En el amanecer del día, cuando el mar y la tierra
Reflejan la salida del sol encima,
Avancé, con el corazón lleno de coraje y alegría,
Para buscar el reino del amor.
Le pregunté a un poeta que conocí en el camino,
Qué encrucijada me llevaría correctamente,
Y él dijo: "Sígueme, y dentro de poco verás
Sus torres resplandecientes de luz."Y pronto a la distancia brillaba una ciudad;
"Mira hacia allá", dijo, "¡ahí resplandece!"
Pero, ¡ay! por la esperanza que estaba condenada a la desesperación,
Era sólo el Reino de los Sueños.
A continuación le pregunté a un alegre caballero,
Y él me dijo: "Sígueme, sígueme".
Y con la risa y el canto a toda velocidad partimos
A las costas del hermoso mar de la vida,Hasta que llegamos a un valle tropical
Más lejano que el maravilloso Valle de Cachemira,
Y vi desde una enramada una cara como una flor
Sonriéndole al caballero alegre,
Y él dijo: "Hemos llegado a la meta de la humanidad,
Aquí el amor y el placer son intensos".
Pero, ¡ay! ¡ay de mí! por la esperanza de mi alma
Era sólo el Reino de la Sensación.Mientras viajaba más despacio, me encontré en el camino
Un carruaje con rezagados detrás,
Y ellos dijeron: "Síguenos, pues la morada de nuestra Dama
Pertenece al reino que debes encontrar."
Fue una gran señora de la moda, una novia recién casada;
Los seguí, atrevida y llena de coraje.
Pero mi esperanza se desvaneció, al igual que los últimos rayos del día,
Porque arribamos al Reino de Oro.En la puerta de una casa le pregunté a una hermosa doncella.
"He oído hablar de ese Reino," contestó ella,
"Pero nunca mis pies vagan por el Reino del Hogar,
Y no conozco el camino", suspiró.
Miré dentro de la casa, ¡cuán acogedora parecía!
Y la doncella era tan bella como una paloma.
Una gran luz glorificó mi alma mientras yo lloraba,
¡Porque el hogar es el Reino del Amor!The Kingdom of Love, Ella Wheeler Wilcox (1850-1919)