en esclavos de nuestras pasiones y no hay nada de liberador en ello.
Y la historia nos sugiere algo más: sin supervisión, y dejados a nuestro propio juicio sin instruir, nosotros apuntamos bajo y veneramos cualidades que están debajo de nosotros, en este caso, un animal artificial que nos muestran nuestros propios instintos animales en una manera completamente desordenada. La historia del viejo Hebreo deja claro como los ancestros se sentían sobre nuestros prospectos de un comportamiento civilizado en la ausencia de reglas que buscan elevar nuestra mira y levantar nuestros estándares.
Una muy buena cosa sobre la historia de la Biblia es que no simplemente enlista sus reglas, como los abogados o legisladores o administradores pueden; ésta incrusta en un dramático cuento que ilustra porque las necesitamos, de ese modo haciéndolas más fácil de entender. Similarmente, en este libro del profesor Peterson no sólo propone sus 12 reglas, cuenta historias, también, trayendo a soportar su conocimiento en muchos campos mientras ilustra y explica porque los mejores reglas ultimadamente no nos restringen sin en cambio facilitan nuestras metas y hacen vidas más llenas y libres.
La primera vez que conocí a Jordan Peterson fue en septiembre 12, 2004, en la casa de dos amigos en común, Productor de TV. Wodek Szemberg y la Médica Especialista Estera Bekier. Fue la fiesta de cumpleaños de Wodek. La pareja es polaca exiliada y crecieron dentro del imperio Sovietico, donde estaba entendido que muchos temas estaban fuera de los límites, y que casualmente cuestionar ciertos arreglos sociales e ideas filosóficas (sin mencionar al mismo régimen) podría significar problemas.
Pero ahora, anfitrión y anfitriona deleitados en casuales, y honestas pláticas, teniendo fiestas elegantes dedicadas al placer de decir lo que piensas y escuchar a otros hacer lo mismo, en un inhibido dar y recibir. Aquí, la regla era " di lo que piensas". Si la conversación se tornaba política, la gente de diferentes creencias políticas hablaba uno con el otro, de hecho, buscaban por el momento de hacerlo, de una forma en la que es generalmente menos común en la sociedad. Algunas veces las propias opiniones de Wodek, o verdades, explotaban fuera de él, como también su risa. Entonces él abrazaba a quien fuera que lo hubiera hecho reír o lo hubiera provocado a decir lo que pensaba con una más grande intensidad de la que él mismo hubiera previsto. Esto era la mejor parte de las fiestas, y esta franqueza, y su cálida respuesta, hacían que valiera la pena provocarlo. Mientras tanto, la voz de Estera cantaba a través del cuarto en un camino muy preciso hacia el oyente indicado. Explosiones de verdad no hacían la atmósfera menos casual para la compañía, ¡la hacían aún más explosivas de verdad! Liberándonos, y más risas, y haciendo la noche entera más placentera, porque con deprimentes europeos orientales como los Szemberg-Bekiers, tu siempre sabias con que y con quienes estabas lidiando, y la franqueza era alegría. Honoré de Balzac, el novelista, una vez describió las fiestas en su nativa Francia, observando que lo que parecía una singular fiesta realmente eran dos. En las primeras horas, la reunión estaba envuelta con gente aburrida posando y postrando, y los asistentes quienes vinieron tal vez a conocer a alguien especial que les confirmara su belleza y estatus. Después, a muy altas horas de la noche, la mayoría de los invitados se había ido, la segunda fiesta, la fiesta real, empezaba. Aquí la conversación era compartida por cada uno de los presentes, y la risa de corazón abierto remplazaba los aires ceremoniosos. En las fiestas de Estera y Wodek esta clase de revelación e intimidad en horas de la madrugada muchas veces empezaban tan pronto entrábamos al cuarto.
Wodek es un cabello-plateado, cazador del león-crinado, siempre en la búsqueda de potenciales intelectuales públicos, quien sabe cómo identificar a gente que realmente pueda hablar frente a una cámara de TV y quien pueda lucir auténtico porque lo sea (la cámara se da cuenta de ello). El usualmente invita a tal gente a esos salones. Ese día Wodek trajo a un profesor psicólogo, de mi propia Universidad de Toronto, quien llenaba el perfil: intelecto y emoción en conjunto. Wodek fue el primero en poner a Jordan Peterson frente a la cámara, y lo consideró como un maestro en busca de estudiantes porque siempre estaba listo a explicar. Ayudó que a él le gustó la cámara y que la cámara le correspondió.
Esa tarde había una larga mesa puesta en el jardín de los Szemberg-Bekiers, al rededor estaba reunida la colección usual de labios y orejas, y locuaces virtuosos. Nosotros parecíamos, sin embargo, estar plagados de vibrantes paparazzis abejas, y aquí estaba este nuevo amigo en la mesa, con un acento de Alberta (provincia al oeste de Canadá), en botas vaqueras, quien las estaba ignorando, y continuaba hablando. Él seguía hablando mientras el resto de nosotros parecíamos dirigir una orquesta musical para mantener lejos a la plaga, pero también mantenernos en la mesa porque esta nueva adición a nuestras reuniones era muy interesante.
Él tenía su extraño hábito de hablar de las preguntas más profundas a quien fuera que estuviera en la mesa, la mayoría de ellos nuevos conocidos, pero parecía que él solo estaba teniendo una conversación informal. O, si él hacía plática informal, él intervalo entre "¿Como conoces a Wodek y Estera?" O "Yo fui una vez cuidador de abejas, así que estoy acostumbrado a ellas" y muchos temas serios solo era de nanosegundos. Uno puede escuchar dichas preguntas discutidas en fiestas donde profesores y profesionales se reúnen, pero usualmente la conversación se quedaría entre dos especialistas en el tema, cada uno en su esquina, o si era compartida con todo el grupo no faltaba aquel que se vanagloriaba. Pero este Peterson, a pesar de ser erudito, no venía a ser un pedante. Él tenía el entusiasmo de un niño que ha aprendido algo nuevo y tenía que compartirlo. Él parecía estar asumiendo, como un niño haría, antes de aprender que tan aburridos los adultos pueden llegar a ser, que si él pensaba que algo era interesante, entonces para los demás también lo sería. Había algo juvenil en el vaquero, en su mencionar de los temas a pesar de que nosotros habíamos crecido juntos en el pequeño pueblo, de familia, y habíamos estado pensando en los mismos problemas de la existencia humana desde siempre.
Peterson no era un "excéntrico"; él tenía los suficientes modos convencionales, había sido un profesor de Harvard, era un caballero (como los vaqueros pueden ser) aunque decía "maldición" mucho, en una forma rural de los años 50s. Pero todos escuchaban, con fascinación en sus rostros, pero él estaba contestando preguntas de importancia para todos en la mesa.
Había algo escalofriante en estar con una persona tan estudiada y con una forma de hablar sin editar. Su pensamiento era motoro, parecía que necesitaba pensar en voz alta, para usar su corteza cerebral, pero ese motor también tenía que correr rápido para que funcionara apropiadamente. Para que tuviera el despegue. No era algo maniático, pero su velocidad revolucionaba rápido. Pensamientos espirituales fueron tumbados. Pero a diferencia de muchos académicos que toman la palabra y no la sueltan, si alguien lo retaba o corregía, él realmente parecía disfrutarlo. Él no retrocedía y relinchaba. Él decía, de una forma campesina "Claro" e inclinaba su cabeza de una manera involuntaria, la movía como si hubiera sobrevisto algo, riéndose de sí mismo por sobre generalizar. Él apreciaba que alguien le mostrara otro lado del problema, y quedaba claro que pensando sobre el problema, era para el, un proceso dialógico.
Uno no podía no estar cautivado por alguna otra inusual característica de él: para un "cabeza de huevo" (persona intelectual considerada sin tacto con la gente ordinaria y también con falta de realismo) Peterson era extremadamente práctico. Sus ejemplos estaba llenos de aplicaciones de la vida cotidiana: manejo de negocios, como hacer muebles (el hizo mucho de los suyos), diseñar una casa simple, hacer un cuarto hermoso (ahora un Meme de internet) o en otro caso específico relacionado con la educación, creando un proyecto en línea que mantenía a las minorías estudiantes fuera de dejar los estudios haciendo que realizaran un tipo de ejercicio de psicoanálisis en ellos mismos, en el cual ellos se asociarían libremente a su pasado, presente y futuro (ahora conocido como el programa Self-Authoring).
Yo siempre le tuve mucho cariño a los del
medio oeste, del tipo que viene de granjas en la pradera (donde aprendieron todo sobre la naturaleza), o de algún pueblo muy pequeño, y que trabajaron con las manos para hacer cosas, estuvieron muchas horas fuera en los duros elementos, y usualmente son auto-educados y van a la universidad en contra de todas las probabilidades. Los veo muy diferentes a sus sofisticadas pero de alguna manera desnaturalizas contrapartes urbanas, para quienes una educación más alta fue pre-decretada, y por esa razón algunas veces tomada por sentado, o no tomada realmente en cuenta más simplemente como una etapa de la vida en función de avanzar en una carrera. Estos occidentales eran diferentes: hechos de propios esfuerzos, sin títulos, prácticos, amables y menos valorados que muchos de sus semejantes de la gran ciudad, quienes cada vez más gastan sus vidas encerrados en sus casas, manipulando símbolos en computadoras. Este vaquero psicólogo parecía sólo importarle sobre un pensamiento solo si este podía de alguna forma ser de ayuda para alguien.
Nos hicimos amigos. Como un psiquiatra y un psicoanalista quienes aman la literatura, fui arrastrado hacia él porque aquí estaba un clínico que también había leído el mismo libros de gran educación, y quien no solo amaba el alma de las novelas Rusas, de la filosofía y de la mitología antigua, pero también parecía tratarlas como su mas atesorada herencia. Pero también hizo una reveladora búsqueda de estadísticas en personalidad y temperamento, y había estudiado neurociencia. Pero entrenado como alguien que estudia el comportamiento, fue fuertemente arrastrado al psicoanálisis con su enfoque en sueños, arquetipos, la persistencia de conflictos infantiles en el adulto, y el rol de defensas y la racionalización en la vida diaria. Él también era un caso atípico en ser el único miembro del Departamento de Psicología de búsqueda orientada en la Universidad de Toronto y quien también mantuvo una práctica clínica.
En mis visitas, nuestras conversaciones empezaban con bromas y risas -ese era el Peterson del pueblo pequeño del interior de Alberta- sus años adolescentes provenientes justo de la película FUBAR te daban la bienvenida a su hogar. La casa había sido diseñada al gusto de Tammy, su esposa, y él mismo, y modificada en lo qué tal vez sería el más fascinante e impactante hogar de clase media qué haya visto. Ellos tenían arte, algunas máscaras talladas, y retratos abstractos, pero ellos eran inundados por una gran colección original de pinturas del Realismo Socialista y los principios Comunistas comisionados por la USSR. No mucho después de que la Unión Soviética cayera, y la mayor parte del mundo respirara una señal de alivio, Peterson comenzó a comprar esta propaganda de una tienda en línea. Pinturas sobre el revolucionario espíritu Soviético completamente llenaban cada una de las paredes, los techos, inclusive los baños. Las pinturas no estaban ahí porque Jordan tuviera alguna simpatía por el totalitarismo, estaban porque quería recordarse a él mismo de algo que sabía que él y todos preferirían olvidar: que cientos de millones fueron asesinados en el nombre de la utopía.
Tomó tiempo acostumbrarme a esta casa semi-embrujada "decorada" por una falsa ilusión que ha prácticamente destruido a la humanidad. Pero lo facilitaba su maravillosa y única esposa, Tammy, quien estaba también dentro hasta el fondo, !Quien abrazo y alentó esta inusual necesidad de expresión! Estas pinturas proveían al visitante con la primera ventana hacia la máxima extensión de la preocupación de Jordan sobre la capacidad humana para la maldad en el nombre del bien, y el misterio psicológico del propio-engaño (¿Como una persona puede engañarse a sí misma y salirse con la suya? Un interés que compartimos. Y luego ahí estaban las horas que habíamos gastado discutiendo lo que podría llamar como un menor problema (menor porque era más raro), la capacidad humana para el mal por la propia maldad, la satisfacción de algunas personas que tienen al destruir a otras, famosamente capturada por el poeta inglés Jhon Milton en "Paradise Lost".
Y entonces charlamos y tomamos nuestro té en su cocina del bajo mundo, llena de su extraña colección de arte, un marcador visual de su primer travesía para estar más allá de una simple ideología, izquierda o derecha, y no repetir errores del pasado. Después de un rato, no había nada peculiar sobre tomar té en la cocina, discutir problemas familiares, nuestras últimas lecturas, con esas pinturas suspendidas en el aire que no presagiaban nada bueno. Era solo vivir en el mundo como era, o en algunos lugares, como es.
En el primer y único libro de Jordan antes de este, "Mapas del significado", él comparte su profunda comprensión de los temas universales del mundo de la mitología, y explica como todas las culturas han creado historias para ayudarlos a lidiar, y últimamente mapear, el caos al que somos lanzados al nacer; este caos es todo lo desconocido para nosotros, y cualquier camino inexplorado que debamos atravesar, ya sea en el mundo exterior o dentro del psique.
Combinado evolución, la neurociencia de la emoción, algunos de los mejores del Jung, algunos de Freud, muchos de los grandes trabajos de Nietzsche, Dostoevsky, Solzhenitsyn, Eliade, Neumann, Piaget, Frye and Frankl, Mapas del Significado, publicado hace casi dos décadas, muestran el amplio alcance que tiene Jordan para entender como los seres humanos y el cerebro humano lidian con la arquetípica situación que se presenta cuando sea que nosotros, en nuestras vidas diarias, debemos enfrentar algo que no entendemos. La brillantes del libro está en su demostración de que tan enraizada ésta está situación en la evolución, en nuestro ADN, nuestros cerebros y en nuestra historia más antigua. Y él muestra que estas historias han sobrevivido porque ellas siguen proveyendo guías en cómo lidiar con la incertidumbre, y el inevitable desconocimiento.
Una de las muchas virtudes del libro que estás leyendo ahora es que provee un punto de entrada a Mapas del Significado, el cual es un trabajo muy complejo porque Jordan estaba trabajando en su acercamiento a la psicología mientras lo escribía. Pero fue fundamental, porque no importa que tan diferentes nuestros genes o experiencias de vida puedan ser, o que tan diferentes nuestros plásticos cerebros sean cableados por nuestra experiencia, todos tenemos que lidiar con lo desconocido, y todos hacemos el intento de movernos del caos al orden. Y es por esto que muchas de las reglas de este libro, siendo basado en Mapas del Significado, tienen un elemento de universalidad en ellas.
Mapas del Significado fue generado por la agonizante conciencia de Jordan, mientras como adolescente creciendo en el medio de la Guerra Fría, donde la mayoría de la humanidad parecía a punto de explotar el planeta para defender sus varias identidades. Él sintió que tenía que entender como era posible que la gente podría sacrificar todo por una "identidad", cualquiera que fuese. Y él sintió que tenía que entender las ideologías que llevaron a los regímenes totalitarios a una variante del mismo comportamiento: matar a sus propios ciudadanos. En Mapas del Significado, y otra vez en este libro, uno de los contenidos que él pide precaución a los lectores a ser muy vigilantes de su ideología, no importa quien esta haciendo el proselitismo o con cual fin.
Ideologías son ideas simples, disfrazadas de ciencia y filosofía, que se proponen explicar la complejidad del mundo y ofrecen remedios que lo perfeccionarían. Ideólogos son gente que pretenden saber cómo "hacer del mundo un mejor lugar" antes de que siquiera hayan arreglado el caos en el que ellos mismos están. (La identidad del guerrero que la ideología les da cubre ese caos.) Ese es el orgullo desmedido, claro, y uno de los temas más importares de este libro, es "establece tu casa en orden" primero, y Jordan provee consejo práctico en cómo hacerlo.
Ideologías son substitutos de conocimiento verdadero, e ideólogos son siempre peligrosos cuando llegan al poder, porque un mente-simple yo-lo-se-todo acercamiento no es rival de la complejidad de la existencia. Además, cuando sus artilugios sociales fallan, ideólogos no se culpan a sí mismos, pero a todos los que vean a través de sus simplificaciones. Otro gran profesor de la
Universidad de Toronto, Lewis Feuer, en su libro Ideología y los ideólogos, observa que las ideologías adaptan las mismas historias religiosas que pretenden haber suplantado, pero eliminan la narrativa y la riqueza psicológica. El comunismo tomó de la historia de los Hijos de Israel en Egipto, con la clase esclavizada, ricos perseguidores, un líder , como Lenin, quien va al exterior, vive entre los esclavos, y luego los dirige hacia la tierra prometida (la utopía; la dictadura del proletariado).
Para entender la ideología, Jordan leyó extensamente sobre no solo el gulag Soviético, pero también del Holocausto y el levantamiento del Nazismo. Nunca había conocido una persona, nacida Cristiana de mi generación, quien fuera tan completamente atormentado por lo qué pasó en Europa a los Judíos, y quien ha trabajado muy duro para entender como pudo haber ocurrido. Yo también he estudiado esto a fondo. Mi propio padre sobrevivió a Auschwitz. Mi abuela era de mediana edad cuando se paró frente al Dr. Josef Mengele, el médico Nazi que conducía inmencionables y crueles experimentos en sus víctimas, y ella sobrevivió Auschwitz la orden de formarse en la fila de la gente mayor, los canosos y débiles, y en su lugar escabulléndose en la línea de la gente más joven. Ella evitó las cámaras de gases una segunda vez haciendo un truque de comida por tinte para el cabello para no ser asesinada por lucir muy vieja. Mi abuelo, su esposo, sobrevivió al campo de concentración Mauthausen, pero se ahogó hasta morir con la primera pieza de comida sólida que le dieron justo antes del día de la liberación. Lo menciono, porque años después de que nos hicimos amigos, cuando Jordan toma una clásica postura liberal por el libre albedrío, el es acusado por el ala-izquierda extremista de ser uno fanático de derecha.
Déjenme decir, con toda la moderación que puedo resumir: a lo máximo, esos acusadores simplemente no hicieron sus debidas diligencias. Yo tengo; con una historia familiar como la mía, uno desarrolla no solo un radar, pero un sonar submarino para fanáticos de derecha; pero aún más importante, uno aprende a reconocer al tipo de persona con la comprensión, herramientas, buena fe y coraje para combatirla, y Jordan Peterson es esa persona.
Mi propia insatisfacción con los intentos de entender el levantamiento del Nazismo de las ciencias políticas modernas, totalitarismo y prejuicio fueron un mayor factor en mi decisión de suplementar mis estudios de ciencia política con el estudio del inconsciente, proyección, psicoanálisis, el potencial regresivo del grupo de psicología, psiquiatría y el cerebro. Jordan cambió de ciencia política por razones similares. Con estos importantes intereses paralelos, nosotros no siempre estamos de acuerdo en "las respuestas" (gracias a Dios), pero casi siempre estamos de acuerdo en las preguntas.
Nuestra amistad no solo era condenas y sombras. Yo había hecho el hábito de atender a las clases de mi compañero profesor en nuestra universidad, muy concurridas, siempre llenas, y ví lo que ahora millones han visto en línea: un brillante, regularmente deslumbrante orador público quien estaba en su mejor riff como un artista de jazz; aveces parecía un ferviente predicador de la Pradera (no evangelizando, en su pasión, en su habilidad de contar historias que transmiten los riesgos de la vida que van con creer o no creer en varias ideas). Entonces él fácilmente cambia a hacer un resumen sistemático que deja sin aliento de una serie de estudios científicos. Él era un amo al ayudar a estudiantes a ser más reflexivos, y a tomarse a ellos mismos y a sus futuros seriamente. Les enseñó a respetar muchos de los mejores libros alguna vez escritos. El dió vividos ejemplos de práctica clínica, fue (apropiadamente) auto-reveladora, aún de sus propias vulnerabilidades, e hizo fascinantes conexiones entre la evolución, el cerebro y las historias religiosas. En un mundo donde a los estudiantes les enseñan a ver la evolución y religión como simples opuestos (por pensadores como Richard Dawkins), Jordan le mostró a sus estudiantes como la evolución, de todas las cosas, ayuda a explicar el profundo llamado psicológico y la sabiduría de muchas antiguas historias, desde Gilgamesh hasta la vida de Buda, mitología egipcia y la Biblia. Él mostró, por ejemplo, como historias de voluntariamente viajar a lo desconocido -la aventura del héroe- imita tareas universales de las cuales el cerebro evolucionó. Él respetaba las historias, no era redundante, y nunca pretendía agotar su sabiduría. Si él discutía sobre un tema como el prejuicio, o sus sensitivos familiares miedo y disgusto, o las diferencias entre los sexos en promedio, el era capaz de demostrar porque estos rasgos evolucionaron y porque sobrevivieron.
Sobretodo, él alertaba a sus estudiantes de temas rara vez discutidos en la universidad, como el simple hecho de que todos los ancestros, desde Buda hasta los autores bíblicos, sabían lo que todo ligeramente gastado adulto sabe, que la vida es sufrimiento. Si tú estás sufriendo, o alguien cercano a ti lo está, eso es triste. Pero lamentablemente, no es particularmente especial. No sufrimos solo porque los "políticos son idiotas" o "el sistema es corrupto", o porque tu y yo, como casi todo el mundo, podemos legítimamente describirnos a nosotros mismos, de alguna forma, como unas víctimas de algo o de alguien. Es porque nacemos humanos que estamos garantizados a tener una buena dosis de sufrimiento. Y la probabilidad es de que si tú o alguien que ames no está sufriendo ahora, ellos lo estarán en menos de 5 años, a menos que seas tremendamente afortunado. Criar niños es difícil, trabajar es duro, envejecer, enfermedad y muerte son duras, y Jordan empatiza que hacer todo eso tú solo, sin él beneficio de una amorosa relación, o sabiduría, o la percepción psicológica de los grandes psicólogos, solo lo hace más difícil. Él no ha espantado a los estudiantes; de hecho, encuentran esta franca plática tranquilizante, porque en los adentros de sus psiques, la mayoría de ellos sabía que lo que decía era verdad, aún si nunca hubiera un foro para discutirlo -tal vez porque los adultos en sus vidas se han convertido en ingenuamente sobreprotectores que se engañaron a ellos mismos pensando que no hablar de sufrimiento de alguna forma mágica protegería a sus hijos de eso mismo.
Aquí él relataría el mito del héroe, una tema cruz-cultural explorado psicoanalíticamente por Otto Rank, quien notó, siguiendo a Freud, que los héroes míticos son similares en muchas culturas, un tema que fue retomado por Carl Jung, Joseph Campbell y Erich Neumann, entre otros. Donde Freud hizo grandes contribuciones en explicar la neurosis, entre otras cosas, enfocándose en entender a que llamaríamos una historia de héroe fallida (como la de Oedipus), Jordan los héroes triunfadores. En todas estas historias de triunfo, el héroe tiene que ir a lo desconocido, a un territorio inexplorado, y lidiar con un nuevo reto y tomar grandes riesgos. En el proceso, algo de él mismo tiene que morir, o rendirse, para que pueda renacer y enfrentar el reto. Esto requiere coraje, algo raramente discutido en una clase de psicología o un libro de texto. Durante su reciente debate sobre el libre albedrío y contra lo que yo llamo "discurso forzado" (porque involucra al gobierno que pretende forzar a los ciudadanos a dar puntos de vista políticos), los riesgos fueron muy altos; el tenia mucho que perder, y lo sabía. Sin embargo, lo vi a él (y a Tammy, de igual manera) no solo mostrar tal coraje, pero también continuar viviendo de acuerdo a las reglas de este libro, algunas de las cuales pueden ser muy demandantes.
Lo vi crecer, de la sorprendente persona que era, en alguien aún más capaz y seguro viviendo bajo estas reglas. De hecho, fue el proceso de escribir este libro, y desarrollar estas reglas, que lo guiaron a tomar el podio contra él forzado o comprometido discurso. Y así fue que, durante esos eventos, él empezó a postear algunos de sus pensamientos sobre la vida y estas reglas en internet. Ahora, más de 100 millones de vistas en YouTube después, sabemos que han golpeado un acorde.
Dada nuestra distancia de las reglas, ¿Como explicamos la extraordinaria respuesta a sus lecturas, que dan reglas? En el caso de Jordan, fue claro su carisma y una rara buena disposición de tener una postura por un principio que le dio muchos espectadores en línea; vistas de sus primeras declaraciones en YouTube rápidamente se multiplicaron en los cientos de miles. Pero la gente se había quedando escuchando porque lo que decía llegó al fondo de una inarticulada necesidad. Y eso es porque junto a nuestro deseo de ser libres de reglas, todos buscamos por estructura.
Él hambre entre gente muy joven de reglas, o al menos guías, es más fuerte hoy por una buena razón. En el oeste al menos, la generación milenial están viviendo una única situación histórica. Ellos son, a mi parecer, la primera generación a la que enteramente se les ha enseñado dos ideas similarmente contradictorias sobre la moral, simultáneamente en sus escuelas, colegios y universidades, por muchos de mi propia generación. Esta contradicción los ha dejado algunas veces desorientados y en incertidumbre, sin guía y, más trágicamente, privados de las riquezas que ni si quiera saben que existen.
La primera idea o forma de dar clases es que la moral es relativa, cuando mucho un "valor de juicio" personal. Relativo significa que no hay absoluto bien o mal en nada; en lugar de eso, moral y las reglas asociadas a ella son solo un tema de opinión personal o casualidad, "relativo a" o "relacionado a" un marco particular, como la etnia de uno mismo, la educación, o la cultura o momento histórico en que uno nació. No es nada más que un accidente de nacimiento. De acuerdo a este argumento (ahora un credo), la historia enseña que religiones, tribus, naciones y grupos étnicos tienden a no estar de acuerdo en temas fundamentales, y siempre es así. Hoy, la izquierda postmodernista hace el adicional reclamo que la moral de un grupo no es más que el intento de ejercer poder sobre otro grupo. Entonces, la cosa decente a hacer -una vez que se vuelve aparente lo arbitrarios que tus (y de tu grupo) "valores morales" son- es mostrar tolerancia por gente que piensa diferentemente y que viene de diferentes (diversos) antecedentes. Ese énfasis en tolerancia es tan primordial que para mucha gente una de las peores faltas de carácter que una persona puede tener es ser "sentencioso". Y como no sabemos bien del mal, o que es bueno, la cosa menos apropiada que un adulto puede hacer es dar consejo a un joven sobre cómo vivir.
Y entonces una generación está siendo criada sin instruir en lo que alguna vez fue llamado, acertadamente, "sabiduría práctica", la cual guiaba a previas generaciones. Regularmente a los milenial les dicen que han recibido la mejor educación disponible, pero de hecho sufren de una forma de negligencia intelectual y moral. Los relativistas de mi generación de de Jordan, muchos de los cuales se convirtieron en profesores, eligieron devaluar miles de años sobre cómo obtener virtud, desechándolo como si estuviera fuera de moda, "no relevante" o hasta "opresivo". Tuvieron tanto éxito en ello que al misma palabra "virtud" se escucha muy desactualizada, y quien la usa parece anacrónico moralista y creído.
El estudio de la virtud no es el mismo que el estudio de la moral (correcto e incorrecto, bueno y malo). Aristóteles definía las virtudes simplemente como las maneras de comportarse que son más viables a la felicidad en la vida.El vició fue definido como las formas de comportarse menos viables a la felicidad. Él observó que las virtudes siempre apuntaban al balance y evitaban los extremos de los vicios. Aristóteles estudió las virtudes y los vicios en sus Éticas Nicomachean. Era un libro basado en experiencia y observación, no conjetura, sobre el tipo de felicidad que era posible para los seres humanos. Cultivando juicio sobre la diferencia entre la virtud y el vició es el principio de la sabiduría, algo que nunca puede estar fuera de moda.
Por el contraste, nuestro moderno relativismo empieza asegurando que haciendose criticas sobre como vivir es imposible, porque no hay un bien real, y tampoco una verdadera virtud (asi como estas tambien son relativas). Así la aproximación más cercana a la "virtud" del relativismo es la "tolerancia". Solo la tolerancia proveerá la cohesión social entre diferentes grupos, y nos salvarán de lastimarnos unos con otros. En Facebook y otras formas de medios sociales, por lo tanto, tu señal tu así-llamada virtud, diciéndole a todos que tan tolerante eres, que abierto y combatiente eres, y esperar por "me gusta" para acumular. (Dejando a un lado que decirle a la gente que eres virtuoso no es una virtud, es una auto-promoción. Señalar la virtud no es una virtud. Señalar la virtud es, muy probablemente, nuestro más común vició).
Intolerancia de otros puntos de vista (no importa que tan ignorantes o incoherentes puedan ser) no es solo incorrecto; en un mundo donde no hay bien o mal, es peor: es una señal de que eres penosamente no-sofisticado o, posiblemente, peligroso.
Pero resulta que mucha gente no puede tolerar el vacío -el caos- el cual es inherente en la vida, pero se hace pero por este moral del relativismo; ellos no pueden vivir sin una brújula de la moral, sin una idea a la cual dirigirse en sus vidas. (Para los relativistas, ideales son valores también, y como todos los valores, ellos son meramente "relativos" y difícilmente vale la pena sacrificarse por ellos). Así, que justo junto al relativismo, encontramos el esparcimiento del nihilismo y desprecio, y también lo opuesto a la moral del relativismo: la certeza ciega ofrecida por ideologías que aseguran tener una respuesta para todo.
Y entonces llegamos a la segunda enseñanza con la que los milenials han sido bombardeados. Ellos se inscriben en un curso de humanidades, para estudiar los mejores libros alguna vez escritos. Pero no les asignan los libros; en lugar de eso les dan ataques ideológicos en ellos, basados en una pésima simplificación. Donde el relativista es llenado con incertidumbre, la ideología es justamente la opuesta. El o ella es hipercrítica y censuradora, siempre sabe lo que está mal sobre otros, y qué hacer al respecto. Aveces parece que la única gente dispuesta a dar consejos en una sociedad relativista es esa que tiene menos que ofrecer.
El relativismo moral moderno tiene muchas fuentes. Mientras nosotros en el oeste aprendimos más historia, entendimos que en diferentes épocas tenían diferentes códigos de moral. Mientras viajamos por los mares y exploramos el globo, aprendimos de tribus remotas de diferentes continentes que sus códigos morales tendían sentido relativamente, pues estaban dentro del marco de sus sociedades. La ciencia también jugó un papel, también, atacando a los puntos de vista religiosos del mundo, y así socavando los campos religiosos para ética y reglas. La ciencia social Materialista implicaba que podemos dividir el mundo en hechos (los cuales se pueden observar, y eran objetivos y "reales") y los valores (que eran subjetivos y personales). Entonces podríamos primero estar de acuerdo en los hechos, y, tal vez , un día, desarrollar un código científico de ética (que todavía está por llegar). Más sin embargo, por implicar que los valores tienen menor realidad que los hechos, la ciencia contribuyó en todavía otra forma de relativismo moral, la cual trata a "valor" como secundario.(Pero la idea de que fácilmente podemos separar hechos y valores fue y permanece ingenua; hasta cierto punto, los valores de uno mismo determinan a lo que uno pondrá atención, y que es lo que contará como hecho).
La idea de que diferentes sociedades tiene diferentes reglas y morales fue conocida en el antiguo mundo también, y es interesante comparar su respuesta a esta realización con la respuesta moderna (relativismo, nihilismo e ideología). Cuando los antiguos griegos navegaban a la India y a más lugares, ellos también descubrieron que las reglas, morales y costumbres difieren de lugar a lugar, y vieron que la explicación para lo que era correcto e incorrecto usualmente estaba enraizado en alguna autoridad ancestral. La respuesta de los griegos no fue desprecio, sino una nueva invención: la Filosofía.Sócrates, reaccionando a la incertidumbre creada por la conciencia de estos códigos morales contradictorios, decidió que en lugar de convertirse en un nihilista, un relativista o un ideólogo, dedicaría su vida a la búsqueda de la sabiduría que podría razonar sobre estas diferencias, es decir, ayudó inventar filosofía. Pasó su vida haciendo preguntas intrincadas y fundamentales, tales como "¿Qué es la virtud?" Y "¿Cómo se puede vivir la buena vida?" Y "¿Qué es la justicia?" Y observó diferentes enfoques, preguntando cuál parecía ser más coherente y la mayoría de acuerdo con la naturaleza humana. Estos son los tipos de preguntas que creo que animan este libro.
Para los antiguos, el descubrimiento de que diferentes personas tienen diferentes ideas sobre cómo, prácticamente, vivir, no los paralizó; profundizó su comprensión de la humanidad y condujo a algunas de las conversaciones más satisfactorias que los seres humanos hayan tenido, sobre cómo se podría vivir la vida. Del mismo modo, Aristóteles. En lugar de desesperarse por estas diferencias en los códigos morales, Aristóteles argumentó que aunque las reglas, leyes y costumbres específicas difieren de un lugar a otro, lo que no difiere es que en todos los lugares los seres humanos, por su naturaleza, tienen una tendencia a hacer reglas, leyes y costumbres. Para poner esto en términos modernos, parece que todos los seres humanos están, por algún tipo de dotación biológica, tan irremediablemente preocupados con la moralidad que creamos una estructura de leyes y reglas donde sea que estemos. La idea de que la vida humana puede estar libre de preocupaciones morales es una fantasía.Somos generadores de reglas. Y dado que somos animales morales, ¿cuál debe ser el efecto de nuestro relativismo moderno simplista sobre nosotros? Significa que nos estamos cohibiendo fingiendo ser algo que no somos. Es una máscara, pero extraña, ya que engaña principalmente a quien la usa. Rasque con una llave el Mercedes del profesor relativista posmoderno más inteligente, y verá cuán rápido se desprende la máscara del relativismo (con su pretensión de que no puede haber ni lo correcto ni lo incorrecto) y la capa de tolerancia radical.
Debido a que todavía no tenemos una ética basada en la ciencia moderna, Jordan no está tratando de desarrollar sus reglas borrándolas, al desechar miles de años de sabiduría como mera superstición e ignorar nuestros mayores logros morales. Es mucho mejor integrar lo mejor de lo que ahora estamos aprendiendo con los libros que los seres humanos consideraron oportunos preservar durante milenios, y con las historias que han sobrevivido, contra viento y marea, la tendencia del tiempo a desaparecer.Está haciendo lo que los guías razonables siempre han hecho: no afirma que la sabiduría humana comienza consigo mismo, sino que se dirige primero a sus propios guías. Y aunque los temas de este libro son serios, Jordan a menudo se divierte mucho al abordarlos con un toque ligero, como lo expresan los títulos de los capítulos. No pretende ser exhaustivo, ya veces los capítulos consisten en discusiones de amplio alcance sobre nuestra psicología tal como él la entiende.
Entonces, ¿por qué no llamar a esto un libro de "directrices", un término mucho más relajado, fácil de usar y menos rígido que "reglas"?
Porque estas realmente son reglas. Y la regla más importante es que debes asumir la responsabilidad de tu propia vida. Punto.
Uno podría pensar que una generación que ha escuchado interminablemente, desde sus maestros más ideológicos, sobre los derechos, derechos, derechos que les pertenecen, se opondría a que les dijeran que lo mejor sería enfocarse en asumir la responsabilidad. Sin embargo, esta generación, muchos de los cuales fueron criados en familias pequeñas por padres hiperprotectores, en patios de superficie blanda, y luego enseñados en universidades con "espacios seguros" donde no tienen que escuchar cosas que no quieren- educados para ser reacios al riesgo, tiene entre ellos, ahora, millones que se sienten embrutecidos por esta subestimación de su resiliencia potencial y quienes han adoptado el mensaje de Jordan de que cada individuo tiene la última responsabilidad de soportar; que si uno quiere vivir una vida plena, primero uno establece su propia casa en orden; y solo entonces uno puede apuntar sensiblemente a asumir mayores responsabilidades. El alcance de esta reacción a menudo nos ha llevado a ambos al borde de las lágrimas.
Algunas veces estas reglas son exigentes. Requieren que emprendas un proceso incremental que con el tiempo te llevará a un nuevo límite. Eso requiere, como he dicho, aventurarse en lo desconocido. Extenderse más allá de los límites de su yo actual requiere elegir cuidadosamente y luego buscar ideales: ideales que están arriba, arriba de usted, superiores a usted, y que no siempre puede estar seguro de alcanzar.
Pero si no está claro si nuestros ideales son alcanzables, ¿por qué nos molestamos en llegar? Porque si no los alcanzas, es seguro que nunca sentirás que tu vida tiene sentido.
Y tal vez porque, por extraño y desconocido que parezca, en la parte más profunda de nuestra psique, todos queremos ser juzgados.El Dr. Norman Doidge, MD, es el autor del "Cerebro que se cambia a sí mismo".
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12 Reglas Para La Vida: Un Antídoto para el Caos
Non-FictionTraducción del libro "12 Rules for Life: An Antidote to Chaos" por el autor Jordan B. Peterson