Despertar

598 33 2
                                    

El sonido del reloj girando hacía eco en el pequeño apartamento del rubio, las débiles gotas del fregadero apenas eran audibles y el sonido de su respiración alterada era lo único que se escuchaba.

Se removía de un lado a otro sobre el colchón de su cama ansiando despertar pero algo simplemente no se lo permitía. Se podían notar claramente las muecas que hacía gracias al sol que comenzaba a nacer y aunque los rayos de luz le dieran justo en la cara ocasionando un gruñido no lograba ser despertado.

Ahí estaba una vez más, ese horrible sueño que no dejaba de atormentar le pero ¿Porqué no lograba despertar?, ¿Acaso había un sueño más para observar? No! Cualquier cosa menos eso!.

- E-erika - se escucho un murmullo venir de la boca del rubio - p-por favor... Resiste - sus muecas y sudor indicaban que no la estaba pasando de maravilla.

Las horas pasaban y el rubio no despertaba, lo extraño era que no se encontraba soñando nada, su inconciente no mostraba ninguna imagen en particular, solo permanecía en un estado de reposo absoluto sin permitirse el lujo de despertar. Aunque se encontraba dormido y sus sentidos estuvieran casi completamente adormilados deseaba que alguien viniera y lo despertase de una buena vez.

Y como si sus plegarias fueran escuchadas la puerta principal hizo un fuerte ruido asiendo que, en sus sueños, diera un respingo por el fuerte ruido. Se escuchaban pasos venir de la sala con velocidad y, de una patada, abrieron la puerta.

- ¡Kyouya! - escuchó que un hombre le hablaba, en cierto punto se entristecio  al pensar que no era Erika - ¡Hombre reacciona! - el sujeto que entró a su habitación, que él conocía bastante bien, lo tomó de sus hombros y lo sacudía frenéticamente, sin embargo el chico rubio aún no lograba despertar - ¡¿Que te pasa?!, ¡¿Porqué no despiertas?! - soltó con tono preocupado - ¡Soy yo Kyouya! ¡Soy Takeru! - el pelinegro trataba de hacerlo reaccionar pero nada resultaba.

Miró a su alrededor con desesperación buscando algo que lo ayudara a despertar a su amigo, pero no había nada así que decidió ir por un vaso de agua. Volvió con dicho objeto y, sin titubear, le arrojó el contenido de este en el rostro del rubio, su reacción fue la esperada. De un brinco kyouya abrió los ojos con sorpresa y se sentó de inmediato mientras ponía sus manos en su rostro

- ¡Kyouya! - Takeru, dejándose llevar por la emoción se abalanzó contra su amigo que no le reprochó el acto de cariño ya que aún seguía confundido - ¡Joder! Me preocupas te amigo - el pelinegro sorbia su nariz mientras se secaba las lágrimas de preocupación mezcladas con las de alegría - no he sabido de ti en tres días.

- ¡¿Tres días?! - el rubio se sobresaltó al escuchar tal cosa ¿Durmió por tres días seguidos? - Takeru... - dijo recobrando la calma y mirando sin ninguna expresión a su pelinegro amigo - ¿Donde está Erika? ¿Y porque viniste tú?

El pelinegro se tenso por la pregunta y evitó tener contacto visual con el rubio que no dejaba de mirarle. Takeru, viéndose acorralado por la dura mirada de su amigo respiró profundo y se preparó para hablar.

- etto... ¿Cómo te lo digo? - comenzó a moverse inquieto y los nervios crecían en su estómago con kyouya aún mirándole - e-ella... Bueno... Eh.

- ¡Habla maldita sea! - kyouya se estaba desesperando por no recibir respuesta, estaba tan interesado en saber donde estaba Erika que no le importo en lo absoluto tener su rostro, camisa y parte de su cama empapada de agua.

- verás... - volvió a tomar aire y se alejó un par de pasos temiendo la reacción que el rubio pudiese tener - ella tuvo un accidente ayer cuando intento venir a verte, kyouya - el nombrado abrió sus ojos con sorpresa y sintió su garganta secarse - pero tranquilo ella está bien, solo sufrió una caída al pisar una baldosa suelta, se golpeó la cabeza y perdió el conocimiento, fue un golpe pequeño pero logró desmayarla, no hay daños serios solo que aún no despierta.

- ¿P-porque no? - preguntó temiendo escuchar lo que creía.

- los doctores le suministraron una droga que la mantiene dormida para así investigar a fondo las funciones principales de su cerebro para asegurarse que todo está en orden - concluyó su amigo con una sonrisa tranquilizadora.

- llévame con ella - dijo sin dudarlo mientras se ponía de pie y rebuscaba en su armario una camisa y un pantalón.

- e-eh... N-no puedes verla - dijo encogiendo un poco su cuerpo temiendo ser golpeado.

- ¿Qué? - se giró lentamente en forma amenazante logrando asustar al pelinegro.

- que no puedes v-verla - tragó seco y jugaba con sus dedos.

- ¡Ya te escuché idiota! - se alteró y se acercó al pelinegro - la cuestión es ¿Porqué? - estaba muy cerca de él, tanto, que su respiración agitada movía los cabellos negros del contrario.

- nadie puede - trato de mantener la calma al tener a su amigo respirando le en la cara - ni siquiera sus padres.

- al menos llévame al hospital - se alejó finalmente de él, logrando que el pelinegro por fin lograse respirar.

- eso sí puedo hacerlo - el rubio abandonó la habitación sin decir nada más ocasionando que su amigo rodará los ojos y le siguiera.

El camino al hospital era silencioso, ninguno decía nada y eso era incómodo para el pelinegro, sin embargo parecía no afectarle al rubio que se encontraba absorto en sus pensamientos.

- por cierto, kyouya - Takeru llamó la atención de su amigo, no lo miraba pero lo estaba escuchando - ¿Porque no apareciste ni diste señales de vida en tres días? - ambos jóvenes caminaban con prisa por los pasillos del hospital.

- es una historia larga de contar - suspiró pensando en que nada tenía sentido - se supone que las pesadillas eran para advertirme sobre el accidente de Erika, pero ahora ella resultó herida mientras yo dormía ¿Nada de eso era verdad? ¡Ah! No entiendo nada -  pensó haciéndose un lío mental.

- ¿Kyouya? - el pelinegro le tocó un hombro al rubio devolviéndole a la realidad - ¿Estás bien amigo? - la mirada preocupada del pelinegro lo hizo sentirse un poco mal.

- sí, estoy bien - llevó su mano a la cabeza del contrario y comenzó a revolverle el cabello - cuando tenga la oportunidad te contaré todo, ¿Vale?.

- sí - sonrió ampliamente dándole un poco de tranquilidad al rubio.

De alguna forma, Takeru lograba transmitirle paz y tranquilidad, aunque no lo demostrase el pelinegro significaba demasiado para él, Kyouya caería en un abismo obscuro todo el tiempo si el pelinegro no estuviese en su vida.

- oh... - el pelinegro paró su paso rápidamente ocasionando una mirada de confusión por parte del rubio.

El chico miraba con horror a un tipo sentado en la sala de espera, un tipo que él y Kyouya conocían muy bien. El rubio, aún confundido, giró su cabeza con lentitud siguiendo la mirada horrorizada de su amigo. Quedó estupefacto al ver de quién se trataba.

- t-tu... - dijo el pelinegro siendo callado por la fuerte y ronca voz de Kyouya que transmitía solamente furia.

- !Terapon! - gritó Kyouya llamando la atención de todos los presentes y, por sobretodo, la del anteriormente nombrado que lo miró con suma sorpresa.

- ¿Kyouya?.

-----------------------------------------------

Tan tan tan!!!!!!!

Volví hijos míos \(^°^)/ ¿Me extrañaron? 7u7r

Les pido disculpas por el retraso :') trataré de darle prioridad a este fic aprovechando que estoy en vacaciones :v ¡Ah sí! Les tengo una pregunta ^_^ o dos :v

¿Que creen que Terapon hace en la sala de espera? ¿Los sueños de Kyouya al final no tuvieron sentido?
  
Quiero ver sus teorías locas 7u7

Nuevamente perdón por el retraso :') se los recompensare con un lemon bien zukhulemtho 7u7

Nos leemos luego hijos míos :3

Drama innecesario (kyouya Y Erika) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora