Epílogo

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ADVERTENCIA: +18

El tiempo pasó en un abrir y cerrar de ojos, todo pasó tan rápido que apenas pude percatarme. Es un poco nostálgico pensar que pasaron un par de años desde que nos graduamos de preparatoria, ahora mis amigos y yo estamos en la universidad. Creo que lo más importante que ha pasado para mí es que he comenzado a vivir con Kyouya-kun, finalmente decidimos compartir un apartamento, al principio fue difícil pero creo que ya nos acostumbramos a pasar casi las veinticuatro horas del día juntos.

- ¡Te he dicho que no dejes la tapa del inodoro arriba!.

- ¡Solo bajala!

- ¿¡Tanto te cuesta a ti hacerlo!?.

Básicamente así pasamos nuestros días, aveces peleamos, aveces reimos como unos idiotas y aveces solo miramos películas, podría decir que nuestra vida es tranquila.

- ya está bien, lo siento - lo oí disculparse y solté todo el aire que tenía contenido en un sonoro suspiro.

- solo te pido que la bajes cuando utilices el baño - lo mire cansada y caminé hasta nuestro cuarto.

- ¿Estás bien? - dijo desde el umbral de la puerta.

- tengo mucho sueño - desde las cinco de la mañana estoy despierta gracias al escándaloso vecino y a que debí salir por unos papeles.

- toma una siesta - se acercó a mí y me besó la frente - yo haré la cena.

- gracias cariño.

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El sonido de la espátula chocando con la sartén y el increíble olor que venía de la cocina fueron suficientes para hacer que Erika despertara casi de inmediato y olfateara ese exquisito aroma. Le tomó menos de medio minuto ponerse las pantuflas y salir a mirar qué estaba cocinando Kyouya. Siguió el sonido de la sartén y entró a la cocina solo para encontrarse con su suegra.

- ¿Suegra? - Erika en efecto no esperaba encontrarla ahi, Ella pensaba que Kyouya era el que cocinaba.

- ¡Erika-chan! - la mujer de cabello rubio apagó la estufa y corrió hacia ella para estrujarla hasta dejarla sin aliento - ¿Cómo estás querida?.

- m-muy bien - intentó recuperar el aire luego de ese tremendo abrazo - ¿Q-que haces aquí? - no le molestaba en lo absoluto su visita solo le parecía extraño que llegase de la nada.

- solo vengo de pasada - río ella antes de servir lo que había preparado.

- ¿Dónde está Kyouya-kun? - miró en todas direcciones buscando al rubio pero su figura no estaba en ningún lugar.

- fue a la tienda - llevó los dos platos que había servido a la mesa siendo seguida de cerca por Erika - le dije que prepararia algo y luego me iría.

- oh por favor quedese a comer - Erika la tomó de la mano en un intento de que aceptara.

- lo siento querida pero debo hacer unas cosas - sonrió con dulzura y zafó su agarre - tengo que irme - le dio un beso en la mejilla y se dirigió a la puerta - dile a Kyouya-kun que lo llamaré más tarde - se despidió con la mano y salió.

A Erika le pareció extraño lo que acaba de suceder pero decidió no prestarle mucha atención ya que esa comida que tenía al frente la llamaba a gritos. Sin esperar a Kyouya devoró todo lo que había en el plato y luego sirviéndose una segunda porción, esa comida sabía a gloria en el paladar de la castaña.

- volví - la voz de Kyouya hizo despertar los instintos caninos de Erika la cual corrió a su encuentro en la puerta - oh hola - el rubio se asustó un poco por el repentino acercamiento de Erika.

Drama innecesario (kyouya Y Erika) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora