Llegue rápidamente a mi casa, aparcando de mala manera la moto, y dejando todo tirado cada cosa que me cruzaba de por medio.
Abrí la puerta de mi casa un nudo en mi garganta se instalo en mi ser, no me gustaba nada la idea de que algo malo le pasara a mi pequeña. Y no dejaría que nadie me la quitara de mi lado, al igual que hice con su madre la protegería con mi vida.
-Víctor, ¿Donde narices estas? -pregunte nada más entrar en mi casa.
-Cocina-grito él mientras soltaba una carcajada. A saber de qué se está riendo este ahora.
Me acerque a paso rápido a la cocina y me di cuenta de que ni en la cuna ni en la sillita de juegos estaba mi pequeña. A sí que me apresure a la cocina y allí vi una de las imágenes mas tiernas que jamás hubiera imaginado ver nunca.
En la cocina estaba Víctor, con un delantal manchado de harina y chocolate, mientras miraba con una risa en la cara a Ángela, quien tenía un pequeño gorro de cocinero en la cabeza que a veces se le caía y eso, causaba que hiciera ruiditos graciosos mientras movía sus pequeñas manitas, y es que para tener solo mes y medio estaba más avispada que nunca.
-No Ángela esto no puede seguir así-dijo Víctor mientras la señalaba con una cuchara de palo- No estás colaborando nada, no puede ser que este aquí pringado y trabajando mientras tú te ríes de mi-termino de decirle mientras a ella se le caía el gorro sobre la cara y no le dejaba ver nada mientras reía un poco y se impacientaba por quitárselo.
-¿Pero qué está pasando aquí?-dije con un tono divertido mientras me acercaba a mi hija. Ella en cuanto oyó mi voz me empezó a buscar pero al no poderse quitar el gorro se impaciento y se puso a sollozar.
La quite el gorro de la cara y ella se quedo mirándome, sus ojitos estaban aguados y hacia tiernos pucheritos. Sonreí con ternura a mi hija y la cogí en brazos mientras la arrullaba y ella soltaba hipidos.
-¿Se puede saber porque estáis los dos manchados de harina y chocolate?-pregunte mientras me sentaba con Ángela en mis piernas.
-Aquí tu querida hija quería comerse el pastel antes de hacerlo. Además no hace más que reírse de mi y tirarse a intentar comer el chocolate de la cuchara-dijo mientras seguía cocinando.
-¿Que pasa Ángela, el tito Víctor no te deja comer un poquito de chocolate con leche derretido?-la pregunte mientras la sujetaba de la espalda para poder mirarla a la cara y que no se callera hacia atrás.
Ella se me quedo mirando con admiración y se tiro a mi pecho a lo que soltaba un suspiro. Lo cual saco una risa de mi parte y de la de Víctor.
-Eres una manipuladora, Ángela. Te vendes a tu padre, y me haces quedar mal a mí.-dijo divertido Víctor a lo que solo me encogí de hombros y cogí a Ángela para llevármela a dar un baño así la limpiaba todos los restos de harina que tenia.
-¿Cómo que estas aquí tan pronto, Danny?-preguntó Víctor
-Acontecimientos inesperados-respondí simplemente, dándole a entender que en cuanto Ángela saliera de su baño y se durmiera un ratito antes de cenar le contaría que había pasado.
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Angel de la noche
FantasySiempre se dice que todas las personas tienen un ángel de la guarda, Raquel nunca pensó que eso en verdad, que eran cosas místicas que no iban a ningún parte, que los ángeles no existen Pero todo lo que ella creia cambiara en un solo instante, cuand...