>Unos días después<
"Joel, Joel".
- Te invito a comer -acaricié sus suaves mejillas para distraerme de aquellos susurros.
- No, Joel. -hizo un puchero- Estoy bastante cansada.
-Oh, ¡vamos! -moví su cuerpo a modo de puchero también- ¿Qué te parece si me adelanto a la pizzería frente a la biblioteca, pido una y me alcanzas allá? -me levanté antes de escuchar su respuesta y me puse de vuelta el bóxer.
- ¿Irás a Mama's? -asentí, le encantaban esas pizzas- Arghhhh, está bien -tenía voz de sueño- Pero la comemos en nuestro parque.
- Vale. -dije, mientras la destapaba, dejando su cuerpo al desnudo- Te mandaré mensaje cuando esté lista, no vayas a tardar -deposité un beso en su frente, coloqué mi playera y salí de su habitación.
Unas chicas que, estoy seguro eran sus amigas, esperaban fuera de la habitación.
-¡Hey! -gritó la de cabello rizado- ¿Qué hacías allí adentro?
Reí orgulloso- No lo sé. -Y me alejé de allí, pensando en qué les diría Yuki a sus roomies.
Puse el reproductor de música rosa en modo aleatorio, y la canción de Carlos Sadness - "Días Impares" salió.
Yuki... Menos mal que existes y no tengo que imaginarte.
Caminé por unos minutos con el Sol en mi rostro, a pesar de que ya eran las 7:30 pm, estaba tan reluciente como siempre.
- Hola, me gustaría una pizza grande, por favor. -le dije al morenito detrás de la caja en cuanto llegué a Mama's.
- Sí, claro. -comenzó a marcar en su cajero electrónico- ¿De qué sería?
- Oh. -abrí los ojos por haber olvidado esa parte- P-permíteme...
Le texteé a Yuki.
C: ¡HEY!
Y: ¿Qué sucede?, ¿ya tan rápido?
Apenas me estoy cambiando.
C: No, no. Acabo de llegar.
Pero olvidé preguntarte de qué la pizza.
Y: JAJAJAJAJA.
Muy cierto.
Hmmmmm, mexicana.
C: Vale, ya no tardes mucho.
Sentí la mirada acechadora del cajero mientras escribía a Yuki, pero me importó un comino.
- Listo, -guardé mi celular- sería una mexicana, por favor.
- Genial, -siguió marcando en aquel cajero electrónico- serían $80, de favor. -le entregué un billete de $100- Estaría lista en más o menos 20 minutos -dijo mientras buscaba el cambio.
- Perfecto, gracias. -le sonreí cuando me dio el vuelto.
Encontré una mesa vacía y la tomé. El restaurante era muy famoso porque estaba muy cerca de la universidad, así que iban muchos estudiantes... Como yo.
C: ¿Ya estás lista? Va a salir en 20 minutos.
Y: Sí, sí.
Ya estoy saliendo, caminaré lento para hacer tiempo.
C: Ok, ahorita te aviso.
Y: Oye, por cierto...
¿Te llevaste mi reproductor de música?
C: Así es... ¡Carlos Sadness manda!
- Mira ese chico. -rieron detrás de mí- Está "tecleando" con el móvil apagado.
Cerré la conversación haciendo caso omiso a aquello y comencé a escuchar de nuevo la música de mi novia. Esta vez, fue el turno de Reik
Yo era más de escuchar música en inglés... Pero por Yuki haría cualquier cosa. Inclusive escuchar una banda tan cursi como Reik.
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-¡Orden para Joel! -gritó un chico diferente al que había tomado mi orden. También era moreno, pero era otro.
- ¡Sí! -dije un poco alto y me levanté de mi silla para dirigirme a la caja- Muchas gracias.
- Provecho.
- ¡Hola!, ¿ya vienes? -dijo Yuki después de escuchar una vez el tono de llamada.
- Sí... ¿Ya estás en el parque?
- Simona la mona pelona.
- Muy bien, -reí, haciendo que los del restaurante me voltearan a ver instantáneamente- ya voy para allá.
Colgué... Mon Laferte comenzó a cantar en mis oídos, con "Tu falta de querer". Era la única canción que conocía de ella.
Posser boy.
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Caminé por aproximadamente 10 minutos. El parque en el que quedamos de vernos, era el favorito de mi chica. Estaba alejado del bullicio y la falsa sociedad... Como dice José Alfredo Jiménez.
Era un viejo parque. Con viejos árboles, viejos columpios, viejas resbaladillas, viejo pasto... VIEJO TODO. Y bueno, le gustaba ir a Yuki por los recuerdos que creía existieron ahí; además de que, sí, estaba lejos de todos.
"Joel..."
- ¿Yuki? -me asusté un poco. A pesar de que estaba acostumbrado a ese tipo de susurros detrás de mi nuca... Esta vez estaba solo. Y tenía miedo- ¡Yuki! -grité, después de ver una pequeña silueta pasar por el seco pasto. Parecía la silueta de un animal; y lo era. Me acerqué para ver mejor, ya que el Sol se estaba escondiendo y ya no veía tan claro, pero no me impidió ver la horripilante criatura. Era la araña de mil ojos... A estas alturas ya no me sorprenden. Pero aún así, grité- ¡YUKI!
- Hey. -y ahí estaba ella. Salió de detrás de uno de los tantos viejos árboles- Aquí estoy. -extendió sus brazos, y yo inmediatamente la abracé.
Todo estuvo bien de un segundo para otro. Sólo bastó eso para tranquilizarme: unos segundos. No quise cerciorarme de que la araña multi-ojos siguiera ahí... Pero con Yuki, me convencí de que se había esfumado.
- Sí, -me separé de ella, nuestras frentes quedaron juntas- aquí estás.
- Dios Santo, ¡huele delicioso! -dio algunos brinquitos.
- Oh, cierto. -de detrás de mi espalda, saqué la caja con unas grandes letras en verde, blanco y rojo que decía "MAMA'S".
- COMAMOS. -hizo la voz de monstruo que me gustaba.
Ella tomó la sábana roja de cuadros típica de un picnic. "No puede faltar nunca", decía.
Sacó los platos desechables y los vasos de su bolsa, seguida de una botella de naranjada que había hecho después de que me fui por la pizza.
Si una mujer saca de su bolsa todo lo que necesitas; es la indicada.
Y bueno... Ella realmente lo era.
HEEEEEEEY, SANDY AQUI.♡
Quiero agradecerles por estar leyendo esto, por algo estan aquí. Y espero que sea porque les está gustando mi historia.
Les quiero decir que si están al tanto, voy a subir capítulo cada fin de semana; ya que entre semana estoy súper ocupada y termino muerta. Sólo los fines de semana tengo tiempo para hacer los dibujitos y subir los capítulos.
Eeeeeeen fin, ¡no olvides votar y comentar!
¡Ah! Y ve la ilustración en multimedia.
Hasta el próximo fin:Sayounara.♡
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Menos mal que existes (y no tengo que imaginarte).
Novela JuvenilEn una mente cerrada, donde todo lo que conocía estaba dentro de él; una persona llega sin avisar y pone su mundo patas arriba. Por fin conoce a alguien que logra sacarlo de su propia realidad. Porque ella existe... ¿Cierto?