A Su Merced [BTS×Yoongi]

Capitulo 4

—¡Donde mierda esta! —Grito Jimin mientras tomaba su cabellera fuertemente con desesperación.

Los chicos finalmente se habian dado cuenfa que el menor no estaba en aquella casa, y, posiblemente, haya escapado.
Todos sabian que pasaria si llegaran a encontrar a Yoongi... Y no era nada bueno.

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—Por favor... No me vuelvas a enviar ahi. No quiero, no quiero... —Decia Yoongi tomando la mano de JongHyun mientras lloraba con desesperación.

—No te llevare Yoongi... No te llevare... —Susurro JongHyun abrazando a el menor mientras un nudo se formaba en su garganta.

Estar con un niño de 12 años en esas condiciones rogando que no lo devolvieran con sus tutores era horrible, su inocencia e infancia fueron arrebatadas por aquellos hombres...

—Bebé... Precioso... —Susurro Jonghyun intentando captar la atención de el menor pero este ya se encontraba durmiendo. 

A Hoseok de casualidad se le ocurrió mirar por la ventana encontrándose en la casa vecina al menor siendo abrazado por aquel chico que siempre les cayo mal de cierta manera, rápidamente llamo la atención de los otros mayores mirando la situación ajena. 

Los mayores comenzaron a reir imaginando todas las cosas que me harian al menor cuando finalmente volvieran a tenerlo en sus brazos.

Aprovecharon que aquel chico que estaba con Yoongi de la casa dejandolo durmiendo para ir y tenerlo nuevamente.
Salieron de la casa y agilmente entraron a la del contrario, tomaron a Yoongi delicadamente para luego llevarselo de ahi...

•Horas despues•

El menor blanquecino comenzo a despertar viendo a su alrededor reconociendo inmediatamente donde estaba, volteando a su alrededor como un gatito miedoso.

—Al fin despiertas Yoongi... ¿Como te atreviste a desobedecernos e irte a la casa... De el? —Menciono Jimin mientras sacaba un juego de cuchillos y los situaba en la mesa.

—N-No yo... Por favor, perdonenme —Hablo el menor suplicante.

—No, no... Debes aprender a obedecer Yoongi —Hablo Namjoon mientras se situaba detras del menor con una cuchilla en mano.

El menor intentaba liberarse de la silla en la que estaba atado... Sabia que era imposible, pero lo intentaba y solo asi, tal vez, se salvaria de aquellos mounstros con los que convivia.