cirugía

370 24 5
                                    

El día ha llegado, por fin. Después de varios días llenos de aburrimiento y de angustia el doctor dio el aviso de la cirugía con una gran sonrisa en su arrugado rostro, pues el hombre sentía lástima por la chica que llevaba esperando hace mucho tiempo por la cirugía por lo que dar la noticia de que el tumor había dejado de presionar el cerebro levemente le llenó de alegría su corazón.

— ¡Pero Kyouya-kun! — dijo ella con un puchero en sus labios.

— ¡Nada de peros! — respondió él señalando la con el dedo índice — el doctor dijo que no.

— ¡Pero...!

— ¡Nada!.

Mientras del otro lado del cuarto se encontraba un pelinegro observando la divertida escena de sus dos amigos con una sonrisa en su rostro, le parecía sumamente adorable el hecho de que Kyouya no quisiera darle una galleta de chocolate a Erika y ella respondiera con pucheros y berrinches, habían estado en eso desde hace veinte minutos y ninguno cedería, además de que sabía a la perfección que ninguno le haría caso si intervenía por lo que optó sentarse en una esquina para observar lo que ocurría. Los días que ambos llevaban ahí fueron bastante tranquilos, no volvió a suceder ningún problema exceptuando el día en que Kamiya por primera vez visitó a Erika, el pelirrojo había hecho un tremendo escándalo cuándo se enteró del estado de la castaña, llegó con un ramo de rosas que, por su tamaño, no le permitía ver por dónde caminaba, además de varios, más bien muchos, globos con mensajes alentadores que decían algo como "mejórate pronto", "cuídate", "tengamos una cita luego"... Este último globo había sido estallado sin piedad por el rubio apenas leyó lo que decía, la visita del pelirrojo fue inesperada por lo que los que estaban presentes se sorprendieron cuando vieron el gigante ramo de rosas haciéndose paso por la puerta, cuando se enteraron de que era Kamiya la idea ya no les sorprendía tanto. El chico estaba muy indignado porque nadie le había dicho lo que estaba pasando por lo que recibió por respuesta que habían sucedido muchas cosas y un "no es de tu incumbencia de todas formas" por parte de Kyouya.

— Kyouya-kun — llamó la chica con tono tímido.

— ¿Sí? — despegó su vista de la revista médica que se encontró por ahí y la miró insitandola a seguir.

— ¿Cuándo me operen yo... Yo — la chica se detuvo debido a los nervios que le ocasionaba hacer esa pregunta — quedaré calva?.

El rubio la miró incrédulo por la pregunta y guardó silencio por unos segundos, ¿Acaso ella no sabía que debían cortarle el cabello para poder operar sin estorbos?.

— ¿Sí? — preguntó más que confirmar.

— ¿Me... Seguirás queriendo... Aunque esté calva? — bajó la mirada avergonzada pues ella sabía lo idiota que sonaba esa pregunta.

— ¿Que? — volvió a mirarla tras fijar su vista en la revista por unos momentos.

— y-ya sabes... Yo...

— ¿Te das cuenta de lo que estás preguntándome? — dejó la revista a un lado y puso su total atención en la chica castaña.

— s-sí... Pero es que yo... Pienso que tú... Ya no me querrás si estoy... Calva — dijo escondiendo su rostro entre sus manos esperando una especie de reproche pero escuchando una risa en su lugar, confundida destapó su rostro para mirar al rubio.

— es increíble lo que me estás diciendo — siguió riendo pero sin ninguna intención de ofender, lo que pasa es que le pareció tierna y absurda su pregunta por lo que no pudo evitar reír un poco — escúchame Erika — jaló un poco más la silla cerca de la cama tomando las manos de la castaña — con cabello o sin el no dejaré de quererte — le sonrió con sinceridad y besó sus nudillos.

Drama innecesario (kyouya Y Erika) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora