Capítulo 17- And you go home and you cry and you want to die.

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El club era fantástico si eras un pijo estirado que apreciaba hacerse lucir con las ultimas prendas de moda, las últimas joyas y querías usar el spa para hacerte tratamientos de belleza. Por supuesto PJ amaba el club. Papa pagaba una pequeña fortuna a los siete para que nos dejaran entrar a los Woodhouse allí. ¿Notaron como use una referencia de Game of thrones? Los siete era el club directivo que manejaba el club. No una simple broma geek, aunque también fue una broma geek.

Yo estaba en mi cama desnudo pensando en que ingenioso había sido mi chiste que nadie escuchó, cuando oi risas que venían de la cocina. No me costó reconocer la carcajada desubicada de Pigglet que se reia con la boca abierta como Ewan Mcgregor cuando casi lo choca el auto en Trainspotting. Y luego una risa mas melódica. ¡Shiobann!.

Me vestí como un rayo con mi pantalón pijama y una remera que decía "Dirigido por David Lynch" con las letras de Twin peaks y fui descalzo y con paso enojado a ver que sucedía. No se por que pero a Shiobann la trataba como un jefe malvado. No eran celos. Me molestaba que ella desperdiciara su vida pensando que mi apartamento era una guarida para holgazanear. Por supuesto que no holgazaneaba mucho, en verdad limpiaba pero había algo en ella que no me cerraba del todo. Pueden llamarle doble moral ¿Cómo está bien que yo holgazanee por la vida pero no una chica de diecisiesis?. Y están en lo cierto. Yo estoy estudiando para recibirme,lo de ella en cambio era algo dudoso.

―¿No tenías exámen? ― Pregunté antes de decirle "hola" siquiera. Ella puso una mueca de desagrado y dijo:

― Son las seis, entro a las ocho. ― Y puso la cafetera en marcha.

―¿En ese caso no tienes amigos?― Pigglet me miró con cara de "no seas un idiota" pero no pude remediarlo una vez que las palabras salieron de mi boca.

―No, no tengo, soy bastante nueva en la ciudad pero no es por eso que estoy aquí. Tu tutor le dijo a mi madre que viniera a despertarte temprano para alistarte para su clase.

Hice un mohín. Sonaba a Vincent Murdoc. Pero lo que mas me molestaba es que había metido la pata con Shiobann y en grande. No se me había cruzado por la mente que a veces es difícil hacer amigos. Yo la había pasado muy mal en el internado, tenia que recordar eso.

―Lamento la falta de amigos. Lo siento. ― Dije sentándome en la isla en el centro de la cocina. ― Lo que pasa que los ingleses somos tímidos. ― No terminé de decir la frase que Pigglet y Shiobann se miraron de manera cómplice y largaron una larga carcajada.

―Tú y tímido no pegan en la misma oración, Lovely Pudding. ― Dijo Pigglet secándose las lágrimas de los ojos.

Shiobann se acomodó el pañuelo de colores que rodeaba su afro y sus pulseras hicieron ruido. Era una chica con mucho estilo, no la podía imaginar sin amigos. Es cierto que hablaba con acento y alguna expresiones le costaban pero los chicos podían ser malvados en algunos momentos. Se retiró a servirnos el café, cuando expresamente le había pedido que hiciera mas té. Pero no la iba a retar por eso. Pigglet era mas de café que yo probablemente el le había pedido poner la cafetera.

Probablemente, mañana...  (Allan Woodhouse #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora