n i n e t e e n

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Un ramo de flores. Por lo general, un gesto amoroso entre los seres queridos; un signo de afecto para decirle al otro que le importas, que te importa.

Las parejas se regalan flores en todo tipo de ocasiones, ya sea en el día de San Valentín o en el día de su cumpleaños, o simplemente porque uno quería alegrar un poco la vida de la otra persona.

Parecía correcto que llevara un ramo de 14 anémonas de color morado oscuro ese día. La gente lo miraba mientras él se interponía en el camino de los demás, pero Liam era bastante ajeno a ellos. No esquivaba a la gente y no le importo ni un poco.

Cuando finalmente entrego las flores, obtuvo una sonrisa a cambio y unos ojos que comenzaban a llenarse de brillo.

"¿Por qué es esto?"

"Solo un recordatorio de que te amo", respondió Liam, mirando primero al ramo y luego el bello rostro frente a él.

"Gracias", susurro Hayden y Liam le devolvió una sonrisa radiante, provocando que ella colocara un suave beso en sus labios. Luego agarro una de las flores, la tiro suavemente, y cuando ya estaba fuera del ramo se la entregó a Liam. "Yo también te amo."

Algunas chicas que estaban cerca de ellos casi comenzaron a desmayarse por la pareja, susurrando "Son tan goals" en los oídos de los demás.

Pero no eran goals.

Anemonas: una flor que era mucho menos cliché que una rosa y, por lo tanto, razón suficiente para que Liam optara por esa en vez de las delicadas y elegantes rosas. Lo que él no sabía era que las anemonas solían significar un amor intenso, pero frágil, momentáneo y amenazado. Y todo eso encajaba perfectamente con lo que estaba sucediendo con Liam.

Este fue solo el comienzo de Liam haciendo a Hayden un sinfín de regalos todos los días que siguieron, tratando de sentirse mejor, como si tuviera que justificarse a sí mismo.

Liam se ponía de pie frente al lavabo todos los días, tratando de limpiar y quitar todo lo que Theo había dejado en sus labios. Se sentía tan sucio, y se odiaba por eso.

Cada vez que se veía al espejo, sus manos agarraban la llave del fregadero y dejaba el agua correr, llenando su boca de esta hasta que se le escurría gota por gota viendo su deprimente reflejo. Esto lo hacía en la escuela, su propia casa y en la de Hayden, durante el descanso de un partido de Lacrosse y en los recesos. Por la mañana, tarde o noche.

Como siempre, fue como si nada hubiera pasado entre Theo y él. El entrenamiento de Lacrosse continuo como de costumbre, finalmente tuvo tiempo de estudiar para la escuela, y Hayden y el parecían estar bien, y definitivamente eran ese tipo de pareja que no podías soportar porque, donde sea que estuvieran, se besuqueaban y mucho más que eso.

"¿Cómo esa tu primo por cierto?", preguntó Hayden una vez. "¿Está bien o por qué has dejado de cuidarlo?"

Como todo estaba como siempre, Liam también había dejado de visitar a Theo, una vez más. Digamos que había abandonado todos los pensamientos que de alguna manera lo llevaban a él. Intentaba no pensar en eso, y ahora que Hayden lo menciona, se vio obligado a hacerlo.

Cuando estaba en su casa después de asegurarle a Hayden que su primo estaba totalmente bien, se sentó en su habitación, atormentado por innumerables voces en el silencio total. Pero aun así, Liam no sentía nada.

Sus ojos vagaron hacia la flor que Hayden le había regalado del ramo. Todavía estaba sobre su escritorio, muriendo lentamente por la falta de agua. La miro por un momento, luego la tomo y se levantó de su silla, arrojándola a la basura. Se sintió un poco loco.

***

Cuatro días habían pasado. No fue mucho, ni siquiera una semana, pero paso mucho tiempo tomando en cuenta de que el tiempo pasa rápido. Deseo poder ignorarlo, pero no pudo.

Cuatro días fueron suficientes para que a Theo lo mudaran a otra habitación.

Liam intento buscarlo, y su mandíbula se apretó cuando pregunto a donde se lo habían llevado. Piso 4.

El silencio y el sonido de los gritos fueron suficiente para descubrir que el piso 4 era nada menos que un pabellón para los que estaban perdidos. Para encontrar la paz. Para que los parientes se despidan, y para no ser molestados por enfermeras que los controlan todo el tiempo. Bueno, solo había unas pequeñas veces que los visitaban las enfermeras - pero no había ninguna esperanza de todos modos.

Una chica, tal vez un año más joven que Liam, paso junto el en el pasillo, con los ojos enrojecidos y las lágrimas corriendo por sus sonrojadas mejillas. Cuando Liam la miro, ella seco sus lágrimas y acelero para pasar más rápido. ¿Padre? Posiblemente. ¿Madre? Quién sabe. ¿Abuelo? Más que probable. ¿Novio? Tal vez.

De alguna manera fue un alivio ver a Theo pacíficamente dormido en su habitación. Las sábanas blancas y limpias se encontraban sobre sus bíceps, el interior de sus labios ligeramente negro (Liam supo inmediatamente por que) y su latido uniforme se proyectaba en el monitor del electrocardiograma.

Liam dejo escapar un suspiro tranquilo mientras se sentaba en la silla junto a Theo, apoyó su brazo en sus muslos y miro sus manos que descansaban en sus rodillas. Cerró los ojos por un momento, sacudiendo su cabeza ligeramente. Una vez más, él no sabía lo que estaba haciendo y deseo poder desaparecer de una buena vez.

Cuando oyó que las sabanas se movían, supo que Theo estaba despierto. Levanto la vista y se encontró con los ojos del chico que yacía inmóvil, sin abandonar su posición.

"Hola", fue todo lo que dijo, abriendo la boca lo suficiente como para dejar pasar las palabras de manera prolija.

"Hola", respondió Liam, su pecho se sentido vacío ya que no sabía dónde mirar.

Theo no pregunto por qué Liam ababa de venir aquí ahora. Pero Liam pensó que él ya sabía por qué. Y estaba más que feliz de que no preguntara.

souls :: thiam [traducción]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora