Te odio

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Shikamaru entró a la sala donde Sasuke había destrozado mil y un cosas, encontrando a su jefe en el suelo inconsciente. A su lado estaban las pastillas que Sasuke había ingerido con facilidad y ahora mismo se encontraba en el hilo de la vida y la muerte. Shikamaru no dudo ni un minuto más y lo llevó al hospital de la prisión.

Todos sus familiares y personas mas cercanas se enteraron de la noticia aunque claro, manejaron el asunto tan discretamente como se podía, no iban a permitir que se enteraran los reos o podría haber un motín y esta vez no estaría Sasuke para detenerlos, como usualmente sucedía.

Mientras tanto, en un plano completamente diferente a este, Sasuke estaba despertando sin saber donde se encontraba y con un fuerte dolor de cabeza, después de todo, sea donde sea el lugar donde había recuperado conciencia, ahora estaba en el piso.

-¿Sasuke? ¿Qué demonios haces aquí? ¡Debes volver! -La voz se le hizo muy familiar, la mano que sintió en su hombro era tan cálida como la recordaba.

-Carajo...¿Que hice anoche? ¿Donde estoy? -Se tocaba la cabeza y se levantaba tratando de enfocar un poco más la mirada.

Cuando vio a su alrededor quedo mas confundido que al principio, parecía una versión borrosa y hasta lúgubre de la prisión y hasta donde se acordaba el clima estaba bastante bien como para que hubiera ese ambiente y, adicionalmente a eso, su último recuerdo fue de él gritando en su despacho, no recordaba como si quisiera podría haber llegado hasta la prisión.

-Eres un idiota... -La mano de aquella persona tocaba su pecho - Menos mal que aún late, y que bueno que te encontraron a tiempo, de lo contrario habrías dejado a los niños huérfanos, idiota.

Y esa voz no era de otro que de...

-¿Naruto? -Se restregó los ojos varias veces- ¿Qué haces aquí? ¿Qué hago yo aquí? No me digas que...¿ESTOY MUERTO? -Su rostro se puso más pálido que su color habitual de piel.

-¿Esperabas un refrigerador después de la tremenda dosis que te diste? ¿En qué diablos estabas pensando? Pero más allá de eso y aunque no me debería alegrar verte aquí... -Lo abrazo fuerte - Es bueno poder tocarte así sea un momento, en cuestión de minutos volverás a tu cuerpo...

Le costó un poco procesar lo que le estaba diciendo pero parecía que su cerebro al fin estaba sirviendo, recordó que había terminado de leer los estúpidos diarios de su difunto amante, recordó también que en su enojo y desesperación había tomado las suficientes drogas como para acabar con medio batallón y ahora al parecer estaba en una especie de limbo dimensional y se encontró a Naruto. Debería estar feliz pero...

-¡IMBÉCIL! -Le gritó y le lanzo un golpe en la mejilla.

-Ok... me lo merecía. -Se sobo la mejilla.

-¡COMO PUDISTE! -Y el otro golpe fue para su mejilla sana.

-Tal vez... ese también me lo merecía. -Ahora tenía sus dos manos sobre ambas mejillas.

-¿TIENES IDEA DE LO QUE HE PASADO POR TI? -Estaba listo para dar una patada justo a su entrepierna.

-¡No, no, no! -Lo detuvo antes de que pudiera completar su patada. -¡Ya sé que te hice un poco de daño con lo que le pedí a Itachi! Pero... debes admitir que pese a todo lo que pasaste en la cárcel conmigo... no fue en vano. Te enseñe muchas cosas y más allá de eso te di la vida que le prometí a Jiraiya, estás lejos de la mafia y mi clan se extinguió, lo único que me quedo eres tu y los niños. -Le dio una sonrisa. - En cierto punto, me da gusto que tengas una vida más tranquila que la mía.

-Aun así creo que me debes un par de explicaciones, ¿No te parece? -Suspiro y se calmó mientras tomaba asiento en una celda cercana, después de todo no tenía mucho caso golpear a un fantasma, aunque si le había servido.

Sex & Tears Prision (Naruto's Story)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora