El Hilo Rojo

8

—No encuentro a Jungkook—Suga salía de su clase cuando Jin llegó con un poco de sudor en su frente, aterrado.

—¿Lo buscaste en los baños o en el patio trasero?—Jin asintió—¿Y Jimin? 

—No sabe—poso su mano en la frente—. Dice que no llegó a la última hora.

—Mierda.

∵

En el parque no se escuchaba a niños gritando o a adolescentes platicando de chicos e chicas y era por que Namjoon decidió salirse antes de que terminaran las clases.

Pateaba de vez en cuando una piedra que se le atravesaba, se detenía a oler una que otra flor que le parecía interesante o miraba las nubes buscando alguna forma pero sin importar lo que hiciera Jin seguía rondando por su cabeza y cada que su nombre volvía a el golpeaba lo primero que se encontrará enfrente con la rama que llevaba rato en su mano.

Llegó al mismo lugar el cual albergaba una parte de él, ese lugar que sentía más familiar que si propia casa, todo desde que se enteró sobre el enredo en su vida.

Su corazón y mente podían consolarse con los recuerdos de ahí, creía.

Se sentó en una banca viendo el castillo en medio de la sección, inevitablemente sonrió.

No he crecido tanto.

Avanzó a las escaleras y sostuvo el barandal, rió al notar que inconscientemente seguía teniendo cuidadoso de todo lo que hacía o tocaba, incluso con el tiempo se tornó de esa manera, más que nada para no lastimarse entonces lo que parecía un sollozo lo sacó de concentración.

Se dispuso a ignorarlo pero era tan constante y doloroso que está dudando si hacerlo.

No era un niño estaba seguro y si era un adolescente probablemente quería estar solo, mínimo mientras los niños seguían en la escuela.

Después de meditarlo siguió su instinto.

—¿Hola?...

Al quedarse en la entrada de un túnel por el cual no cabía, en medio de este un chico de uniforme abrazaba sus piernas y el sonido de sus sollozos se esparcían al igual que lágrimas en su rostro.

Las palabras se atoraron en su garganta al ver de quien se trataba.

—¿Jungkook, por que estas aqui?

El menor levantó su rostro con marcas que las lágrimas dejaron en su camino.
En vez de contestar avanzó a gatas a dónde Namjoon que permanecía en cuclillas, de repente lo tomó de sus hombros y lo abrazó.

Torpemente el pelinegro perdió el equilibrio, cayó de senton pero aun así Jungkook no lo soltó, forzó su agarre y se acomodó en su cuerpo como un bebé.

No era una posición cómoda pero Namjoon no se atrevía a moverse. El también habría querido tener a alguien a quien abrazar en sus dificultades.

Él tiempo era irrelevante en estos momentos. Supo que un gran rato había transcurrido al sentir adormesida su pierna aún así seguía consolando al menor.

—¿Por que duele tanto amar?—dijo el pequeño entre sollozos.

—Duele cuando amamos a la persona  incorrecta—acarició el cabello de Jungkook mientras con la otra lo seguía abrazando—. Pero cuando llega la persona correcta, no hay fórmula solo lo sabes e incluso cuando las circunstancias no son favorables quieres luchar por ese amor y si es para ti estarán juntos por siempre.

Ambos volvieron a quedar en silencio.

—Odio llorar.

—Llorar es bueno Jk, sacas tus frustraciones causando después una tranquilidad en tu corazón incluso ves las cosas de otra manera cuando la tormenta pasa.