Jamás pensé decir "Hola"

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El invierno se acercaba, era bastante obvio, y es que cómo no se va a notar si ya casi llega el mes de diciembre, la gente corre por las calles en aceras sin techo, en un estúpido intento de no mojarse, niños y adultos intentando ocultarse de el frío con sus grandes y bochornosos abrigos, botas altas,bufandas y gorros para protegerse, no servirá de nada. Eran las 7:00 de la mañana, me encontraba en mi habitación frente a la venta de la calle, no sabía que mudarse era tan jodidamente cansado, y no, no me acabo de mudar, pero lo recuerdo como si hubiera sido ayer, me encontraba completamente desnuda en mi habitación, la calefacción era un asco, el blanco vapor salía por mis pálidos labios cuando inhalaba y exhalaba, mi cabello escurría demasiada agua, mi cuerpo estaba repleto por pequeñas gotas de agua que, al unirse, éstas escurrían por mi cuerpo, haciendo un largo recorrido hasta llegar al suelo, 40 kilos, 40 kilos....sin duda había sido un largo recorrido, bajar de peso comenzó a ser mi hobbie, que pronto se transformó en obsesión....acababa de bañarme, una pantalón negro llegaba de mi cintura hasta el tobillo, tenis blancos y calcetas negras, blusa roja y chaqueta negra, me veía bien...si embargo no me sentía como me veía. La mayor parte de mi vida había escuchado comentarios como "maldita gorda" "deberías suicidarte" "me das asco" "considera bajar de peso" y cosas así, ahora que soy lo que soy....me doy asco a mi misma, me da asco a lo que llegué por complacer a los demás, mi madre creyó que mudarnos sería una buena idea, pero al alejarme de mi única verdadera amiga....las cosas solo empeoraron. Alisté mi horario y mis útiles, bajé a la cocina y ahí estaba mi madre con mi padre y mi hermana, Yae, estaban desayunando panqueques con miel y jugo de naranja, comí lo más rápido posible y me fui sin esperar a mi hermana menor, me coloqué mis auriculares y comencé a escuchar música, para se específica, K-pop, seguí caminando hasta que llegué a la escuela, tan pronto como entré, me dirigí a los baños, una ves ahí dentro, me aseguré de que no hubiera nadie dentro y fuera por los pasillos, me encerré en uno de ellos, quité la mochila de mis hombros, liberándolos de tanto peso encima debido a los libros, me arrodillé, quedando frente a la taza del baño, suspiré colocando las palmas de mis manos en mis rodillas, y después miré hacia arriba, llevé mi dedo índice a mi boca, luego..simplemente hice lo de siempre, terminé y pasé mi mano por mi boca, eliminando cualquier rastro de desecho, me di la vuelta recargándome de la taza e instantes después estaba llorando desconsoladamente, abrazando mis rodillas y mirando a la nada, era algo que había comenzado desde el primer momento que pisé aquella ciudad, no podía controlar mis actos, uno de ellos...era ése. Ya no quería hacerlo pero, en cuanto menos lo esperaba me encontraba bajando la palanca de la taza, lavandomelos dientes y haciendo como si nada hubiera pasado. Salí del baño, dirigiéndome a mi primera clase, taller de mecánica automotriz, no pregunten "¿Por qué?", solo lo elegí porque no tenía opción (literalmente).

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