Dudas

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[Kyouya]

Ese maldito ruido otra vez, está volviéndome loco. Me cubrí con las cobijas completamente y recé para que ese ruido se detenga, pero parece que el mundo me detesta y quiere seguir torturando me con esa molesta melodía ¿Porqué diablos la puse de tono de llamada? Ahora creo que la odio. Suspiré y tomé mi teléfono a la decimoquinta vez que sonó, contesté sin fijarme en el nombre del contacto.

— ¿Porqué tanta insistencia? Carajo — listo, ya empecé el día de mala manera.

— ¿Kyouya? — ah, es mi madre. Me maldije a mí mismo por tratarla así.

— lo siento mamá — me puse de pie sabiendo que no podré volver a dormir — ¿Que pasa?.

— ¿Cómo está Erika-chan?

Alto ¿Cómo se enteró? No recuerdo haberle comentado de eso y no creo que Erika se pusiera en contacto con ella. Caminé a la cocina y me preparé un poco de café mientras intentaba pensar en quién era el responsable... Ah, soy bastante idiota, obviamente fue Takeru.

— Takeru te dijo, ¿No? — escuché su inocente risa al otro lado de la línea, por supuesto que fue él.

— él solo me dijo que ella está en el hospital pero no quiso decirme nada más — suspiró y tosió un poco — el pobre muchacho se oía muy abatido.

Me detuve al recordar lo que pasó ayer y fruncí el ceño. Takeru actuó muy extraño, no me quiso decir nada después de que Erika le interrumpiera y tampoco me ha contactado desde entonces ya que salió disparado a la salida en cuanto Erika regresó a su habitación.

— ¿No te dijo nada más? — coloqué mi celular en medio de mi hombro y mi oreja para poder sostenerlo y servir mi café con más facilidad.

— no, después de que me dijo que Erika-chan está en el hospital me colgó sin dejarme contestar — oí otro suspiro acompañado de más tos, eso me preocupa un poco.

— ¿Estás bien, mamá?

— sí hijo estoy bien, solo tengo un resfriado — su tono de voz tranquilo me calmó.

— de acuerdo mamá, avísame si te sientes mal.

— está bien hijo, no te preocupes.

Sonreí y le di un sorbo a mi café. Desde que fui a la casa de mi madre con Erika las cosas con ella han mejorado mucho, ahora no me molesta cada vez que me llama, incluso soy yo quien le habla de vez en cuando. La he ido a visitar tres veces en lo que va del año, dos con Erika y una yo solo. Ha decir verdad me gusta el hecho de haberme reconciliado con ella y aunque no lo admita en voz alta me hizo mucha falta. Erika fue la responsable de volverme a unir con mi madre, eso me demuestra una vez más que ella le hace mucho bien a mi vida.

— ¿Vas a venir a verla? — regresé a mi habitación y me senté en la cama, todavía tengo mucho tiempo antes de ir al hospital.

— hoy no puedo hijo — hizo una pausa bastante larga y con ello pude notar su respiración irregular.

— ¿Mamá? — pregunté preocupado.

— ¿Cómo te lo digo para que no entres en pánico? — esa simple pregunta logró alterarme todos los nervios.

— ¿Que? ¿Estás bien? — me alteré y me puse de pie yendo directamente a mi armario dispuesto a sacar un abrigo y correr a la estación de trenes.

— sí sí estoy bien — volví a escuchar su risa. Me detuve con solo un brazo dentro de la chaqueta y me dispuse a oírla — lo que pasa es que tengo una cita en la clínica para que me receten una medicina para la tos y para la fiebre, antes de que preguntes ya me vio un médico y me dijo que no era nada importante, tu hermana va a acompañarme.

Drama innecesario (kyouya Y Erika) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora