Capítulo 3

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--Hey, chica de las bragas graciosas.

--Naruto, ¿has dicho bragas enfrente de tu primo de nueve años? --preguntó su madre con un tono de voz que mostraba una amenaza muy real que no había sido pronunciada. --Y nadie dice ya eso.

--El vagabundo que está en los balnearios de la ciudad dice eso. 

"Cada vez que pasa una chica en traje de baño lo dice."

--No sabía que eras un vagabundo. --replicó ella.

--Está bien. --no dijo la frase nuevamente pero igual la escribió en el mensaje. A Hinata le gustaría. 

Habían estado escribiéndose casi constantemente desde que cenaron juntos. Siempre hablaban de Ramen. Era muy raro, que la comida sea lo que los haya unido tan fuertemente, pero siempre habían dicho que la mejor forma de llegar al corazón de una dama era con un buen plato de comida, el problema radicaba en que ella había sido la que se alojó en el corazón de Naruto a través de un plato de fideos. Uno delicioso. Y prohibido, sobre todas las cosas.

Había aprendido muchas cosas de ella, al menos, las que podía permitirse conocer. Sabía que tenía una hermana menor, pero nada más, sabía de su novio, de su trabajo como artista y animadora. Sabía de su apetito por las cosas dulces -los rollos de canela la volvían loca y sin duda Naruto se lo aprendió a la primera- y también sabía que prefería envolverse en su mundo animado y lleno de dibujos que probablemente ella misma les daba vida un tiempo más tarde en su estudio. Eran demasiadas cosas. Tenía un genio apacible, tranquilo pero detrás de esa actitud tímida, sabía de sobra que una mujer inteligente, rápida de pensamiento y vivaracha se escondía. Y no solo era eso, era atrevida y graciosa hasta cierto punto. Amable y audaz pero paciente y dentro de ella había cierto fuego que podía encenderse hasta arrasarlo todo. 

Era diferente a Shion, pero parecidas al mismo tiempo. La rubia también era inteligente -no por nada había logrado recibirse dos años antes que todos en medicina- y astuta hasta los codos, pero no dudaba nunca en hacerlo saber mientras que Hinata prefería mantener su imagen sin cambios y jamás demostrar todo lo que sabía. Shion también era igual de sensual que la pelinegra, pero ella usaba eso a su favor y no lo consideraba una deshonra ni mucho menos. 

"Son mis armas, y por suerte, funcionaron contigo" Había dicho una vez. Pero era el pasado y ese recuerdo le era tan amargo como siempre.

Hinata nunca usaba ropa reveladora, incluso si había fiestas de gran importancia. Nunca la había visto pero el hecho de que siempre llevara blusas sin tanto escote, faldas cortas o jeans algo sueltos lo había convencido de ello. 

La amaba, pero ¿Acaso importaba en su situación? Naruto dudaba de eso. 

El sonido del mensaje que llegó a su computadora abierta en la mesa del comedor, la misma donde Konohamaru comía su desayuno alegremente, lo distrajo. 

--¿Que hay de nuevo pantaloncillos sucios? --Decía su mensaje

--Encontré un sitio en internet, uno en donde se mostraba "la receta para el ramen perfecto".

--Ya, ya, habla cocinerito. 

-- "El ramen es un plato de origen chino que se popularizó en Japón y hoy en día es conocido por el amor que este país tiene a su preparación. Los maestros del ramen preparan durante 10 horas el caldo y, aunque no es difícil, lleva mucho trabajo. Con esta receta intento simplificar el ramen para que cualquiera lo pueda preparar en casa y conseguir muy buenos resultados sin tener que recurrir al ramen instantáneo, que pese a dar buen resultado no deja de ser comida industrial procesada y no es lo mejor para nuestra salud si nos gusta comer ramen a menudo.

¿Solamente amigos? - NaruhinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora