El Hilo Rojo

10

Jin

Nunca había tomado tan enserio un consejo de Suga normalmente me decía "a la mierda todo y todos" y lo regañaba por tal actitud pero ahora las circunstancias me han hecho pensar que es tiempo de ejercerla. 

Ahi estaba, con sus ojos cerrados, disfrutando el aire que acariciaba su rostro. Irónicamente llevaba puesta una playera rosa, debo admitir, mejor que la que llevaba cuando éramos niños.

En este momento me di cuenta de todo lo que escondía dentro de mí, increíble, como puedes esconder tus sentimientos y el día que lo aceptes estos sean imposibles de controlar o disfrazar.

Esto no tiene sentido.

Todos los años que sabia de su existencia y hasta ahora mi estómago se revuelve con tan solo tenerlo frente mio ¿Y los días de escuela donde pasaba a mi lado y... Lo evitaba...

"Lo evitas por que te da miedo enfrentarte a tus sentimientos"

Te odio Min Yoongi.

Con pisadas lentas me acercaba, el crujir de algunas hojas me resultaba agradable y me distraía tan solo un poco. Respiré profundo antes de que mis nervios me hicieran arrepentirme.

—Hola—dije.

—Hola—abrió sus ojos en cuanto escucho mi voz, me sonrío luego palmeó la orilla de la banqueta, a un lado de él.

Me senté y mi corazón palpitaba como loco. Mis manos querían comenzar a temblar así que las colocar entre mis piernas.

—Es un día bello—seguía mirándome.

Asentí viendo el paisaje pero de reojo noté que lo que veía no era el escenario a nuestro alrededor así que al girar mi cabeza nuestras miradas se encontraron entonces mi corazón ya no golpeaba en mi pecho, los latidos eran constantes pero suaves, las mariposas, como suele llamarle la gente, seguían ahí. La sonrisa que no sabía me gustaba tanto provocó una tranquilidad que había olvidado.

—¿Por que estás aquí escondido llorando? ¿Y Jungkook?

El pequeño Jin frotaba sus ojos constantemente como si las lágrimas fueran a dejar de salir con tal acción. No quería que nadie lo viera así, el creía que tenía que ser fuerte y siempre mostrar una sonrisa para que nadie se enterara de el infierno donde vivía.

—Estoy bien, no te preocupes, Nam— sus labios se curvabaron.— Jungkook fue al doctor, se contagio de gripe.

Namjoon ladeó la esquina de sus labios al no estar seguro si debía creerle.

—No me gusta verte llorar, yo nunca te haría llorar.

En ese momento la sonrisa de Jin era honesta, enternecido ante su amigo.

—Lo sé, Nam.

—¿Quieres que te cuente un chiste?

Los inocentes y raros chistes del menor causaron una alegría en Jin qué parecía no se reía así desde mucho tiempo atrás. Ahí fue cuando se percató que asi como para Jungkook la felicidad se escondía en un juego de niños, para Jin el estar triste podía irse con una risa.

En ese entonces no pensó que la sonrisa de Namjoon sería igual de significativo.

Un nudo en mi garganta me impedía decir otra palabra aún así el silencio no era incómodo. A ambos nos gustaba permanecer así, luego de que nos separamos ya ni siquiera iba al parque por miedo al como me sentiría; podía asegurar que había un conexión entre nosotros.