NARRA BRAN
- Esposo mío despierta- Le susurré en el oído algo divertido tratando de que despertara pero este pendejo no lo hacía- Despierta- Le dije un poco más fuerte, algo irritado ya. Pero no lo hacia, ya llevaba bastante tratando de despertarlo, hasta que una grandiosa idea se me ocurrió, mi rostro en este momento debía de ser alerta roja, una clara advertencia, esa donde debían de cuidarse cuando una idea cruzaba en mi mente. Por el frió tenía una manta encima, la mayoría de pasajeros se encontraban dormidos, volteé a ver si alguien me observa pero no lo hacen, así que coloco la manta encima de Ryan, nos tapa a ambos, cualquiera pensaría que es muy cortés de mi parte, pero mi sonrisa maliciosa revela que la cortesía no existe en mí en estos precisos momentos ¡Que comience la fiesta!
-Amor, despierta- Vi como se removió acomodándose- Despierta- le susurré suave en el oído, mordiéndole suavemente la oreja, la verdad, es que me atrevo a hacer esto porque Ryan está verdaderamente en un profundo sueño, sé que está casado, y como no se aman no me importa, pero es que esos ojos celestes claros que tiene me llaman tanto la atención, su cara tan suave, tan definida, su cabello rizado, se ve que lo cuida, no tiene un gramo de maltratado, y su cuerpo, esos músculos, me gusta este hombre, y sumándole a mi tensión sexual, tengo casi 8 meses de que no tengo sexo o algo por el estilo, sumándole que pronto no nos volvamos a ver, por eso me atrevo a hacer esto- Guapo, despierta- Esta vez, coloqué mi mano en su entrepierna, el pantalón que traía era uno fino, tela sumamente suave lo cual me facilitaba las cosas, comencé a acariciarle suavemente, haciendo de arriba a abajo, esto ya me estaba excitanto, tanto que tuve que cerrar los ojos, es sumamente excitante, más al sentir como su pene se erecta, mi respiración se aceleraba, pero él no despierta, es mejor así, mis caricias subieron de intensidad, hasta que comencé a escuchar susurros, en uno de ellos mi nombre, asustado volteé a verlo y seguía dormido de gran suerte.
Con sumo cuidado me dediqué a desabrocharle el cinturón, que por su dicha no lo lleva, entonces desabroché su botón y bajé el zíper, cuando iba a meter la mano, una se pone con gran fuerza sobre la mía, me asusté haciendo que quitara la mano de su entrepierna, y oculté mi rostro con la manta, seguro estaba rojo hasta en mi pelo.- ¿Qué hacías?- Su voz era tan gruesa, más de lo normal, no sé si por recién despertarlo o por "masturbarlo"- te estoy hablando- Sé que si lo veo a los ojos él, estaría sumamente serio- Te estoy hablando, ¿qué estabas habiendo?
- Tr-trataba de despertarte.
- ¿Y esas son las maneras de despertarme? Está bien que hace rato finjimos ser esposos pero no era para que tomaras el papel tan de en serio, yo no soy GAY.
- Yo no tengo la culpa de que seas peor que un orangután con el sueño pesado llevaba rato tratando de despertarte porque ya hicieron la primer llamada de aterrizaje- Le grité prácticamente- y tenlo yo sí soy gay y no me apena decirlo, pero bien que te gustó lo que te estaba haciendo ¿no?- Puse mi mano nuevamente en su entrepierna, trató de quitarme pero no se lo permitì, en tres segundos ya tenía sus manos amarradas, yo quería hacer esto, y lo haré...
Quité un poco el pantalón para que no me estorbara, vi su mirada y era de enfando, seguro se enojará conmigo pero no importa, porque ya no nos veríamos más, no tendría que verle y saber lo que le hice y lo que le pienso hacer. Le acaricié su pene por encima del boxer, haciendo que vuelva a erectarse, era grueso y grande; era exquisito, pero antes de continuar me aseguré que nadie nos observara, y nadie lo hacía, así que metí mi mano dentro del boxer, y lo tomé, sentí como él pegó un pequeño brinco, y yo... Un escalofrío, me gustaba hacer esto, y es lo que más miedo me daba, vi su cara, y el enfado ya no estaba, tenía sus ojos cerrados, estaba mordiéndose un labio, mordí el lóbulo de su oreja haciendo que suelte un jadeo, lo cual solo me prendió más; comencé un vaivén de arriba y abajo, lento, el movía sus caderas queriendo más, apresuré mis movimientos y él ya tenía muecas de placer en su rostro. Paré para acomodar la manta, Ryan solo soltó un gruñido, y yo como buen amante le sonreí de medio lado, bajé cubriéndome la cabeza con la manta, tomé su pene entre mis manos y lo metí en mi boca, él gimió mientras yo solo controlaba mi respiración, me excitaba tanto cada reacción que su cuerpo tenía hasta que sentí el orgasmo, gemí con el pene de él en mi boca. Como nunca había hecho una mamada, no sabía exactamente qué hacer pero me gustó tanto que le había agarrado el toque, lo succionaba lentamente, siempre es mejor comenzar lento, lo sacaba y lo metía de mi boca, mientras él gemía suevamente, sabía tan rico, apresuré mis movimientos, mientras me deleitaba con este hombre, bajé a lamerle los testículos, era genial, ya estaban que explotarían, volví a su pene y lo metí hasta el fondo de mi garganta, cada vez más y más rápido hasta que sentí un brinco departe de Ryan y un líquido espeso en mi boca, que sin pensarlo dos veces me lo tragué sabía genial; le coloqué en su lugar los boxers, y le abroché el pantalón y su cinturón, pero yo solamente recosté mi cabeza en sus piernas, él no hizo nada para apartarme así que solo me relajé y me dormí.
No sabemos confiar en las personas correctas muchas veces, no sabemos como actuar, ni como hablar frente a otras, nuestra mente es como el chip más valioso y desastroso a la vez del mundo, puede tener muchos tipos de virus, muchos tipos de destrucción y pocos tipos de cura.
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⬛Padre Adolescente▪
RomanceLa rosa en un jarrón de agua contaminada nos deja ver que el tallo es fuerte a pesar de la mugre apestosa que lo mantiene vivo, que lo ha hecho sobrevivir durante un tiempo. Soy muy intensa, descriptiva y contradictoria a la hora de escribir. +18