Epilogue.

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Narra Roman.

Una semana después.

Se sentía tan bien no tener ese pedazo de acero enterrado en mi hombro, Dean habia usado el arma que tenía guardada en la guantera del coche para asegurarse de que en verdad lo amaba... y así era, no importa cuando veces me dispares o me golpes, pase lo que pase y digas lo que digas nunca me apartaré de tu lado.

Después del disparo, mi lindo ojiazul dejo caer el arma y comenzó a llorar sin control alguno, no estaba enojado con él sino sorprendido y un poco feliz al saber que muy en el fondo del Dean asustadizo se encontraba ese Dean loquito que antes conocí. Como no queríamos llamar la atención de nadie y mucho menos caer en las pesadas preguntas de la policía no podíamos ir al hospital, así que tuve que exprimir toda mi experiencia que había aprendido al ver varías temporadas de anatomía de grey y sala de urgencias para enseñarle a Dean a como sacarme la bala del hombro, el pobre rubio fue presa del miedo y creyó que me había matado, después de que Dean dejará de llorar y se calmara, tardo al rededor como de 2 horas en sacarme la bala con un cuchillo y un pedazo de alambre.

Después de limpiar la sangre que brotaba de mi herida, Dean tuvo que cocerla después, ahora el extenso tatuaje que cubría mi brazo derecho no era el único que contaba una historia sobre mi piel, ahora la peculiar cicatriz de mi hombro también llamaba mucho la atención. Esa cicatriz que los labios de Dean no dejaban de besar cada vez que me quitaba la camisa, desde hace una semana el pequeño ojiazul no dejaba de repetir "lo siento", pero si lo pensamos detenidamente creo que me lo merecía, a Dean le rompieron la cara y luego él me disparo, creo que ya estamos a mano.

Y por último tiramos el cadáver de Galina por las escaleras que daban al sótano.

«Gracias por sacarla de mi vida, Dean»

Y hablando del pequeño ojiazul, Después de largas horas obligándolo a leer, Dean poco a poco comenzó a hablar de manera normal, no le gustaba leer libros de 300 páginas así que tuve que darle los cuentos infantiles de mi hija, se pasaba noches en vela leyendo caperucita roja con una linterna por las noches.

Mi pequeño y yo nos encontrábamos en mi coche de camino a un cementerio que quedaba a las afueras. Con un bonito ramo de rosas azules que los dedos de Dean apresaban lo depósito sobre la hierba seca dándole algo de vida a esa sucia y deteriorada lápida.

Aquí yace Seth Velesques McMahon, el mejor amigo que alguien podría desear.

1986-1996

Sentado en una banca a 3 metros de la tumba de Serh miraba detenidamente como Dean miraba al suelo con las manos en sus bolsillos y escuchando como soltaba una que otra lágrima.

-Como te encuentras?¿ -Le pregunte en el momento que se sentó al lado mio.

-Estoy... bien, siento como si me hubiese quitado un gran peso de encima -Dijo mirándome a los ojos -Desde hace 10 años eh intentado llevarle flores a su tumba.

-Es por eso que intentabas escaparte del manicomio?¿ -Le pregunte mientras colocaba mi brazo por detrás de sus hombros.

-Si!¡ Necesitaba despedirme de él.

-Sabías que Hunter era...

-Era mi padre y... Seth mi hermanastro -Me interrumpió.

-Como lo sabes?¿ -Le mire sorprendido.

-Tres días antes de la muerte de Seth, yo estaban en su casa y en la noche cuando fui a bajar a la cocina por un vaso de agua los vi discutir -Me miraba serio -Estaban discutiendo por una carta anonima que demostraba que Hunter le había sido infiel a Stephanie con mi madre. Era el hijo bastardo de unos de los empresarios para importantes de la ciudad.

Teddy Bear (Ambreigns) 🐻 🏤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora